Michael Robinson (Leicester, Inglaterra, 1958 ) llegó a España sin hacer mucho ruido, en 1987, cuando el Club Atlético Osasuna se interesó por sus servicios. Era un delantero rematador que venía de jugar en el Manchester City y el Liverpool. Sus inquietudes más allá del deporte le llevaron a enamorarse de la cultura, idiomas y gente de nuestro país, hasta el punto de convertirse en el primer gaditano nacido en la fría Leicester. Su devoción hacia el Cádiz Club de Fútbol y su ciudad es de sobra conocida. Allí encontró otra manera de vivir este deporte que nada tiene que ver con los grandes clubes europeos. Y es que a él la planta noble le produce mucho rechazo. “El fútbol no aguanta una mirada con lupa. El fútbol es lo que jugamos los viejos y gordos como yo o lo que hacen los niños y niñas por el mundo, no el 0’1% que sale en los medios. Tenemos a la mitad de la cúspide de la FIFA entre rejas y a la otra mitad esperando su turno. Esto es lamentable. Derrochar en un solo fichaje el dinero con el que podrías construir un hospital es un poco feo, diría que hasta pornográfico. Me parece un insulto que se pueda firmar un cheque de tantos millones cuando la sociedad carece de tantas cosas”, sentencia el presentador
Robinson comenzó su andadura televisiva en el año 1990, un año después de retirarse como jugador profesional. Su estilo desenfadado, humorístico e irónico caló rápidamente entre la audiencia. Pasó de narrar los partidos en TVE a colaborar con el programa ‘El larguero’ de la Cadena Ser, para presentar y dirigir más tarde ‘El día después’ de Canal Plus. Llegaba una nueva forma de ver y entender el fútbol. “En España hay hordas de periodistas que te dicen quién ha ganado y perdido, quién es bueno y malo. Sin embargo, yo entiendo que un deportista es un hito en sí. En el periodismo de ahora queremos vender más que informar. Poco a poco estamos ‘desculturizando’ al pueblo, se trata de una abdicación de responsabilidad. En consecuencia, tenemos portadas y programas más llamativos que solo dicen sí o no, pero no ahondan en el por qué”, analiza el ganador del premio de periodismo Manuel Vázquez Montalbán 2017.
“Derrochar en un solo fichaje el dinero con el que podrías construir un hospital es un poco feo, diría que hasta pornográfico”
Con el final de ‘El día después’ en el año 2005, Michael Robinson ponía fin a una etapa de 14 años. Tras un complicado paso por Cuatro con ‘Maracaná’, el presentador inglés atravesaba por una depresión y necesitaba un nuevo aliciente que impulsara su carrera. Afortunadamente para él, de aquella etapa nació ‘Informe Robinson’, programa que actualmente dirige y presenta en #0 de Movistar+. “Durante el primer año hicimos un retrato de Carolina Rodríguez, una gimnasta cuyo sueño era estar en los Juegos Olímpicos de Londres pero que fue expulsada de la selección con 21 años por ser vieja y tener un idioma corporal demasiado acentuado. Pese a ello, decidió luchar por su clasificación de forma independiente. Falló en todas las rondas preclasificatorias hasta que en la última consiguió lo imposible. Aquel día, sus padres, que son sordomudos, nos confesaron que no habían escuchado un acorde de música en su vida, pero que viendo a su hija ejercer como gimnasta la entendían perfectamente. Años después, Carolina me sigue ayudando a explicar lo que es ‘Informe Robinson’”, confiesa emocionado.
Lo importante es participar
El deporte es capaz de movilizar a millones de personas en defensa de unos colores, valores o sentimientos. Sin embargo, también son muchos los que aprovechan para hacer de él su particular guerra sin armas. “El presidente del país más poderoso del mundo, Donald Trump, insulta a la gente llamándoles losers (perdedores). Evidentemente solo gana uno, por lo que con el paso del tiempo se acumulan una cantidad tremenda de perdedores. Cuando la sociedad está educada para aplaudir únicamente al winner (ganador) y los que quedan por detrás son todos losers, me parece que estamos entrando en la ignorancia y tenemos un grave problema”, aclara Michael Robinson, quien tampoco tiene reparos a la hora de hablar sobre la situación de su país natal tras la aprobación del Brexit. Durante los meses previos a la votación, el presentador fue una de las voces más activas en nuestro país en contra de la polémica medida. “Me da vergüenza el voto xenófobo que hemos hecho. Ha habido muchas voces contrarias antes y durante la campaña pero no han calado entre la sociedad”, señala contrariado.
Ahora toca hablar de uno de los deportistas más polémicos de nuestro fútbol: Gerard Piqué. El periodista se contrae incómodo, cruza los brazos y frunce el ceño. No alcanza a entender por qué en España la ideología de un deportista puede dar lugar a tanta controversia. “Los deportistas pueden llegar a convertirse en juguetes en el prisma del público. ¿Cuando nos dan el carnet de deportista profesional, nos quitan una parte del cerebro? ¿No puedes opinar, ni sentir ni pensar? Evidentemente, sí. Yo tengo una opinión política, la he tenido cuando era futbolista y la tengo ahora. En algunos casos va en su perjuicio porque ahora Gerard Piqué es pitado en todos los campos; su vida sería más cómoda si no hablara. La vida de Pep Guardiola también sería más tranquila si no sintiera, pero es humano”, explica enérgicamente el ex jugador del Liverpool.
“No alcanzo a entender por qué en España la ideología de un deportista puede dar lugar a tanta controversia”
Más allá de opiniones políticas, lo que es seguro es que los deportistas, sobre todo los futbolistas, se han convertido en auténticos líderes de opinión. Sus seguidores en redes sociales se cuentan por millones y cada una de sus acciones tiene una incalculable repercusión. “De no ser por la gente cuya opinión es más escuchada, como ocurre con deportistas y músicos, Nelson Mandela hubiera muerto entre rejas. Gracias a ellos se tuvo conciencia del mayor episodio de degradación humana que ha habido desde el nazismo. El mundo miraba a otro lado hasta que los deportistas dijeron: ‘No vamos a jugar contra ellos’. A mí me ofrecieron una fortuna por hacer un anuncio de Colgate para Sudáfrica y respondí que no”, señala el narrador.
Enamorado de nuestro país desde el día que lo pisó por primera vez, el de Leicester recuerda la final del Mundial de Fútbol de Sudáfrica como uno de los momentos más maravillosos de su carrera. Y de eso, claro está, también tiene anécdotas que contar. “Antes del Mundial habíamos hecho un ‘Informe Robinson’ sobre Xavi e Iniesta. Pues Andrés, que venía de una lesión, en un momento dado me dijo: ‘Estoy acabado Michael. Cuando me veo jugando al fútbol, me miro y es como si fuese otro tío; soy incapaz de jugar tal y como yo jugaba. No pasa nada porque he tenido 18 meses gloriosos, pero ahora ese futbolista no está en mí’. Esto me entristeció muchísimo y fíjate cómo son las cosas que marcó el gol de la final. Eso es lo bonito del deporte”, afirma entre sonrisas.
Se define como un creador de programas que utiliza el deporte como excusa para contar historias; un privilegiado al que le dan la oportunidad de ponerse delante de las cámaras y rascar, como él mismo dice, el barniz de la realidad. “Tengo muchas ganas de sentarme con Pep Guardiola. De momento nos ha dicho que no, pero me consta que es un gran espectador del programa. Sería muy bonito para mí que la gente sepa qué siente, cómo piensa y qué opina sobre el fútbol. Me apetece mucho hablar tranquilamente con él”, confiesa. Hasta conseguirlo, Michael Robinson seguirá enseñándonos que el deporte, a pesar de su grandeza y su variedad, es solo el pretexto para contar el lado más humano de la vida.
*Esta entrevista se publicó originalmente en la web en diciembre de 2018, pero se ha actualizado la información a fecha 28 de abril de 2020.
*Artículo originalmente publicado en el número 35 de Mine publicado en 2018. Pide tu ejemplar en papel en tienda.ploimedia.com o descarga la edición digital interactiva para iOS o Android.