Tú a mi casa y yo a la tuya: así es la moda de intercambiar alojamientos en vacaciones

El intercambio vacacional no solo permite ahorrarte el alojamiento, sino que también te ofrece sumergirte de lleno en la vida local como si fueras uno más.

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¿Recuerdas ‘The Holiday‘, aquella película protagonizada por Cameron Díaz y Kate Winslet en la que dos mujeres se intercambian sus casas en las vacaciones navideñas? Lo cierto es que tiene mucho de realidad y el intercambio de alojamientos para periodos vacacionales está en auge. De hecho, HomeExchange, la plataforma líder en intercambio de casas, es en la que se inspiró la directora y guionista Nancy Meyers y la que usa uno de sus personajes. Ahora que la inflación y el precio del carburante asfixia a muchos, nos fijamos en esta forma de economía (y turismo) colaborativo como una opción perfecta para tener las vacaciones que nos merecemos. Y, según nos dicen, un recuerdo único.

El planteamiento es muy sencillo. Te inscribes en la web de HomeExchange o cualquiera de las muchas que ponen en contacto a propietarios interesados como HomeLink, Intervac o Couchsurfing, pagas la membresía, que en el caso de HomeExchange es de 149 euros al año y en Couchsurfing, 14,2 euros anuales y comienzas a contactar con otros usuarios para alojarte en sus casas o bien que ellos vayan a pasar unos días a la tuya. “Ofrecemos intercambios ilimitados en las más de 450.000 casas de 159 países que forman parte de HomeExchange. Es una forma segura, auténtica, humana, económica y responsable de viajar”, comenta Pilar Manrique, portavoz de HomeExchange en España.

“En estas webs, a diferencia de otras como Airbnb, no se paga nada por alojarte ni alojar”

En estas webs, a diferencia de lo que ocurre con otras como Airbnb donde los propietarios cobran por alquilar, no se paga nada por alojarte ni alojar. En el caso de Couchsurfing, por ejemplo, tú cedes la casa a quien quieras y también envías solicitud a los alojamientos que te interesan y, si tu perfil les encaja, te aceptan la estancia. No es necesario que acojas a quienes te acogen, ni siquiera es necesario que te vuelvas anfitrión, a diferencia de lo que ocurre con HomeExchange.

En esta web, hay dos tipos de modalidades: el intercambio recíproco, en el que dos familias intercambian sus casas sin necesidad de que sea en la misma fecha, y el intercambio con GuestPoints, puntos que da la plataforma, tanto cuando te inscribes y completas tu perfil como cada vez que cedes tu casa, y sirven para “pagar” cuando el otro propietario no tiene interés en quedarse en tu casa. Así, se aseguran de que todos los usuarios dejan su casa. “Lo único que cambiaría sería potenciar más el intercambio recíproco y menos el uso de puntos que permite menos interrelación”, señala Zuriñe, psicóloga vasca que ha realizado 23 intercambios con su familia. “El intercambio de casas me pareció una ideal genial. Siempre nos ha encantado viajar y se nos abrió un mundo de posibilidades”, añade.

Una de las casas disponibles en Home Exchange en Calpe.

“Uno de los principales reclamos es el ahorro económico que supone”

Con todo esto, uno de los principales reclamos de esta forma de vacaciones es el ahorro económico que supone. “Pueden ahorrarse hasta un 30% de su presupuesto para las vacaciones, o lo que es lo mismo, hasta 1.020 euros en una semana de vacaciones de verano. Los tres mayores mercados en HomeExchange son Francia, España y Estados Unidos”, apunta Manrique. “Para nosotros ha sido un avance importante porque nos hemos gastado verdaderas fortunas en 1 o 2 viajes al año… En China, un tour de 20 días para tres personas nos costó casi 9.000 euros, ahora ese dinero lo utilizamos para hacer 20 viajes increíbles al año”, explica Elisabeth que, desde 2010, ha realizado 218 intercambios. “El ahorro es considerable: hoteles que no pagamos pero también el régimen de comidas, ya que existe la posibilidad de cocinar en casa y comer más barato”, añade Zuriñe.

Teniendo un ahorro tan significativo, no es de extrañar que en estos tiempos de inflación y encarecimiento de los alojamientos y transportes, muchos estén acercándose por primera vez a este tipo de vacaciones. “Los beneficios de esta forma de viajar unidos a la actual situación de inflación que está atravesando España y otros países, está provocando que el intercambio de casas sea una tendencia creciente, especialmente para aquellos que buscan una forma responsable y slow de viajar, participando más en las economías y culturas locales”, recalca Manrique. Así, durante los meses de verano de 2021 hubo más de 21.600 pernoctaciones, un 7% más que en verano de 2020, y en el último trimestre estas fueron más de 88.000, lo que supone un aumento del 173% respecto al mismo periodo de 2020.

Inmersión en la cultura local

Pero no solo la parte monetaria es interesante en esta forma de turismo. “Además de ahorrar dinero, el intercambio es una manera de viajar más sostenible, que permite descubrir un destino como un local más“, comenta Manrique. Y es que, antes de viajar, las webs recomiendan que los propietarios conversen bastante, se informen y creen, a ser posible, un vínculo para así estar más tranquilos y cómodos. “Para nosotros prima la relación con nuestros HomeExchangers y nos da mucha seguridad conocer un destino previamente de la mano de residentes. Para cuando viajamos ya hemos establecido una relación con la otra familia”, explica Zuriñe. “Fuimos a Disney World Orlando con intercambio de casa. No sólo nos aportó un ahorro, sino todo el cariño, ayuda y hospitalidad que sentimos al estar tan lejos de casa, pero con alguien que se “comportaba” como “tu amigo”. ¡Nos enganchó!”, añade Elisabeth.

Una de las casas disponibles en Home Exchange en Rancho Mirage – Estados Unidos.

Las plataformas suelen contar con seguros y garantías ante posibles robos o desperfectos

La gran mayoría de usuarios coinciden en que se acercan a esta forma de alojamiento por el dinero pero, después, repiten sin cesar por las experiencias tan únicas que terminan viviendo. “Ahora mismo, no se me ocurre mejor manera de viajar. Lo mejor es sentirte como en casa con todas las comodidades y las recomendaciones de los locales”, asegura Myriam que conoció este turismo a través de los medios de comunicación. “En Berlín, por ejemplo, le preparamos una cena típica española a los dueños de la casa que pasaron por allí a soltar equipaje y les encantó. Fue un poco raro hacer de anfitriones en su propia casa”, añade. “Hemos visto rincones por ejemplo en Estocolmo o Copenhague que de otro modo no habríamos visto. Lugares a los que solo llegamos con recomendaciones de la gente local, auténticas joyas que nos hubiéramos perdido de otro modo”, apunta Zuriñe.

Es normal que a muchos les de reparo meter a un desconocido en su casa, pero las plataformas suelen contar con seguros y garantías ante posibles robos o desperfectos. “El 51% de nuestros miembros actuales dijeron que tenían temores relacionados con recibir invitados en casa, pero el 47% también confirmó que estos temores desaparecieron después de las experiencias de intercambio de casas. Asimismo, apoyamos tanto a los invitados como anfitriones con una cobertura de garantías específicas para hacer del proceso de intercambio de casas una experiencia fluida y sin problemas”, informa la portavoz. Lo importante, sobre todo para los primerizos, es informarse bien, tener mucha comunicación y unirse a los grupos de Facebook donde la comunidad de usuarios les resolverá todas las dudas.

El intercambio se mantiene todo el año pero estos meses de verano está muy activo. Así que, si todavía no tienes nada definido para tus vacaciones y quieres probar algo diferente y económico, el turismo colaborativo es lo que andabas buscando. “Tenemos mil experiencias en 12 años y con más de 215 intercambios por todo el mundo. Nosotros siempre recordaremos casarnos en Las Vegas con ayuda de nuestro partner o pasar el fin de año en la casa de los vecinos de nuestros anfitriones en Riviera Maya”, recuerda Elizabeth. Una buena forma de viajar de forma económica y genuina, sin perder la oportunidad de crear recuerdos únicos y conocer a gente por todo el mundo.