Lydia Valentín: “Estamos abriendo camino para que las deportistas del futuro solo encuentren facilidades”

La deportista olímpica y mejor halterófila del mundo es historia del deporte español. Así piensa y actúa la mujer más fuerte del mundo.

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El público guarda silencio y ella, sola en la plataforma, ante la mirada de miles de personas en el pabellón y la de millones de espectadores desde sus casas, se concentra para ejecutar un ejercicio perfecto. Cierra los ojos, respira y exhala un grito de concentración. En cuestión de segundos, Lydia Valentín (Ponferrada, 1985), toma impulso, agarra la barra y levanta una cantidad de peso inhumana para la mayoría de los mortales, pero no para ella. Una carga que no sólo se mide en pesas sino también en prejuicios, los que le han acompañado desde sus inicios en la halterofilia en un país sin tradición y copado por hombres. Elegimos a Lydia Valentín para protagonizar una de las cinco portadas del número 37 de Mine por ser una de las deportistas más importantes de la historia del deporte español y un referente para otras mujeres que, como ella, decidieron diferenciarse de lo establecido y derribar convencionalismos.

A su extraordinario palmarés tiene que sumar una medalla de oro en arrancada y dos de plata en el último Europeo,  y dos medallas, plata en total y bronce en dos tiempos, en el último mundial de halterofilia en Pattaya (Tailandia).

 La entrevista que puedes leer a continuación tuvo lugar durante el periodo de entrenamiento previo al europeo del pasado mes de abril. Su concentración es máxima, no deja de mirar la hora en todo momento para volver pronto al centro de rendimiento. La exigencia es mayúscula. No quiere fallar. Después de las fotos, llegan las preguntas. Su discurso es tan contundente como una de sus arrancadas.

¿Te definirías como alguien diferente?
Bueno, creo que sí, sobre todo por el hecho de ser deportista de élite, eso es lo que me diferencia del resto.

Ahora que estás en lo más alto de tu carrera deportiva. ¿Qué te diferencia de tus rivales?
No sabría muy bien qué decirte, posiblemente sea que todo lo que he conseguido haya sido sin atajos. Además, creo que el hecho de haber nacido en un país sin tradición en la halterofilia, sin apenas recursos, también ha influido en que tenga tantos triunfos y la repercusión sea mayor. Intento que las medallas y éxitos no me cambien. Para mí es muy importante tener los pies en el suelo porque esto no es algo que haya llegado de la noche a la mañana. Si echo la vista atrás solo veo un duro camino de 20 años de trabajo.

Tu carrera como halterófila se ha desarrollado en un país sin tradición. ¿Has lidiado con muchos prejuicios?
No me considero una persona que tenga que derribar ni estereotipos ni prejuicios. La mayoría de ellos vienen del desconocimiento. Yo reivindico que el deporte no es cuestión de sexos y que todo se basa en una cuestión personal, cada uno tiene que practicar lo que le guste. Lo más importante es valorar el talento por encima del sexo de la persona que está llevando a cabo esa hazaña.

Pero siempre dices que has necesitado ser campeona del mundo para aparecer en una portada.
Es que es cierto. Algunos deportistas, principalmente hombres, tienen mucho más seguimiento en medios de comunicación sin haber demostrado nada. Por el contrario, las chicas estamos prácticamente obligadas a llegar con la medalla de oro y el título de campeonas del mundo bajo el brazo para que se nos preste algo de atención en la prensa deportiva.

¿Nunca has reparado en todas las cosas que te has perdido fuera del deporte?
¿Cuándo tu eliges un camino deshaces el resto? Me he sentido una persona súper afortunada porque he podido desarrollarme y vivir de lo que a mí me gusta, que es el deporte y, más concretamente, la halterofilia. Para hacer algo común tengo el resto de mi vida.

Formas parte de una de las mejores generaciones de mujeres deportistas españolas: Carolina Marín, Mireia Belmonte y Garbiñe Muguruza, entre otras. ¿Qué significa para ti ser uno de los grandes nombres de esta generación?
Somos una generación muy buena, todas hemos conseguido títulos mundiales, europeos y olímpicos. Para mí es estupendo porque fomentamos el deporte femenino y conseguimos que las niñas tengan referentes y hábitos deportivos. Da igual que sea halterofilia, natación o tenis. Lo verdaderamente importante es que estamos abriendo un camino para que las deportistas del futuro solo encuentren facilidades.

Lydia lleva blazer de ASOS TAILORED y body de ANDRÉS SARDÁ.

“Las chicas estamos prácticamente obligadas a llegar con la medalla de oro y el título de campeonas del mundo bajo el brazo para que se nos preste algo de atención”

Trayectoria intachable

Tienes tres medallas olímpicas, pero dos de ellas te las entregaron siete y diez años después de lograrlas por culpa de las sanciones de dopaje de tus rivales. ¿Sientes que te ha robado un momento único?
Sí, me lo han robado. No tiene nada que ver vivir la entrega de medallas in situ en el pódium, a que te las den diez años más tarde en un despacho. Pero bueno, soy una persona optimista y al final me quedo con que las medallas están conmigo. Yo soy la verdadera campeona olímpica de Londres y subcampeona olímpica de Pekín. Afortunadamente, puedo dormir tranquila todas las noches sabiendo que a mí nadie me va a quitar las medallas por hacer trampas. Creo que la satisfacción personal y tener la conciencia en paz es más importante que cualquier cosa.

¿Por qué hay deportistas que recurren al dopaje?
Es una pregunta para ellos. Yo creo que la persona que hace trampas no es deportista. En el deporte hay unas reglas y normas que debes de cumplir y si no quieres hacerlo, lo mejor es que te eches a un lado. De lo contrario, la competición se convierte en un espectáculo que no es real, mientes al espectador y a los rivales haciendo algo que no es válido.

Lydia lleva blazer de ASOS TAILORED y body de ANDRÉS SARDÁ.

“Soy la verdadera campeona de Londres y subcampeona de Pekín. Duermo tranquila todas las noches sabiendo que a mí nadie me va a quitar las medallas por hacer trampas”

¿Qué significa para ti representar a España?
Pues la verdad es que es un orgullo. Yo me siento muy española y cada vez que escucho el himno nacional de mi país se me ponen los pelos de punta y lloro a moco tendido en el pódium. Gran parte de lo que soy se lo debo a mi país.

¿Valoras dedicarte a la política como han hecho anteriormente otros atletas?
No, para nada, pero me parece estupendo que haya deportistas que se manifiesten políticamente. Para defender tus ideas da igual que te dediques al deporte o a cualquier otra profesión. Si te gusta la política, te implicas y te interesa, por qué no ibas a ser participe de ella una vez acabes tu carrera deportiva.

Has anunciado que los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 serán los últimos en los que participes. ¿Tienes miedo a ese momento?
No, ninguno. Obviamente, el deporte tiene una fecha de caducidad y cuando has exprimido tu carrera al máximo es importante saber comenzar una nueva etapa. Está claro que es muy complicado encontrar algo en lo que te sientas tan motivada, pero soy consciente de que en algún momento me tendré que retirar. He conseguido todo lo posible, pero apenas he tenido tiempo de digerirlo y decir: “Lo que he conseguido es mucho”. Tras Tokio hay Europeo y Mundial, creo que ese será el momento en el que pararé y reflexionaré.

¿Qué objetos representan a Lydia Valentín?

A los cinco protagonistas de Mine 37 les propusimos que trajeran objetos que pudieran representar lo que son y el resultado es lo que ves. Así es el bodegón personal de Lydia Valentín:

*Artículo original aparecido en el número 37 de Mine. Pide tu ejemplar en papel en tienda.ploimedia.com o descarga la edición digital interactiva para iOS o Android. 

Fotos: Gabriel Antón; Maquillaje y peluquería: Regina Capdevila; Estilismo: Alicia Claros