Es uno de los rostros más conocidos de nuestro cine. Y, en breves, también de nuestra pequeña pantalla con ‘Mentiras pasajeras’, la serie producida por Pedro Almodóvar que protagoniza junto a Hugo Silva. Además, el próximo 9 de septiembre la veremos en ‘Jaula’, un terrorífico thriller con una gran reflexión social. Para Elena Anaya (Palencia, 1975) el mayor regalo es tener esta continuidad en un oficio tan inestable como el suyo. También tiene claro que no va a claudicar ante las redes sociales y que los contactos virtuales no son para ella. La actriz adora el cara a cara, tratar con los suyos de cerca, vivir el presente y disfrutar sin necesidad de inmortalizar cada paso. Al fin y al cabo, inmortales ya son cada uno de sus personajes.
Este septiembre estrenas ‘Jaula’, un thriller de miedo con el que nos darás más de un susto. No es la primera vez que haces terror, ya te vimos también en la escalofriante ‘Frágiles’. ¿Es un género en el que te motiva trabajar?
Sí, aunque para mí es una cinta de terror pero muy diferente y sorprendente. Para definirla diría que es una película de terror social de autor porque suceden cosas terroríficas pero tratando temas muy actuales y tiene una gran autoría porque, aunque Ignacio Tatai sea un director novel, tiene una mirada sorprendente. Encasillar las películas en géneros me parece un poco heavy.
“Para mí ‘Jaula’ no es de terror, es un viaje hacia la luz de una persona que atraviesa una situación horrible”
Hay títulos como ‘El silencio de los corderos’ o ‘Misery’ que han tenido nominaciones al Oscar y cintas como ‘Verónica’, ‘Tesis’ o ‘El orfanato’ han logrado un Goya. Pero, en general, el terror no tiene muy buena crítica. ¿Se ve como un género menor?
Personalmente, yo no lo hago. Si te refieres a los críticos, me gustaría que vieran esta peli y ver su crítica —ríe—. Con toda la humildad del mundo, me parece que esta película es muy especial y muy impactante. La sensación que tuve al leer el guion fue esa y al verla me pareció muy sorprendente y distinto. Yo no lo considero un género menor.
¿Sueles consumir cine de terror?
No es un género que yo vea mucho, o sea, no es un disfrute para mí ir al cine y ver una película de terror. De hecho, evito verlas. Pero es que para mí esta película no es de terror, es un viaje hacia la luz de una persona que atraviesa una situación horrible.
Estás ahora preparando la serie ‘Mentiras pasajeras’, producida por Almodóvar y que protagonizas junto a Hugo Silva. Una comedia sobre las mentiras y sus consecuencias. ¿Cómo de importante es para ti la sinceridad y si alguna vez has mentido?
Sí, la serie la protagonizamos dos chicas, Pilar Castro y yo, y Hugo Silva. Yo, a pesar de dedicarme a lo que me dedico, no sé mentir. En mi casa nunca he tenido que mentir, siempre me han dejado mucha libertad, siempre han confiado y nunca he engañado ni ocultado lo que hacía. En casa de otros amigos, por ejemplo, sí teníamos que contar alguna mentirijilla porque, si se enteraban, no volvían a salir en años. Entonces, cuando llegábamos siempre me decían que me callara y dejara mentir a ellos porque, efectivamente, me liaba y nos pillaban. Mis amigos que se dedican a cosas distintas a la actuación eran los mejores mentirosos y yo, sin embargo, pues fatal. Me sigue pasando. Tuve que mentir a Alfonso Ungría cuando me llamó para el casting de ‘África’, mi primera película, y decir que tenía 17 años porque no quería ver a nadie mayor de 18 años. Llegué, mentí y se lo creyeron, pero me puse tan nerviosa que vi el pánico y ya no volví a mentir. La sinceridad me parece básica para moverse por la vida.
“A pesar de dedicarme a lo que me dedico, no sé mentir”
Muchas actrices sueñan con trabajar con Almodóvar. Tú lo hiciste en ‘Hable con ella‘ y años después en ‘La piel que habito‘. ¿Ser una chica Almodóvar te engrandece como actriz?
De entrada da una alegría para el corazón que no te quiero ni contar, para tus padres y tus amigos, ni te imaginas. Cuando me llamaron y me dijeron que Pedro estaba pensando en rodar conmigo un personaje protagonista para su próxima película, yo estaba rodando en París, me paré en mitad de la calle y empecé a gritar de alegría hasta que pasó un policía a preguntarme si estaba bien y se lo dije y se puso a gritar conmigo. Fue increíble, un policía en París y gritó conmigo de la alegría. Un subidón. Lo de si te abre puertas o no, diría que es muy importante trabajar en una película de Almodóvar, es un aprendizaje como persona y como actriz.
“Cuando me dijeron que Pedro (Almodóvar) estaba pensando en rodar conmigo un personaje protagonista, me paré en mitad de la calle y empecé a gritar de alegría hasta que pasó un policía a preguntarme si estaba bien y se lo dije y se puso a gritar conmigo”
¿Qué has aprendido trabajando con Almodóvar?
Tuvimos muchos meses de ensayos y luego llevar una película a medio mundo, viajar con él y tener la suerte de formar parte de su mundo. De vez en cuando, nos encontramos y nos vamos a cenar, es un gustazo, un regalo. Y aprender, aprendí lo que se aprende con los grandes directores. La constancia, el esfuerzo, la dedicación, el amor por su oficio, la pasión con la que se sumerge en el universo que crea, la manera que tiene de presentarte a sus personajes que debes hacerlos tuyos pero con él de la mano, cómo te lleva y enriquece con cada anotación, dirección, matices… Acuérdate del personaje que hice, tan salvaje lo que le está pasando.
A lo largo de tu trayectoria has saboreado el éxito en España, has conseguido un Goya, has trabajado con los mejores directores. Pero también diste el salto a Hollywood y has trabajado en Latinoamérica. ¿En esta profesión la clave está en arriesgar y no creerte mejor por lograr premios?
No te puedes asentar en algo que no existe. Tú ruedas una película y se acabó. Te puedes asentar en un trabajo que sea para toda la vida, que sea lo mismo siempre, pero aquí son 2 o 3 meses de rodaje y ya paras. Estás de alta en la seguridad social y, al acabar, vuelves a ser una persona desempleada y no te puedes quedar ahí vagando en el vacío. Tienes que estar entrenada, dispuesta, con ganas de seguir arriesgando, tomando decisiones y hacer cosas difíciles. Nunca hay red donde caer pero hay que estar dispuesta a saltar. Caminamos sobre una cuerda muy inestable y sin ninguna continuidad. El mayor regalo que puede tener un actor es la continuidad.
La versatilidad de tus papeles dan cuenta de ese riesgo del que hablamos. Has dado vida a una villana en una película de ‘Wonder Woman’, ¿cómo fue ponerte en al piel de un personaje de cómic?
Muy divertido y peculiar. Yo no sabía ni quién era Wonder Woman. Vivo en una zona de Madrid donde hay muchas tiendas de cómics, bajé a comprármelo y pregunté si tenían algo de ‘Wonder Woman’, me dijeron: “¿Perdona?” y me enseñaron toda una pared. Cogí tres, me metí en el avión y me fui a conocer a Patty Jenkins. Me lo pasé muy bien, era un personaje muy agradecido y luego la película resultó ser un éxito mundial.
“Caminamos sobre una cuerda muy inestable y sin ninguna continuidad. El mayor regalo que puede tener un actor es la continuidad”
También has participado en otras súper producciones como ‘Van Helsing’. ¿Cambia mucho la dinámica de una gran producción hollywodiense a una producción española?
Cambian todos los proyectos. Cambia hacer una serie para El Deseo de 12 semanas, cambia rodar una película con un director novel como Ignacio Tatai para la productora de Álex de la Iglesia, cambia rodar con Juan Galiñanes, otro director novel, para Vaca Films… Todas las películas cambian y son diferentes porque son micromundos que se generan y desaparecen. Cambia, claro, pasar de un equipo de 80 personas a un equipo de 800 personas. Entonces, de repente, dices: “¡Qué barbaridad! ¡Qué mega producción!”. Te impacta mucho el nivel de seguridad que tienen y, por ejemplo, los guiones no se pueden enviar y se tienen que dar personalmente, tienes que firmar documentos para evitar filtraciones. Pero en el momento que te ponen una claqueta delante y se comienza a rodar, todo eso desaparece. Da igual que haya 80 personas u 800 personas, estás tú y tienes que hacer tu trabajo impecablemente bien para que la gente se lo crea y pueda hacer el viaje contigo.
También eres, junto a Penélope Cruz, la única española que ha rodado con Woody Allen en ‘Rifkin’s Festival’. Dicen que es algo brusco y tiene varias manías al trabajar. ¿Es tan escéntrico a la hora de rodar como dicen?
Woody Allen me parece un hombre apasionado hasta unos niveles que impactan porque es una persona muy mayor y lo ves entrar todos los días con una sonrisa, una vitalidad y un amor por lo que hace que dices: “Buah, es Woody Allen. Ha venido hasta aquí para rodar esta secuencia”. Es peculiar y tiene, a veces, unas maneras de dirigir que te deja contra las cuerdas, pero no solo le pasa a él. Tiene mucho criterio y cuando dice algo tiene razón y yo se la daré siempre. Es verdad que, a veces, es muy irónico y sarcástico y, o pillas su ironía, o te deja fuera de juego. Al menos, a mí. Pero lo hacía para sacar lo mejor de mí porque tiene una mirada de cineasta que lo ve todo y sabe cuando un actor está pasando de puntillas por algo o cuando está metiendo lo más profundo de su ser.
“Woody Allen es peculiar y tiene, a veces, unas maneras de dirigir que te deja contra las cuerdas”
Social pero sin redes
Eres una de nuestras actrices más reconocidas pero muy discreta con tu vida personal. He visto que no tienes ni Twitter ni Instagram. ¿No eres muy fan de las redes sociales?
No. Detesto las redes sociales y no quiero saber nada de ellas en mi vida. Mis redes sociales son en mi día a día con la gente que quiero y de la que me rodeo. Mis contactos no son contactos virtuales de gente que está en otros sitios, son contactos reales a los que intento no mandar un mensaje de texto, sino quedar cuando puedo. Respeto el uso de las redes sociales, pero en mi vida no las quiero ni ver y me parecen súper peligrosas.
¿Te preocupan las críticas y los mensajes de odio que abundan en las redes?
No. Es que no las conozco, no me he metido nunca y no me preocupan los haters. Lo que me preocupa es el daño tan grande que genera la adicción a todas estas redes que hace que vivamos por y para recibir likes o comentarios de gente que nos dice que es muy bonita la piscina donde nos estamos bañando o qué rico el plato de gambas que me acabo de comer. Yo no concibo hacer una foto a un plato de gambas y no lo comprendo. Para mí, el disfrute es presencial, al momento y con las personas que tengo al lado y no entiendo la vida de esa otra manera. Me parece una frivolidad y un artificio brutal que genera una necesidad de reconocimiento y de aplausos que me da pavor.
“Detesto las redes sociales y no quiero saber nada de ellas en mi vida”
Muchas actrices y actores han manifestado que ahora con el boom de las redes sociales muchos castings dependen del número de seguidores del actor o actriz, ¿se está pervirtiendo esta profesión al caer en esto?
Mi trabajo ya me parece una recompensa muy grande y no necesito buscar otras maneras de recompensa. Y, por supuesto, me parece salvaje que te exijan tener redes sociales y que cuelgues no sé cuantos vídeos de no sé qué. También me parece horrendo que te exijan tener no sé cuántos seguidores para un papel y se ha demostrado que el éxito de un trabajo no depende de los seguidores sino de la gente que quiera ir a verte al cine.
En España ya eres muy consolidada y tu filmografía te avala, ¿pero has recibido presiones por agentes o productores para que te abras Instagram, por ejemplo?
Te puedo decir que a mí me han pedido tener cuentas en Instagram o Facebook y otras redes sociales que no sé ni cómo se llaman y no las tengo. He perdido trabajos porque me han dicho que para tal cosa yo tendría que tener redes y he dicho que, entonces, llamaban a la persona errónea, porque no voy a tener. Puedes interesarles más o menos, pero mi experiencia es que a mí no me ha faltado trabajo y no las he necesitado aunque, seguramente, haya perdido oportunidades de generar mucho dinero pero nunca las he necesitado.
“Mi manera de sobreexponerme es a través de mi trabajo y personajes. Creo que mi aportación es ya muy grande”
¿Cómo controlas trabajar en una profesión que supone una sobrexposición máxima con intentar ser lo más anónima posible en tu vida personal?
Mi manera de sobreexponerme como dices es a través de mi trabajo y personajes. Creo que mi aportación es ya muy grande, muestro todas mis emociones a través de mis personajes cuando trabajo y sigo trabajando y preparándome como actriz para hacerlo de manera bonita y honesta.
Y estando en verano, ¿para un actor se respetan las vacaciones de verano o es cuando más se trabaja?
En mis años de oficio, los veranos suelo estar trabajando, cosa que en mi situación familiar me mata porque es el momento de las vacaciones del colegio y demás. Pero sí, los veranos suele ser la temporada del año que más estoy trabajando, así que, aunque sea un mes, este verano voy a disfrutarlo con quien debo estar.