Carlotta Cosials (Madrid, 1991) no vivió ni creció en un barrio al oeste de Filadelfia, sino en Puerta de Hierro (Madrid), y tampoco fue a los bailes de graduación como los chicos de ‘Sensación de Vivir’—ella era más de bolos en garitos—, pero hemos de reconocer que el rollito noventero le va que ni pintado. La integrante de la banda española Hinds se mete en el mood de esta ecléctica década para retrotraernos a esos años en los que las revistas adolescentes nos querían “educar” en materia sentimental y sexual. Menos mal que Carlotta no hizo bien los deberes. Además, le sometimos a un test de la Súper Pop y el resultado no te dejará indiferente.
¿Eres una persona nostálgica?
No demasiado. Estoy conociendo, últimamente, a personas que sí lo son, que piensan en las mejores etapas de su vida y son siempre del pasado. Disfruto pensando en el pasado, no me entristece.
¿Cómo fue tu adolescencia?
Terrorífica. Creo que es el peor momento de una persona. Concretamente, lo pasé bastante mal. Tuve problemillas con mis amigas del colegio, me puse malita, fui al psicólogo… Fue una adolescencia dura. En cambio, la infancia y la pubertad guay.
¿Primer crush de tu vida?
Pues intuyo que sería Brad Pitt. En esa época que iba de rubito con el pelo corto estaba guapísimo, como siempre. Tendría que pensarlo mejor porque seguro que me sale alguien más indie, pero juraría que fue él.
¿Y el más reciente?
Diego Ibáñez del grupo Carolina Durante… —con quien se rumorea que mantiene una relación en la actualidad—.
¿Eras consumidora de revistas adolescentes?
No mucho, pero sí era muy fan, intuyo que por estas revistas, de un grupo que se llamaba Busted. Era una boy band de tres chicos ingleses que tenían un primer álbum con varios temazos como Year 3000. Reconozco que me gustaban mucho y que tenía un par de pósters de ellos en la habitación junto a otro de Brad Pitt. Súper random —ríe—.
“No he visto porno nunca, ni a día de hoy. No me mola. No es que no me produzca curiosidad, sino que creo que hacerlo tú mola mucho más que verlo”
En este tipo de publicaciones enseñaban a las chicas a ligar con frases del tipo: “Para conquistarlo de verdad, hazle creer que pasas de él y, sobre todo, no te muestres celosa”. WTF!
Menos mal que la sociedad ha ido cambiando… Incluso ves series de los 90 y hay cosas que son absolutamente impensables ahora mismo a nivel de machismo. Antes, la posición de la mujer estaba mucho más atrás y era mucho más servil.
¿Tú aprendiste algo sobre las relaciones leyendo este tipo de cosas?
¡Jamás! En general, nunca tuve mucho problema en relacionarme con humanos. Aprendí gracias a mi madre y a mi padre. Al final, el boca a boca es la mejor información.
¿Escena de sexo que marcó tu adolescencia?
Una de ‘El piano’ (1993). Me la puso mi madre cuando era bastante jovencita porque ella tocaba el piano y le encantaba. Recuerdo que me impresionó porque era sexo de adultos. Tampoco he visto porno nunca, ni a día de hoy. No me mola. No es que no me produzca curiosidad, sino que creo que hacerlo tú mola mucho más que verlo.
¿Eras muy ligona?
Echando la vista atrás me doy cuenta de que sí. Tenía bastante iniciativa. No tenía problemas.
¿Guapos tontos o listos feos? Parece que, por entonces, había que elegir una cosa o la otra.
O culo o cara, como se suele decir —bromea—. Desde luego, listos feos. A mí los feos me resultan muy atractivos.
Eso sí, en estas revistas no encontrábamos ni una referencia a la diversidad sexual ni de género. ¿Cuándo te diste cuenta o aprendiste que había muchas más posibilidades?
Creo que somos una generación que hemos tenido muy asumida la orientación sexual. Lo que me está pillando más mayor es la identificación de género, el “no soy hombre ni mujer, soy género fluido”. Eso me ha llegado mucho más tarde y es una cosa que no ha salido tan natural, sino que ha sido más bien de verlo en la generación venidera. Vete tú a saber qué es lo siguiente que viene en cuanto a liberación de la identidad de cada uno.
“Tuve una adolescencia dura . Fui como anoréxica, ortoréxica y bulímica durante un año y medio”
God save the music
¿Cuál es el estereotipo que aún perdura y que más rabia te produce?
Que todavía se siga pensando que lo mejor que puede ofrecer una mujer es su imagen y que lo mejor que puede ofrecer un hombre son sus ideas. No ocurre a la inversa. Ya empiezan a ser muchos más hombres los que se interesan por cosas más banales, como es la imagen. Y también, por suerte, se están valorando las ideas de las mujeres y se nos está viendo más como un cerebro y no solamente como una percha.
Otro de los temas importantes en las revistas teen era la preocupación por el físico. ¿Tú tenías complejos?
De verdad que lo pasé muy mal. Fui como anoréxica, ortoréxica y bulímica durante un año y medio. Las tres cosas a la vez. Ahora mismo no tengo hermanos que me puedan contar cuánto de rallada está la juventud con el peso, por ejemplo, pero intuyo que será muchísimo porque estás constantemente mirando fotos alucinantes de todo el mundo en el móvil. Y lo tienes en la mano casi 24 horas al día. Mi único gran consejo sería tener paciencia. Yo fui a terapia, aunque no te creas que eso me ayudó demasiado, más bien me apoyé en mi madre. En cuanto terminé el colegio y encontré un grupo de amigos que les interesaba mazo la música me sentí más liberada.
Hablando de la imagen, ¿cuál es la tendencia que te encantaba por entonces pero que esperas que no vuelva?
Cuando era un poco más ‘punkita’, llevé el pelo morado y negro, y reconozco que me sentaba fatal. También es un estilo de vida. Quería ir más de emo así que pa’ lante. Hay mogollón de cosas que nunca he llevado, pero no le tengo tirria a ninguna moda en concreto.
“Me da rabia que se siga pensando que lo mejor que puede ofrecer una mujer es su imagen y que lo mejor que puede ofrecer un hombre son sus ideas”
¿Qué grupos o cantantes llenaban las paredes de tu habitación?
En cuanto empecé a tener buen gusto musical ya me metí a saco con música de los 60 y los 70. Me puse las pilas. Mis padres me dieron una educación musical basada en la movida madrileña, que está genial, pero es súper hortera. No me elaboré un gusto definido. Cuando crecí un poco más, me metí de lleno con el rock&roll. Luego me dio mucho tiempo por el rap, trallé mucho a Violadores del Verso… Vas cambiando.
¿Algo que escucharas a escondidas porque te daba bastante vergüenza?
Nunca me he sentido muy avergonzada de escuchar nada. Ni siquiera cuando empecé a escuchar reguetón, antes de que el reguetón fuera aceptado socialmente —bromea—. Entiendo que hay gente que puede ir de pedante, porque hay música que parece más inteligente, y genial por ellos, pero nunca me he sentido menos por la música que escucho.
¿Ibas a muchos conciertos?
Empecé a ir a bolos pequeños de Los Nastys, Los Parrots y demás, que prácticamente tocaban todos los fines de semana en la Wurlitzer o en el Nasti. Me acuerdo que ellos mismos compraban una botella de alcohol y nos daban chupitos a la gente que estábamos en la puerta esperando. Comúnmente, éramos todos bastante pobres, pero no nos importaba. Hemos hecho mucha vida en la calle, que al final es lo más barato. Pero así de conciertos gordos he ido a los Arctic Monkeys, por ejemplo. En el Palacio de Vistalegre habré estado un par de veces, no te creas.
A nivel mediático, como grupo, ¿preferiríais haber surgido antes de la era de los haters?
Creo que no. Si hubiéramos salido antes, no se nos habría permitido tener voz en muchas de las cosas que ahora sí tenemos. Decimos lo que nos da la gana y damos el mensaje que exactamente queremos. Antes, el control artístico sobre lo que estabas creando era mucho mayor.
¿Habéis aprendido, con el tiempo, a que os resbale más todo?
No te creas… A mí, a veces, me pilla cruzado algo y un mal comentario me deja jodida toda la tarde. También va un poco con mi personalidad. Yo misma digo: “¡Carlotta! Espabila ya, no te puede afectar”. Pero es que no es nada fácil. La teoría te la sabes de memoria: no permitas que otras personas juzguen si tu trabajo es válido o no. Ojalá fuera tan fuerte y con una autoestima tan alta de decirte que me resbala todo porque soy la puta hostia, pero no. A veces, sí que puede llegar a ser duro. Pero te quitas el Instagram un par de días y ya está.
Y como sorpresa final…¡Ojo! te hemos dejado estos pósters –uno en vertical y otro en horizontal– para que des rienda suelta al fan que llevas dentro.
¿cÓMO SUENA EL NUEVO DISCO DE HINDS?
“Para las referencias de este álbum nos hemos ido a un abanico inmenso porque queríamos investigar mucho en el sonido. Nos hemos dejado llevar y creo que ha sido una decisión súper positiva. Cada canción tiene una personalidad propia y hace que el disco sea mucho más colorido. También hemos metido español. Impresionaba un poco al principio enfrentarse a hacer un par de barras en español, pero nos apetecía mucho”, nos cuenta Carlotta sobre ‘The Prettiest Curse’, el tercer y nuevo disco de Hinds, que puedes escuchar aquí:
*Artículo original aparecido en el número 38 de Mine. Descarga la edición digital interactiva para iOS o Android o el PDF de #Mine38.