En pleno 2021 a todos nos suena ya el concepto de body positive, ese movimiento social que empodera a los cuerpos no normativos y a las personas con sobrepeso y que cuestiona la forma en la que la sociedad observa y representa el cuerpo humano. Pero, seamos sinceros, al hablar del body positive, ¿has imaginado a una modelo curvy o a un modelo con estrías? ¿Has pensado en actrices como Melissa McCarthy o Itziar Castro o en actores como Eric Stonestreet, el carismático Cameron de ‘Modern Family,’ o el polifacético Jonah Hill? Seguramente tu mente se haya ido por el lado femenino de la ecuación, pero lo cierto es que los hombres también necesitan del body positive. Y mucho.
Nadie va a negar que el cuerpo femenino ha estado y sigue estando sometido a un continuo escrutinio social por cumplir ciertos cánones. Algo que, según muchos psicólogos, nutricionistas y personalidades públicas puede ocasionar graves trastornos en la conducta alimentaria y muchos complejos. Pero en los últimos años, la lucha de muchas mujeres con cuerpos no normativos ha supuesto que la publicidad, el cine y la moda apuesten por mostrar la realidad y las curvas de féminas con medidas que no se ajustaban a los cánones de delgadez tan extendidos durante décadas.Sin embargo, en los hombres no se ha promovido este viraje. “En pleno siglo XXI la sociedad sigue pensando que a nosotros, los hombres, no nos afectan este tipo de cosas. Obviamente es mentira, todos somos personas y necesitamos dejar de tener el peso de la sociedad recordándonos a cada instante que no cumplimos con el canon de belleza establecido. Y está bien no hacerlo, somos igualmente válidos, guapos y sexis”, defiende Enzo Coldriver, fotógrafo y creativo digital que en sus redes sociales lucha por abanderar todos los tipos de cuerpos.
A diferencia del canon de belleza femenino que, según el momento histórico, se ha ido modelando de unos tipos de cuerpos a otros, el masculino ha sido, más o menos, estable. Desde el Hombre de Vitruvio de Leonardo Da Vinci, el Discóbolo de Mirón hasta los superhéroes de Marvel o los modelos de Calvin Klein hablan de un canon que, con mayor o menor volumen, trata de cuerpos masculinos musculosos y definidos. ¿Hay diferencia entre el David de Miguel Ángel o un modelo de Abercrombie? “Nos hicieron creer que los cuerpos saludables son delgados, que los cuerpos gordos son cuerpos llenos de ansiedades. Faltan referentes gordos, capaces de tensar la idea de belleza y deseo. Faltan historias que nos interpelen a pensar en otros cuerpos”, denuncia Martín Cabrera, actor y docente argentino que milita por la idea de cuerpos libres de complejos y ataduras. “La estigmatización del varón gordo es muy fuerte”, añade.
La burla como miedo
Pero esta falta de referentes masculinos con cuerpos no normativos hace que muchos hombres se cohíban y avergüencen a la hora de compartir y afrontar sus inseguridades. Al final, se tiene la falsa creencia de que todo eso es cosa de mujeres. “Además de gordo, soy homosexual y estoy muy orgulloso de ser quién soy. Y hablo del orgullo como respuesta política a una sociedad que permanentemente nos educa para la vergüenza”, recalca Cabrera. “Hablar de lo que nos acompleja con naturalidad tiene efecto liberador. Cuando hago mis videos, no solo es para ayudar o incentivar algo, es algo muy terapéutico para mí”, añade Franco Castagno, un influencer chileno que viralizó sus estrías.
Y es que son muchos los hombres que se sienten descontentos con su cuerpo y caen en depresión, ansiedad o trastornos alimenticios. De hecho, aunque no hay datos concretos de su prevalencia en España, se estima que entre el 20% y el 30% de los afectados por algún TCA (Trastorno de Conducta Alimenticia) son hombres. Asimismo, según datos de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética, las cirugías estéticas para hombres suponen un 15% del total de intervenciones anuales. “Pese a todo, se llega al punto de invisibilizar y/o ridiculizar estas inseguridades en el caso del género masculino. En publicidad o el porno, se nos muestran ejemplos de hombres “perfectos”, sin estrías, con una tonicidad muscular muy difícil de alcanzar para la mayoría y con miembros viriles de proporciones mucho mayores al promedio, lo cual lleva a los hombres a sentirse inseguros, pero en silencio”, condena el tiktoker chileno.
De hecho, la invisibilidad que los hombres sufren dentro del movimiento del body positive es tal que, desde la asociación The Body Positive, rehusaron participar en este reportaje al no tener ningún miembro masculino en su equipo ni poder ponernos en contacto con ningún hombre que defendiese esta idea. Ante esta situación, no solo estos influencers y personas de a pie reclaman más espacio masculino. Famosos como el cantante Sam Smith o el actor y director Jonah Hill han defendido, a través de su cuenta de Instagram, que el body positive también es necesario en hombres. Por ejemplo, el actor de cintas como ‘El lobo de Wall Street’ denunció que medios como el Daily Mail centrara todo un artículo en opinar y juzgar su cuerpo que se sale de los cánones hollywoodienses y, además, compartió, precisamente, una fotografía fomentando el body love. “Sé que tu intención es buena pero te pido amablemente que no comentes nada sobre mi cuerpo bueno o malo, quiero hacerte saber educadamente que no es útil y no sienta bien. Mucho respeto”, comentó el actor en su perfil de Instagram.
Visibilidad
Si en algo coinciden todos los defensores del body positive es que, para acabar con los prejuicios y la marginación de los cuerpos no normativos, es necesaria una mayor presencia de estos cuerpos en todos los escaparates audiovisuales. “Al final cuando ves algo tantas veces acabas acostumbrándote a ello. Necesitamos que la diversidad, la empatía y el respeto lleguen a más gente y para ello, necesitamos apoyo”, asegura Enzo. “Desde pequeño, lo único que veía en la televisión y en las revistas eran hombres delgados, musculosos, con los famosos abdominales marcados… Con muy poca edad, eso te hace obsesionarte con conseguir ese físico para ser aceptado y dejar de ser objeto de burlas. Eso puede acabar en problemas muy graves de salud. Afortunadamente, en mi caso no llegó a ese punto”, añade.
Para ello, estos activistas no dudan en mostrar sus estrías, pelos, calvicie, michelines y demás rasgos considerados imperfectos en sus redes sociales. “Mostrarme desnudo, en panza, con el culo lleno de pelos, posando con la misma sensualidad con la que posan los varones hegemónicos, esa es mi manera de combatir la gordofobia y fomentar el body positive: mostrarme como un sujeto capaz de ser deseado por cualquier hombre. Y sentirme hermoso, por supuesto”, afirma Martín Cabrera. “En redes siempre se tiende a idealizar tu vida y acercarte a esa perfección. Deberíamos asumir que esa perfección no existe y que hay una diversidad que necesita ser enseñada y aceptada”, añade Enzo.
Pero esta voluntad de romper esquemas y mostrar toda la belleza de la diversidad no es bien vista por todos y en redes sociales abundan los haters. “Diría que la mayoría de personas con cuerpos no normativos, por no decir todas, hemos recibido algún ataque en redes sociales. Es muy fuerte que todo un sector de la población sea acosado por simplemente existir. Claro que los haters fomentan inseguridad y baja autoestima, principalmente, porque ellos mismos son los inseguros y frustrados por no conseguirla”, condena Enzo. Por eso, es necesario saber hacer un buen uso de las redes sociales y relegar los comentarios dañinos al lugar que les corresponde. “La gente es la que fomenta la inseguridad. Las redes sociales no son el problema, una mentalidad tóxica, sí“, critica Franco. “Hay que poder distanciarnos de su odio para que no nos afecte, sobre todo cuando sabemos que hay muchos haters gordófobos”, zanja Martín.
Aunque la presencia en redes sociales es importante, ya que el 80% de los españoles las usa y pasa casi dos horas al día en ellas (informe Digital 2021), es muy importante que los referentes cinematográficos y televisivos también sean un reflejo real de la sociedad, sobre todo, si tenemos en cuenta que pasamos de media tres horas diarias viendo la televisión. “Hay que normalizar los cuerpos no hegemónicos para que la gente se sienta más representada y aumente su autoestima al ver que un protagonista imponente o un modelo publicitario tiene un cuerpo parecido al suyo”, señala Franco. “En el cine seguimos atascados en el tópico de amigo gordo gracioso, siempre en segundo plano o dentro de una historia que se centra en su físico y en cómo lo cambia. Necesitamos protagonistas de historias con cuerpos diversos y que la acción de la película o serie no se centre en ello. Que solo sea una característica más sin importancia”, añade Enzo.
Así, muchos creativos como el fotógrafo Anthony Manieri van tomando más consciencia y defendiendo en su último trabajo todos los tipos de cuerpos. ‘Arrested Movement‘ se centra en los cuerpos no normativos para mostrar toda la belleza que existe en la diversidad. Sin importar raza, edad, peso corporal y forma, el proyecto fotográfico resalta la importancia de mostrar la variedad corporal que convive en el día a día. Además, su creador defiende que esta serie fotográfica es muy necesaria ya que los medios y la publicidad se centran, según él, únicamente en el body positive femenino, relegando los cuerpos no normativos masculinos a un ostracismo mediático.
¿Conclusión? Los complejos e inseguridades no entienden de sexo ni, mucho menos, el amor propio. Porque si algo tienen claro los defensores del body positive es que, una vez que te quieres, puedes con todo y cambia hasta la percepción que el resto tiene de ti. “Lo mejor del body positive es que ya no sientes una presión por agradarle a los demás ni encajar donde no te quieren. Haces las cosas por ti y para ti. En mi caso nunca había tenido un mejor estado físico ni de salud que el que tengo ahora, pese a haber estado flaco en un momento”, asegura Franco. “Además, ganas calidad de vida, ganas salud mental y eso al final se refleja en más cuidado a uno mismo y a más salud física. Dejando atrás los complejos y la frustración, te escuchas más a ti mismo, a tu cuerpo“, concluye Enzo a modo de leit motiv.
Claves para cargarte de body positive
¿Cómo trabajamos nuestro propio body positive? Seguramente, esta sea una de las primeras dudas que te han abordado al hablar de este movimiento. Y para que puedas empezar de inmediato, la psicóloga Elena Daprá, especializada en desarrollo personal, nos da unas pautas para comenzar a cambiar la relación con nuestro cuerpo.
1. Quiérete más
“Has de quererte más y tener en cuenta que eres un todo y no solo un cuerpo. El body positive está muy bien pero hay que tener en cuenta que es cuerpo más mente. Puede haber quien no concuerde con esos cánones estéticos pero, sin embargo, tiene una personalidad arrolladora que enamora como persona. Estar bien con uno mismo, te hace estar bien con todo”, explica la psicóloga.
2. Explota tus puntos fuertes
“Busca aquellas cualidad que tienes y pon el foco en lo que tienes y no, en lo que te falta. Piensa: ¿Cómo te han ayudado tus cualidades en momentos difíciles? Han sido útiles y, por eso, quiere todas esas cualidades porque también son tú”, anima la experta.
3. Cambia tus creencias
“Empieza por cuestionar lo que te dices y busca el punto objetivo de todo lo que te estás diciendo. Además, es importante que diferencies entre hechos y opiniones. Y ten claro que lo que sientes no lo hace una verdad, es decir, es una distorsión cognitiva porque el pensamiento, normalmente, es que yo siento que estoy gordo y yo, entonces, pregunto: ¿Qué es estar gordo?”, plantea Daprá.
4. Sé amable contigo mismo
“Somos muy críticos con nosotros mismos y hay que dejar de juzgarse con un látigo. Di cosas más positivas sobre ti mismo y busca aquellas situaciones en las que lo hiciste bien y cómo puedes extrapolarlo a nuevas situaciones. Y, como te dije, trabaja las fortalezas que tiene uno, que es la parte que trabajo yo. La psicología se maneja en 24 fortalezas y todos tenemos fortalezas, en mayor o menor medida, cada una de esas 24. La cuestión es descubrir cuáles son tus fortalezas y usarlas en tu beneficio”, argumenta.
5. Cero comparaciones
“Las redes sociales han aumentado al 200% nuestros complejos al compararnos con otros. Yo no me puedo comparar con otro cuerpo porque mi cuerpo no es aquel cuerpo y somos únicos. Si me comparo, me comparo con algo que considero perfecto o mejor que lo mío. Pero, ¿por qué es mejor que lo mío? ¿Para qué hago esa comparación?”, se pregunta la psicóloga.
6. Ignora a los haters
“Recuerda que tienes tus fans y tus haters. Céntrate en lo que te provoca bienestar. Las redes pueden estar muy bien como un sitio de información u ocio pero siempre que tenga claro quién soy. Si no tengo claro quién soy, puedo caer en estar comparándome con el otro”, advierte.