Ser miembro de un grupo de música tan famoso y aclamado como El Canto del Loco marca y eso David Otero (Madrid, 1980) no puede ni quiere evitarlo. Tras la disolución de la banda de pop rock en 2010, inició su carrera en solitario como El Pescao para continuar después con su nombre de pila. Su primer álbum en solitario, ‘Nada lógico’, alcanzó la segunda posición en las listas de ventas españolas porque, pese a llevar sobre él la etiqueta de El canto del Loco, el cantante ha sabido desvincularse y labrarse un hueco propio. Ahora, con su último trabajo, ‘Otero y yo‘, repasa sus 20 años de carrera cantando algunas de sus composiciones más íntimas con otros artistas como Ana Guerra, Taburete o Despistaos. Porque, aunque como diría Gardel “20 años no es nada”, a David le han dado para mucho.
¿Tocar temas tuyos con otros artistas les da una nueva vida?
Sí, de hecho, eso es lo que más mola. Me pasaba ayer, estoy grabándome en los ensayos y luego los escucho para ver qué puedo mejorar y, por ejemplo, en Azul y blanco, que la hago con Iván Torres de Efecto Pasillo, digo: “Coño, estoy haciendo su línea de voz que él interpreta diferente a mí”. Él ha cogido la canción, le ha dado su toque y me doy cuenta en el ensayo de que he pillado su melodía, todo el movimiento rítmico de las sílabas, lo he copiado. Digo “¡Qué regalo me han dejado aquí los amigos!” porque, además, me parece que aporta, que tiene mucho rollo y que dice mucho.
¿Cómo habéis decidido qué artistas iban a colaborar en el disco?
Ha pasado de todo. Desde el artista que teníamos clarísimo cuál canción iba a ser, desde el que le hemos llamado y dicho “Oye, ¿qué hacemos?”, hasta el que me ha dicho “pues yo quiero esta”. Hemos tenido todo el rango de posibilidades, probar muchos temas hasta ver cuál encaja, no tener que decirle nada porque ya sabía que era esa, hasta el que me ha dicho que quería componer un tema de cero porque nunca habíamos compuesto juntos y nos apetecía vivir ese momento de crear algo.
“No me veo colaborando con Dani Martín, todo lo que vivimos pesa demasiado para volver a ponerlo en movimiento como para una colaboración”
¿Y hay algún artista con el que te hayas quedado con ganas de colaborar?
Muchos. Hay gente de la industria que quiero mucho y con la que me hubiera encantado hacer más cosas. Ruth Lorenzo que me cae que te cagas, David Rees, Pablo López que me parece un artistazo, hay bastantes ahí con mucho talento y ojalá. De hecho, hablaba el otro día con mi manager que haría otro disco, el ‘Volumen dos’ de todo esto para seguir participando con gente.
¿Y te verías colaborando con Dani Martín?
Lo que pasa es que a nivel personal, después de tantos años, no tenemos la relación que teníamos en aquel entonces. Nos respetamos muchísimo, nos queremos un montón a pesar de que no tengamos un contacto diario, me ha enseñado la vida entera de cosas y nos tenemos mucha estima, pero luego a la hora de querer trabajar juntos creo que todo lo que vivimos pesa demasiado para volver a ponerlo en movimiento como para una colaboración. Además, lo decimos muy natural. Hoy en día, que todo se esconde en las redes y tiene que parecer maravilloso, que digamos que no tenemos la relación que teníamos está guay y hay que decir las cosas como son.
“Yo he nacido compositor y cuando me preguntan qué eres, digo antes compositor que artista o cantante”
¿Y qué quieres ofrecer con este último disco?
Intentar sacar lo más íntimo que hacía en mi estudio cuando estaba solo con la guitarra. Había un montón de canciones antiguas de El Canto del Loco que yo de vez en cuando canto en mi estudio. Me encantan mis canciones y suelo cantar más mis canciones que las de otros. De repente, dije “no sé por qué no estoy compartiendo esto con la gente”. Si lo hago yo en mi estudio, en mi casa, ¿cuál es la barrera que separa la intimidad de un artista de lo que expresa a los demás? Además, últimamente estoy muy en foco en buscar eso porque creo que lo interesante de un artista es lo que muestra desde ahí dentro hacía fuera. En cuanto entran otros factores, se empieza a distorsionar un poco el camino del artista. Lo he estado viendo en el documental de Billie Eilish y es completamente eso, la intimidad de ella y su hermano en su cuarto, bien tratada, con buen gusto y unas canciones increíbles con un mensaje que conecta.
Componer en tiempos de pandemia
¿Cómo has vivido a nivel personal y profesional la situación actual de pandemia?
La parte más dura de la pandemia de confinamiento, mal. Tenemos dos niños y estábamos todo el día limpiando, cocinando, educando y esa era nuestra rutina. Para lo que es hacer música tenía muy poco tiempo y necesito muchas horas a la hora de ponerme a escribir y componer. Cuando estoy componiendo igual me tiro 45 minutos tumbado en el suelo pensando en la nada hasta que vuelvo otra vez a reconectar, necesito tiempos largos para concentrarme y buscar. Si tengo dos horas, me cuesta mucho.
¿Tienes alguna rutina a la hora de componer?
Últimamente, estoy componiendo mucho para otros artistas. Tengo la suerte que me está yendo muy bien ese camino y me gusta mucho. Yo he nacido compositor y cuando me preguntan qué eres, digo antes compositor que artista o cantante. Me gusta componer canciones y es a lo que me dediqué desde que empecé, a lo que me dedicaba en El Canto del Loco y a lo que más horas le dedicaba. Ahora, como estoy componiendo casi todo con gente, basamos todo en las conversaciones previas al momento. Cuando me pongo a componer con alguien siempre le digo que necesito que se abra y preguntarle cosas que vayan más allá, me interesa buscar qué le puedo ofrecer y qué me puede ofrecer a mí. Aunque luego lo disfraces de algo superfluo, si el origen del mensaje está dentro me parece que las canciones tienen algo más que contar.
“Te juro que me levantaría como sociedad y diría hasta aquí”
¿Y te ha inspirado para algo toda esta situación?
El cambio para mal no me ha inspirado. Lo que me está inspirando es el cambio para bien. Sí que me apetece hablar de lo que viene, no sé de qué manera ni cómo, pero sí que vengo estas semanas dándole vueltas a que esta energía me gusta mucho más. Esto que está empezando de tener un par de eventos con compañeros en los que luego nos hemos quedado juntos a tomar una cervecita y ya estamos otra vez contándonos. Se empieza a notar que comienza a haber como cuando arranca una ovación en un concierto, mucho más dilatado en el tiempo, pero es como si alguien ya se hubiera arrancado a aplaudir y nos vamos a poner en pie todo el teatro del mundo.
¿Crees que ya ha pasado todo lo malo?
Si no nos dan por saco con guerras y movidas internacionales, sí. Yo le pediría a los políticos y a los Estados que lo hemos pasado muy mal todos y que nos dejen cuatro años en paz, no invadáis ningún país, no toquéis los cojones con nada, no secuestréis aviones y dejar de tocar los huevos que lo hemos pasado muy mal. Te juro que me levantaría como sociedad y diría hasta aquí.
Tras 20 años de carrera, ¿qué le dirías al David del principio?
Que se equivoque en lo mismo, que lo haga igual.