El dúo Eva Sola ha logrado en tan solo un año a base de versiones melódicas y lentas de temas como Despechá deRosalía unas cifras de seguimiento que ya las quisiera cualquier artista que acaba de empezar. Más de 170.000 seguidores solo en Instagram, 12 millones de reproducciones y más de 325.000 ‘Me gusta’ en TikTok. Eva Menéndez (Girona, 1994) y Albert Solà (Sant Cugat, 1991), los dos artistas que decidieron formar el grupo en 2022, tienen claro que las covers eran solo un reclamo para conseguir visibilidad. Su motivación es lanzar sus propios sencillos como Diminuto o Cicatrices.
Pero, ¿cómo triunfar con baladas en TikTok cuando los temas que más suenan son canciones movidas como Mercho de Lil Cake y Migrantes? Puede que el secreto esté, precisamente, en la sencillez de la propuesta ante un mercado colmado de propuestas musicales ultra adornadas y sobrecondimentadas que acaban empachando. La catalana tiene larga experiencia como compositora, cantante y pianista en espectáculos y con diferentes grupos musicales, mientras que Solà posee una dilatada trayectoria de músico y productor junto a artistas como Beth o Leo Rizzi.
“El hecho de no querer hacer nada pretencioso ha llegado”
Empezasteis hace apenas un año con este proyecto de dúo musical. ¿Esperabais tanta atención con canciones melódicas y pausadas en tiempos de reguetón y techno?
Eva: No la esperábamos, la verdad. De hecho, nos ha sorprendido bastante toda la repercusión que ha tenido, pero, seguramente, que fuera algo diferente es la clave. Era algo distinto y, seguramente, había gente que estaba necesitada de eso.
¿Qué tienen vuestras covers para volverse tan virales?
Albert: Pues no lo sé —ríe—. Lo único que sabemos es que lo que hacemos, lo intentamos hacer de verdad y porque lo sentimos. Son versiones honestas y canciones que nos gustan. En ningún momento pretendíamos hacer nada más que hacer llegar a la gente la música que nos gusta. De hecho, es lo que nos dicen bastante, que somos muy naturales. El hecho de no querer hacer nada pretencioso ha llegado. Se nos da bien cantar y hacer ‘cancioncillas’ tranquilitas y la gente conecta con eso.
¿Os sentís dependientes del like?
Eva: Los dos queremos huir al máximo de esto, es decir, no nos gusta la dependencia hacia las redes sociales. Pero sabemos que es un canal muy potente para llegar a muchísima gente y conectar. Es verdad que te acostumbras muy rápido a tener x número de likes y visualizaciones. Así que, aunque nuestro objetivo es no hacerlo, tenemos que lucharlo para conseguirlo. Hace un tiempo decía que era imposible que me acostumbrara a esto porque eran muy locos los números a los que habíamos llegado, pero te acostumbras y luchamos para que sea guay igualmente.
¿Necesitáis algún tipo de permiso o pagar derechos por usar esos temas?
Albert: No. Al igual que la gente usa nuestros propios audios para sus reels, nosotros lo hemos hecho literal. Únicamente para la versión de Another love de Tom Odell adaptada al castellano con Charlie Rodd —En otro amor— sí que para distribuirla digitalmente en Spotify tuvimos que pedir la licencia a Warner Chappell. Pero, en general, no. Somos un poco hippies en este sentido.
Eva: Realmente, para redes no. Nos viene una canción y la hacemos.
“Nos hemos tomado el tema de hacer covers muy creativamente”
Muchos pueden pensar que lo vuestro ha sido llegar y besar el santo, pero lo cierto es que ambos lleváis un gran rodaje en el mundo musical. ¿Qué es lo más difícil para destacar en él?
Albert: Estar tranquilo y tener claro quién eres como persona y artista. Lo que tenemos los dos es una gran madurez en este aspecto y el tiempo nos ha dado mucha experiencia sobre cómo sentirnos y qué sentir al respecto. La clave es no obsesionarse. Hay algo que te diría que es, prácticamente, espiritual que te hace conectar con una cosa sí y otra, no. Y en eso está la tranquilidad de saber quiénes somos y la música que hacemos sin más pretensión que esa.
Hace poco lanzasteis vuestro primer tema, Diminuto. Desde entonces, habéis sacado Cicatrices y Déjate caer. ¿Las versiones eran una forma de conseguir notoriedad para sacar vuestros propios temas o seguiréis trabajando con las versiones?
Eva: Lo que queríamos era empezar a crear contenido y compartirlo para que la gente pudiera vernos. Realmente ya teníamos nuestros temas ahí preparados, pero acabando de producir, grabando los videoclips, con gestiones, etc. Es verdad que lo hemos disfrutado mucho, es decir, al final, nos hemos tomado el tema de hacer covers muy creativamente. No era hacer la cover sin más, sino adaptarla al castellano, llevarla a nuestro estilo, trabajar todo bastante. Hemos disfrutado bastante del proceso descubriendo letras y significados. Ha sido muy guay y nos ha ayudado a encontrar un sonido común. Por tanto, no es algo que renunciemos hacer, pero lo que nos motiva es hacer nuestras canciones.
Sin duda, las redes sociales ha sido vuestro mejor altavoz y escaparate. ¿Haber surgido de estas plataformas os obliga a trabajarlas mucho más o dedicarle más tiempo, incluso, que para hacer vuestra propia música?
Albert: Te diría que sí. Entender cómo funciona, cómo llegar a la gente y de qué manera, hoy en día, es igual de importante que hacer la música. No vamos a ser hipócritas. También, en este aspecto de hacer música, llevamos muchísimo tiempo y, de alguna manera, ya tenemos nuestras fórmulas, metodología y está mucho más mamado. Y, a veces, quizás nos genera menos esfuerzo que el hecho de entender por qué un post con cierto contenido llega más o menos que otro. Y entender estas cosas, que hace un año nos sonaban a chino porque no somos muy fans de todo esto, ha sido un esfuerzo. Hay días que nos sentimos esclavos de todo eso.
¿Cuál ha sido la versión que más alegría os ha dado o que os haya reaccionado el artista original de esa canción?
Eva: Hay alguna que no se puede decir, todavía —ríe—. Pero, que se pueda decir, Megan Tibbits, la canción Build a house. Es una chica estadounidense que descubrimos por TikTok. Nos gustó mucho, hicimos la versión y ella nos compartió diciendo que estaba llorando porque le había emocionado muchísimo. Es guay que puedas conectar con alguien así.
Albert: O, incluso, la de Tom Odell, En otro amor. Al final, hemos hecho la versión oficial en español gracias a él, le ha gustado y nos ha permitido explotarlo todo. El hecho de poder haber hecho la de Tom Odell ha sido muy bestia. Bizarrap nos vio la cover, pero no dijo nada, nos dejó en visto —ríe—.
“Todo lo que nos ha llegado es un regalo que muchísima gente se pasa la vida buscando”
Habiendo crecido tan rápido en redes sociales, ¿os preocupa poder manteneros en un mundo tan competitivo como el musical?
Albert: Intentamos que eso no nos afecte y seguir haciendo música. Nos repetimos el mensaje de que, al final, todo lo que nos ha llegado es un regalo que muchísima gente se pasa la vida buscando. Hay que estar agradecido de que haya pasado todo esto y no estar agobiado de saber si va a seguir, crecer o reducirse.
Eva: Hay que vivir muchísimo el momento porque, al final, te encuentras en una vorágine de golpe para difundir tu música y también hay que disfrutar y saborear mucho los momentos. Como dice Albert, que dure lo que dure, pero que te quiten lo ‘bailao’.
Los haters abundan en redes sociales. ¿Cómo gestionáis emocionalmente las críticas?
Albert: Tampoco hay mucho hater, por suerte. Siempre hay algún comentario, pero es lo de siempre, como la vida misma. ¿Qué haces con alguien así? Puedes seguirle el rollo o ir a la tuya. Al final, quien tiene la necesidad de compartir algo tan tóxico es un problema que tiene con él mismo. ¿Conclusión? No le damos mucha importancia.