Tener una obra de Basquiat en tu skate, ¿por qué no?

Lo último que querrás hacer con estos monopatines tan artísticos será subirte a ellos.

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The Skateroom es una entidad social belga que reúne a artistas, compradores de arte, museos, marcas y organizaciones sin ánimo de lucro con el objetivo de empoderar a los jóvenes a través del skate. Y, para conseguirlo, han decidido convertir el objeto más representativo de esta cultura callejera en el lienzo de algunos de los artistas contemporáneos más reconocidos. El resultado son monopatines ‘customizados’ con obras tan famosas como ‘La ironía de un policía negro’ de Jean-Michel Basquiat (1981) o ‘Crack is Wack!’ de Keith Haring (1986).

También hay tablas decoradas con instantáneas del fotógrafo y activista chino Ai Weiwei, una colaboración enmarcada dentro de la iniciativa multimedia #100DaysOfTrump, que protestaba contra la presidencia de Donald Trump. Y, por supuesto, no podía faltar Andy Warhol y sus icónicas latas de sopa Campbell o sus retratos de Marilyn Monroe. Los precios van desde los 165 euros a los 6.000 euros.

La entidad The Skateroom vende con un fin social skates ‘customizados’ con obras tan famosas como ‘La ironía de un policía negro’ de Jean-Michel Basquiat o ‘Crack is Wack!’ de Keith Haring  

Pero, más allá del arte, la compañía, fundada por un fanático de los monopatines llamado Charles-Antoine Bodson, quiere desafiar la definición moderna de negocio exitoso. Para empezar, la materia prima con la que elaboran los skates, el arce, procede de bosques sostenibles de Canadá, mientras que el packaging está hecho con materiales reciclados y utilizan la etiqueta de carbono cero. Además, dedican hasta el 30% de cada venta para apoyar proyectos sociales de la ONG Skateistan en todo el mundo. Incluso, si no te gusta el skate, seguro que te seduce la idea de adquirir una obra de arte y, a su vez, contribuir al cambio social.

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