Cómo abordar el single shaming y otras conversaciones incómodas que sufrimos en Navidad

Preguntas incómodas sobre tu vida sentimental y reuniones que no te apetecen. Sin duda, la ansiedad se dispara en estas fechas. Dos expertas nos dan las claves para mantener el espíritu navideño aún con todo en contra.

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Una suntuosa mesa decorada con esmero y motivos navideños. Tus familiares o amigos sentados alrededor de ella poniéndose al día entre risas y continuados brindis. Una comida navideña que está yendo de maravilla hasta que tu tía hace la pregunta que tantas otras veces te acompañará estos días: “¿Cuándo vas a tener pareja?”. Ya está, todos los ojos en ti, el champán se te atraganta y hasta el más dulce turrón te sabrá amargo como la hiel. Sonríes, intentas salir por las ramas o buscar una respuesta lo más correcta posible y disimular toda la vergüenza, ansiedad o rabia que brama de ti. ¿Te suena? Puedes cambiar la pregunta por “¿cuándo vais a por el bebé?”, “¿todavía no has encontrado ningún empleo de lo tuyo?” o “has engordado un poquito, ¿no?”. Y sustituye a tu tía por tu madre, cuñado o hermano o hermana opinando de tu nuevo look, bromeando sobre algo de mal gusto o tu amiga juzgándote con ironía.

Si alguna de las situaciones anteriores se repiten villancico tras villancico, no eres el Grinch por mirar con recelo a las Navidades. Está clínicamente probado que el simple hecho de acudir a una cena ya puede causarte ansiedad. “Pueden provocarnos mucho estrés. El hecho de “sentirnos obligados” a asistir a muchas reuniones, por ejemplo, para evitar discusiones o enfados de otros, nos lleva a un sentimiento de pérdida de libertad y esto aún lo convierte en algo más frustrante. Puede que a medida que se acerca la fecha nuestra angustia aumente en forma de insomnio o algún que otro síntoma”, comenta Silvia Congost, psicóloga y autora de ‘Personas tóxicas.

Síntomas como dolores de cabeza, tensión muscular, insomnio, bruxismo, irritabilidad o erupciones en la piel indican que la situación nos sobrepasa.

“El hecho de “sentirnos obligados” a asistir a muchas reuniones, por ejemplo, para evitar discusiones o enfados de otros, nos lleva a un sentimiento de pérdida de libertad y esto aún lo convierte en algo más frustrante”

Silvia Congost, psicóloga y autora de ‘Personas tóxicas’

Las Navidades provocan estrés al 65% de los españoles, según encuestas de los centros Nascia. Y cuidado con el corazón, porque la Fundación Española del Corazón advierte del aumento de riesgo de infarto estos días, ya que, según un estudio de la Universidad de Duke, el 25 de diciembre es el día que registra más fallecimientos por esta causa en todo el año, seguido del 26 de diciembre y del 1 de enero.

Y si eres una persona introvertida, no fuerces la máquina si no quieres. “Estas personas lo pasan peor, sobre todo cuando tienen que asistir a grupos que no forman parte de su zona de confort, es decir, que no son su propia familia. En estos casos, si el estrés que van a pasar es mucho mayor de lo que les va a aportar dicha reunión, no deben olvidar que pueden decidir no ir“, recuerda la psicóloga. “Lo mejor es que antes de que llegue el día nos hayamos preparado mentalmente. Podemos imaginar el día y el lugar, pero conectando con cómo nos queremos sentir. Cuanto más preparemos nuestro cerebro para afrontar ese momento con paz, más fácil será“, añade.

Los tóxicos ni por Navidad

A las situaciones incómodas en estas fechas, hay que añadirle también el condicionante de personas incómodas. ¿Sabes detectar a un tóxico? Seguro que esta etiqueta tan manida en los últimos tiempos ya te suenan al igual que las red flags, esos signos que deben ponernos en alerta y decir basta, se acabó. Es más o menos sencillo detectar a ese compañero que te saca de quicio y te incomoda, o la pareja que nos limita y mina la moral, pero ¿qué ocurre cuando la toxicidad se da dentro de tu familia o en un grupo de amigos? “Tóxicas son aquellas personas que cuando nos relacionamos con ellas, nos producen algún tipo de malestar. Nuestro cuerpo sufre y lo pasa mal. Cuanto más lejos las tengamos, mucho mejor. Si detectamos que un supuesto amigo es tóxico para nosotros, mi recomendación es alejarnos de él y no verle más“, aconseja Congost.

“Tóxicas son aquellas personas que cuando nos relacionamos con ellas, nos producen algún tipo de malestar. Nuestro cuerpo sufre y lo pasa mal. Cuanto más lejos las tengamos, mucho mejor”

Silvia Congost, psicóloga y autora de ‘Personas tóxicas’

Es más que habitual que al juntarnos tantos alrededor de una mesa surjan discrepancias, pero hay que saber marcar un límites cuando la situación sobrepasa nuestra paciencia por mucho que los buenos vibes navideños puedan llegar a nublar la razón. “Tóxico es cuando nos sentimos mal, cuando nos dañan la autoestima (nos hacen sentir pequeños, insignificantes, inseguros, inadecuados, débiles, incapaces), cuando nos generan obsesión y no podemos dejar de darle vueltas y vueltas, nos provocan insomnio, depresión…”, señala la psicóloga Silvia Congost.

Tu madre juzgando todo el rato tu nuevo aspecto, tu tío opinando sobre todo lo que has hecho o las preguntas incómodas de tu prima sobre tu vida personal son situaciones tóxicas si llegan a causarte inseguridad o agobio. “Cuando se trata de un familiar, es más complicado. Si no podemos o no queremos hacer contacto cero, por lo menos deberíamos de reducir nuestros encuentros, teniendo claro que lo hacemos por y para nosotros porque nos amamos y nos queremos proteger”, apunta Congost.

También son tóxicos los roles prefijados, ya que, por una supuesta y mal vista tradición, terminamos dando un trabajo extra  a muchas personas. Y si esto no eres capaz de detectarlo, pregúntale a esa persona que siempre pone la casa y prepara todo el menú de Nochebuena o Navidad. “No debemos sentirnos mal por cambiar el formato tradicional, se trata de hablar entre nosotros, de exponer cómo nos sentimos y buscar soluciones. Cada vez son más las familias que se reparten las tareas. Está claro que la casa tendrá que ser una pero, por ejemplo, se puede pactar que la comida la lleven entre todos, cada uno un plato, otro el vino, etc., o, incluso, hay familias que deciden ir a un restaurante si se lo pueden permitir”, comenta la psicóloga.

Blanca (y soltera) Navidad

Aunque no estamos en San Valentín, los que han llegado sin pareja a estas Navidades, seguramente, ya noten las miradas compasivas o juiciosas de sus allegados. Si al mirarte al espejo ves a la tragicómica Bridget Jones reflejada y la vergüenza o la culpa te abordan cada vez que te preguntan por tu vida sentimental, padeces el conocido como single shaming, un fenómeno que describe la idea de que la soltería es solo un estado temporal entre dos relaciones que hay que solucionar lo antes posible. “Suele haber una creencia generalizada de que los objetivos que hay que tener para conseguir el éxito en la vida son: tener pareja, comprarse una casa, casarse y tener hijos, y si no, algo falla. Es importante entender que somos personas completas que no necesitamos una relación para validarnos. Una pareja te tiene que complementar, nunca completar“, recalca Raquel Mascaraque, experta en psicología emocional que ha colaborado con Bumble para combatir estas actitudes tóxicas.

El single shaming es un fenómeno que describe la idea de que la soltería es solo un estado temporal entre dos relaciones que hay que solucionar lo antes posible

Comentarios como “¿no te cansa ir de flor en flor?” o “¿todavía sin pareja?“, son algunas de las frases que la piscóloga aconseja que se deben evitar estos días. “Con ese tipo de preguntas damos a entender que la felicidad llegará cuando encuentres a alguien que te complete, que de alguna manera estás roto. Esto nos puede hacer creer que de alguna manera no estamos encajando en el modelo de sociedad aceptado por la mayoría, pero la manera de encajar realmente es entender que no hay nada roto en ti”, señala Mascaraque. “Además, no tener pareja no significa no tener nadie con quien compartir estas fechas. Debemos fomentar las relaciones sociales y las actividades con otras personas“, añade Congost.

Comentarios como “¿no te cansa ir de flor en flor?” o “¿todavía sin pareja?”, son frases que se aconseja evitar estos días 

Además, más allá del estrés, la tristeza o el daño a nuestra autoestima que el single shaming puede causarnos, toda esta presión social puede hacernos buscar pareja de manera desesperada y terminar en relaciones que no nos satisfagan. “Estar soltero es muy buena manera de conocerte y saber qué es lo que quieres, pero sobre todo lo que no quieres en una relación. Tener pareja debería ser una elección, no una necesidad, anteponer el deseo del grupo al tuyo en algo tan personal acaba pasando factura”, defiende Mascaraque.

Por lo tanto, “si esas preguntas te incomodan, es bueno cortarlo claramente”, recomiendan las expertas. ¿Cómo? Siendo asertivo. “Decir que esa pregunta te parece incómoda y prefieres no seguir hablando de ello”, aconseja Mascaraque.

En resumen, las navidades no deben ser el pretexto para soportar comportamientos que no tolerarías en otro momento del año. Feliz navidad a todos y practiquemos un poco más la empatía en estas fechas.