Es el mediano de cinco hermanos y puede que, por eso, sea el más calmado y casero. Al final, en el término medio está la virtud y eso Christian Casas (La Coruña, 1992) lo sabe bien. Aunque no es tan conocido como sus hermanos actores, Mario y Óscar Casas, Christian puede presumir de ser el cerebrito de la familia, todo un cocinillas y un influencer con más de 340.000 seguidores. Ahora, protagoniza la campaña más casera de Ron Barceló en la que da a conocer ‘Barceló Inda Jaus‘, un e-commerce que busca transformar las casas en auténticas discotecas. Porque si la juerga no viene a Mahoma, Mahoma irá a la juerga.
La primera pregunta es casi obligada, ¿cómo es la vida en casa de los Casas?
Es una vida muy normal, al final, la de una familia cualquiera. Somos muchos, nunca nos aburrimos y siempre hay ajetreo y movimiento. A veces, también agradezco cuando me quedo solo en casa porque es como algo insólito el hecho de decir: “Un día solo en casa”. La verdad es que nos llevamos todos muy bien.
Supongo que todos los hermanos vivís independientes, ¿pero hay una casa en la que os reunáis más?
Realmente, vivimos todos juntos, casi todos los hermanos. Algunos tienen sus viviendas y pasan tiempo ahí a veces, pero al final, todos somos convivientes y las reuniones las hacemos en casa de mis padres, donde vivo yo también. Cuando nos reunimos solemos hacer barbacoas o hablamos de cualquier tema. Nos gusta mucho juntarnos, sobre todo, por la noche, ya sea viendo un programa de televisión o para charlar un rato entre nosotros.
¿Cuál es tu plan favorito cuando estás en casa con la familia?
Mi plan ideal es estar en mi cuarto con el proyector puesto y verme películas o un maratón de series, comida rápida y tener ese momento de paz para mí.
“Cuando nos reunimos solemos hacer barbacoas o hablamos. Nos gusta mucho juntarnos, sobre todo, por la noche”
¿Quién es siempre bienvenido en vuestra casa?
A día de hoy, nadie puede ser bienvenido –ríe– pero, en momentos más normales, todo el mundo. Amigos de unos y otros, o parejas. Todo el mundo es bienvenido siempre que venga a divertirse y a estar de buen rollo.
¿Y a quién no invitarías nunca?
Por lo general, siempre que haya buena vibra y buena intención todos son bienvenidos. No se me ocurre nadie en concreto…
En alguna ocasión se te ha definido como “el coco” de la familia. ¿Eras el que mejores notas sacabas siempre?
Sí, siempre se ha dicho y es un hecho, las cosas como son —ríe—. He sido el mejor estudiante, ya sea en la ESO o en bachillerato. Me considero responsable y aplicado, siempre me ha gustado mejorar e ir sacando siempre las mejores notas posibles y he estado muy centrado en el tema de los estudios.
“Soy el más casero de los Casas, puedo pegarme un fin de semana entero sin salir”
En todas las familias siempre hay un cocinillas. ¿Quién cocina más en la casa de los Casas?
Coincide que al que más le gusta cocinar es a mí. El cocinillas soy yo y mi madre, todo lo que sé de cocinar lo he aprendido de ella. Pero sí, soy yo el que siempre intenta hacer nuevas elaboraciones, nuevas comidas y me gusta pasar el rato cocinando.
¿Y quién sería el más casero?
¡Ese soy yo también! Me considero muy sociable y me gusta mucho estar con los amigos, pero me gusta estar en casa, aunque sea solo en la habitación. Soy el más casero y puedo pegarme un fin de semana entero sin salir. Aunque, bueno, con la situación en la que estamos ahora, sí que me apetece que haya un poco más de movimiento y que empiecen a abrir las cosas y poder tener una vida social más normal y como era antes.
Y, siendo tan casero, ¿cómo sería la casa de tus sueños?
Me conformo con poco. Vivo a las afueras de Madrid, en la sierra, no podría vivir nunca en un piso en el centro de una gran ciudad. Querría un chalet con jardín, tampoco uno súper grande; el tipo de casa que me gusta sería de estilo minimalista.
“La relación que tengo con Óscar es muy de amistad. Con Mario y Sheila, de adoración y de cariño”
¿Quién es el pilar de los Casas?
¿De la casa? Para todos, es mi madre. Es una buena matriarca y nos quiere a todos con locura y siempre busca lo mejor para todos. La tenemos siempre ahí apoyándonos y mi padre también. Es un dúo, están los dos mano a mano, pero la portavoz, por así decirlo, creo que es ella. Y de los hermanos cada uno aporta lo suyo, todos somos pilares. La relación que tengo con Óscar es muy de amistad, con Mario y Sheila de adoración y de cariño, también de amigos, pero por las edades tenemos diferentes relaciones, aunque somos una piña. Entre los hermanos creo que todos aportamos nuestra esencia.
Una familia de cine
¿Lo de la interpretación es algo que habéis mamado siempre?
Sheila y yo nos mantenemos un poquito más al margen en este tema, aunque estamos involucrados en el sector, pero en casa siempre nos ha gustado el cine y el mundo del espectáculo. A Óscar y a Mario la interpretación les ha gustado desde chiquititos. Por mi parte, he de decir que tengo una estantería llena de mis películas preferidas.
Gustándote tanto, ¿te involucras en los proyectos de Mario o lees sus guiones?
Tanto Sheila como yo nos encargamos de la representación. Entonces, es obligado leerlos y darle mi opinión. Mario tiene una visión y un criterio increíble, pero siempre necesita a alguien que también le ayude, le apoye y le respalde. Es algo obligado, pero lo hago encantado y antes de ser su representante ya lo hacía, o sea, que me encanta leer los guiones y ayudarle y decirle que este proyecto podría ser la hostia o no. A la vez, también, veo sus películas en el cine y digo: “Ojalá no me hubiera leído el guion y lo hubiera disfrutado justo en este momento”.
“Quiero meter la cabeza como productor, estoy escribiendo un largometraje”
Y llevando su representación, ¿soléis rechazar muchos proyectos al año?
No es que sea rechazar, pero, justo ahora, Mario está en un momento en el que buscamos ese papel en concreto o ese género en concreto. Entonces, nos ceñimos más en ver qué es lo que, en cada momento, le puede aportar más.
De pequeño hiciste tus pinitos como actor, pero no seguiste la estela de tus hermanos. ¿A qué te quieres dedicar?
Hice un máster el año pasado de producción de cine y quiero meter la cabeza como productor. También estoy escribiendo un largometraje, junto con un guionista, que creo que lo va a petar. Estamos terminando el guion y en nada quiero empezar a moverlo, a rezar y a esperar que haya suerte.