Ya han pasado 10 años. Aunque pienses que fue ayer cuando empezamos con eso de los likes, los filtros y fotografiar cada momento del día, lo cierto es que Instagram acaba de cumplir una década.
Diez años en los que ya ha acumulado 1.000 millones de usuarios y ha ido transformando nuestra forma de actuar, relacionarnos y de consumir. Si tú no eres el mismo de hace diez años, Instagram tampoco. Te lo vamos a demostrar.
Famosos más humanos
Una de las cosas que desde el primer momento hizo Instagram fue acercarnos la vida de nuestros familiares y amigos pero también la de las grandes estrellas. Además de saber qué ha desayunado tu colega, puedes ver cómo es por dentro la casa del cantante de turno o qué ha hecho durante el fin de semana tu actriz favorita. Cristiano Ronaldo, con más de 239 millones de seguidores, es la persona con más followers del mundo seguido por Ariana Grande que tiene 203 millones, y Dwayne Johnson, The Rock, con casi 200 millones de seguidores. Además de acercarnos a las celebridades y humanizarlas hasta extremos que eran insospechados hace una década, nos permite comentar sus publicaciones como si de tu primo se tratara. Otra cosa ya es que te responda.
Uno de las fotos más icónicas de Instagram durante esta última década fue la que compartió Beyoncé para anunciar su embarazo de gemelos en 2017. Por aquel entonces batió todos los récords de “me gusta” en la historia de la red social. La artista llegó acumular más de 11 millones de reacciones tras anunciar la buena nueva.
‘Posturea’ que te vea
Tú también puedes sentirte toda una estrella en Instagram. Tengas muchos o pocos seguidores, tus fotos pueden ser espectaculares. Atrás quedaron esos viajes en los que hacías unas cuantas fotos y que salieran como salieran. Ahora toca hacer cientos de fotos hasta conseguir la instantánea perfecta que compartir en tu feed.
De hecho, Instagram ha cambiado los hábitos viajeros de muchos y es bastante normal ver largas colas en monumentos específicos para obtener la foto ideal o viajar a lugares concretos del mundo para hacerte esa foto de ensueño. Esto ha provocado que algunos entornos naturales, sufran una presión turística insostenible. Por ejemplo, China inauguró en agosto de 2016 el puente de cristal más alto del mundo y solo 13 días después tuvo que cerrarlo debido a la masificación por lograr la foto más sorprendente.
Algo parecido pasó en playa de El Hierro (Fuerteventura) que por su costa parecía cubierta de palomitas y empezó a recibir oleadas de instagramers que han ocasionado un gran daño ecológico. Todo un fenómeno que se conoce como postureo y que, aunque te empeñes en negarlo, has caído alguna vez.
No sin mi filtro
Y con tanta obsesión por subir imágenes perfectas y llamativas con las que conseguir alguno de los 4.2 millones de “me gusta” que se intercambian cada día en Instagram, no es de extrañar que Instagram vaya desarrollando cada vez más y más filtros con los que mejorar nuestras creaciones. Pero no solo hay filtros para retocar las fotografías, sino para modificarnos el rostro o lograr transformaciones divertidas como ya hiciera Snapchat con su mítica carita de perro. ¿Cuántas personas conoces que no hayan caído en la tentación de subir su foto con hocico, rodeada de corazones o con alguna expresión bizarra?
Retransmisión 24/7
Instagram también nos ha hecho estar mucho más interconectados. No solo con los comentarios en las fotos o los mensajes directos, sino que, además, su herramienta de stories ha cambiado nuestra forma de interactuar. Estas publicaciones de fotos y vídeos de 15 segundos duran permanecen públicas durante 24 horas y te permiten contar qué estás haciendo en cada momento y saber qué hacen las personas a las que sigues. Una nueva herramienta que vuelve a corroborar esa máxima que dice que “si no se sube a Instagram es que no existe”. Seguro que tú alguna vez también has caído en la tentación de subir dónde estás o qué estás comiendo y si no lo has hecho, eres un poquito boomer. Y por si no lo sabías, solo puedes subir 100 stories al día, no vaya ser que te vengas arriba.
Cuestión de followers y likes
Pero, ¿cómo saber si tanto esfuerzo fotográfico sirve de algo? Pues muy fácil, dime cuántos followers tienes y te diré quién eres. En Instagram todo se reduce a likes y seguidores y cualquier instagramer que se precie luchará por tener los máximos posibles. Así se ha ido configurando lo que se llama generación like: individuos, especialmente jóvenes, que están obsesionados con aumentar sus redes de contacto y que ven los corazoncitos como un símbolo de valor, prestigio e, incluso, autoestima. Y si pensabas que la foto con más likes la tenía The Rock o alguna celebridad estilo las Kardashian, te equivocas. La foto con más “me gusta” es ni más ni menos que un huevo. Sí, la cuenta @world_record_egg se propuso conseguir un récord y acabó logrando 54’7 millones de likes para su foto de un huevo.
Le sigue con 21’3 millones de likes la última foto que el rapero @XXXtentación subió antes de ser asesinado a tiros en su coche el 18 de junio de 2018.
Mamá quiero ser influencer
Poco tardaron las marcas en percatarse del potencial de esta nueva red social. Usuarios de las conocidas como Generación Z y Millennial pueden llegar a pasar 3 horas de media conectados a su dispositivos e Instagram a día de hoy es la red de redes. Es en este contexto en el que surgen los denominados influencers: intérpretes, deportistas, cantantes, modelos, youtubers y demás personalidades con muchos followers que crean tendencia y se convierten en imagen de varias marcas. De hecho, universidades como la Universidad Autónoma de Madrid ya ofrecen cursos para formarse como influencer (no es broma). Algo que no resulta descabellado si tenemos en cuenta que es un negocio que llega a facturar unos 14 millones de euros anuales en España y alrededor de 1.000 millones en el mundo. Además, el 91% de las marcas de lujo incluyen influencers de Instagram entre sus estrategias de marketing.
Un nuevo escaparate para las marcas
Y si los viajes y las recetas culinarias abundan en la red social, también lo hacen las marcas de moda y tecnología. Instagram, que sabe lo que se hace, no dudó en aprovechar el interés de las marcas en su app y en los influencers para desarrollar una nueva herramienta de compras. Así arrancaba en 2016 Instagram Shopping convirtiéndose la red social en un escaparate inmersivo para ver y comprar a tu antojo. Con esta herramienta, las marcas pueden etiquetar en sus publicaciones los productos y sus precios e incluir enlaces de compra directos. Porque Instagram se ha convertido en algo más que una red social de fotos y ya puedes pegarte una tarde de compras desde el confort de tu sofá. Y debe resultar rentable para ellas cuando conocemos datos como que Dwayne Johnson cobra 850.000 euros por cada publicación que hace. Al actor le sigue Kylie Jenner, la pequeña del clan Kardashian y una de las influencers que más likes recibe, con tarifas que rondan los 835.000 euros por post. Además, según un estudio realizado por Facebook IQ, Instagram ayuda al 80% de los consumidores a tomar decisiones de compra.
Nueva arma de protesta
Sí, Instagram también se usa para causas nobles y reivindicar los derechos humanos frente a las injusticias. Muchos activistas utilizan esta red social para difundir sus ideas, sus vídeos denuncia y lograr simpatizantes para su causa. Los hashtags de #MeToo contra el abuso sexual en la industria cinematográfica o #BlackLivesMatter para condenar el racismo, en especial, el estadounidense, han protagonizado algunas de las principales iniciativas y protestas en la red social. Además, algunas marcas han emprendido campañas como la que hizo la firma Tentree con un post con el que prometía plantar miles de árboles cada vez que se lograra un hito de likes. Ya han logrado más de 15 millones de “me gusta” y plantado 500.000 árboles en Indonesia y prometen plantar un millón más cuando alcancen los 20 millones de likes.
Aún no tiene la mayoría de edad
Parece que la red social se toma muy en serio eso de no haber alcanzado los 18 años y censura parte de su contenido. Pero en este afán de puritanismo se le han visto tintes machistas. Instagram ha causado polémica en los últimos años con su tenaz censura del topless femenino en la red social. Comenzó en el 2014 cuando censuró la foto de Scout Willis, hija de Bruce y Demi Moore. Esto indignó a gran parte de la comunidad y la directora de cine Lina Esco agrupó a 20 hombres y mujeres para repartir pegatinas protesta con el hashtag #Freethenipple en el parque Washington Square de Nueva York. El hashtag se viralizó y muchas celebridades como Miley Cyrus, Cara Delevigne o Alexa Chung han protestado en contra de la prohibición de mostrar los pezones femeninos y no los masculinos. Esperemos que no toque esperar aún 8 años para poder enseñar algo tan natural como un pecho.