Taburete: “Nos molesta que se diga que hemos triunfado por otras cosas que no son las canciones”

Quién iba a decir a Willy Bárcenas y a Antón Carreño que de tocar en fiestas con colegas acabarían de gira y amasando una legión de fans.

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Guillermo Bárcenas y Antonio Carreño son tan admirados como criticados, pero el éxito les ha acompañado superando cualquier prejuicio o legión de haters. Muestra de ello es que han logrado llenar el Palacio de los Deportes, mientras se decía de ellos que simplemente eran una banda para ‘pijos’ de Madrid. Dejando de lado los prejuicios, nos reunimos con ellos en un bar y les preguntamos todo lo que nos vino a la cabeza.

¿De dónde sois?
Willy: De Madrid.

¿En qué barrio os criasteis?
Antón: En San Sebastián de los Reyes.
Willy: En Chamberí.

Contadme un recuerdo de vuestra infancia.
Antón: Me acuerdo de cuando empecé a tocar con mis tíos, ellos fueron los que me enseñaron el amor por la música.
Willy: Recuerdo el primer concierto de mi vida, fue de Pavorotti en Gijón, con tres años.

¿De qué trabajabais o estudiabais antes de empezar en la música?
Antón: Estudiaba arquitectura.
Willy: Había estudiado Administración y Dirección de Empresas y estaba trabajando como monitor de tiempo libre.

¿Cuál fue vuestro primer contacto con ella?
Antón: Me regalaron una guitarra y empecé a tocar en mi casa con mis tíos, que son los que sabían tocar.
Willy: Fue en el coro del colegio.

¿Sobre qué temas os gusta escribir canciones?
Antón: Sobre cosas biográficas, aunque nos gusta escribir un poco de todo.
Willy: Existen dos canciones: la historia que te inventas completamente o la de verdad, la que te ha ocurrido y lo plasmas en una canción. Pero sí, casi todo suele ser autobiográfico.

¿Cómo grabasteis vuestro primer disco?
Willy: El primer disco lo grabamos en casa de un conocido, que tenía un estudio, y estuvimos durante tres y cuatro meses eternos porque no salía, pero al final lo conseguimos.

¿Cómo lo pagasteis?
Antón: Nos dejaron dinero más lo que teníamos ahorrado. Nos costó muy poquito, unos 2.000 euros, porque era una maqueta. Mi abuela nos dejó un poco, la madre de Joaquín otro poco y así.
Willy: Casi todo nos lo pagó una amiga de la madre de Joaquín, que era otro que estaba en el grupo. Ella fue la que nos dio el dinero y nos dijo: “Confío en vosotros, si me lo podéis devolver algún día genial y si no pues es a fondo perdido”. Al final, se lo devolvimos.

Willy Bárcenas -izquierda- y Antón Carreño -derecha-. Foto: Sergio Albert

“Hay mucha gente que es muy fan de Taburete. No sé si llegamos al nivel de ídolos generacionales pero sí de ‘idolillos’” Willy Bárcenas

¿Recordáis vuestra primera borrachera?
Antón: No la recuerdo, la verdad.
Willy: Yo no recuerdo la última –ríe–.

Una locura de una noche de desfase que se pueda confesar…
Willy: Se han hecho muchas locuras, yo creo que el alcohol es la droga que más cambia las personalidades.

¿Hay piques en la banda?
Antón: Entre nosotros no nos hemos picado, ni con la banda tampoco. Siempre suele ser con los de fuera, ellos son los que más se enfadan.
Willy: No sé si habremos discutido alguna vez, pero en plan gordo no.

¿Hay alguna palabra que uséis entre vosotros?
Antón: En cuanto a jerga, Taburete tiene muchísimas palabras. Nos hablamos de usted, algo que de primeras choca bastante.
Willy: Los nombres varían, primero hablamos de Anchón, luego Chón y al final no sabes cómo has llegado a un nombre.

¿Os sentís artistas?
Antón: Sí. Toco en una banda que tiene éxito y es mi trabajo. Si eso es ser artista, pues sí.
Willy: Yo sí me considero artista.

¿Os creéis ídolos generacionales?
Antón: Muchas canciones de Taburete sí que se han convertido en temas de una generación que dentro de unos años las seguirán cantando. Más que nosotros, Taburete tiene himnos de una generación.
Willy: No sé si llega a tanto, pero hay mucha gente que es muy fan de Taburete. Del mismo modo que los teníamos nosotros con los grupos que nos gustaban. No sé si llega al nivel de ídolos generacionales pero sí de ‘idolillos’.

Un ídolo de vuestra adolescencia…
Antón: Siempre lo hablamos, yo tampoco he sido tan fan de alguien como para considerarlo un ídolo. Pero de pequeño me fijaba mucho en Leiva.
Willy: El futbolista Raúl González Blanco ha sido mi único ídolo.

¿Os ha cambiado mucho la vida desde que lo empezasteis a petar?
Antón: Sí. Tu sueño se convierte en tu vida. El grupo de música que antes era tu hobby se convierte en tu trabajo.
Willy: Claro. Pasas de no ser conocido a serlo y cambia tu privacidad y la forma que tenías de salir por las noches. Sí que es más difícil ir a las discotecas y hay ciertos planes que ya no puedes hacer. Pero no es tan excesivo, no es que acabes hasta las pelotas de que te pidan fotos, sigue haciéndote ilusión.

¿Creéis que el dinero da la felicidad?
Antón: El dinero no da la felicidad.
Willy: Sí, creo que ayuda muchísimo. Y, evidentemente, se puede ser feliz con muy poco, pero el dinero ayuda mucho a conseguir la felicidad.

La sesión y entrevista tuvieron lugar en La Estupenda Café Bar. Foto: Sergio Albert

“Nos gustaría tocar en el Bernabéu” Antón Carreño

¿Vuestra familia os ha visto tocar en directo?
Antón: Sí, claro. Les gusta.
Willy: Han venido a vernos varias veces y están encantados, como unos fans más.

¿Tenéis un ritual que se repita antes, durante o después de los conciertos?
Antón: Guillermo siempre dice la frase: “Tocad como nunca y sonad como siempre”.
Willy: Durante el concierto hay bailes y cosas así, pero una superstición no tenemos.

¿Con qué otro género musical os atreveríais?
Antón: No hay nada a lo que no nos atrevamos, pero hay géneros con los que no haríamos una canción, como un reguetón.
Willy: En principio, de cualquier cosa. No creo que saquemos un disco de reguetón, pero sí una colaboración por amistad si un día surgiese. Aunque lo veo difícil porque no nos gusta el reguetón. Molaría que hicieran un remix de nosotros, solos con el DJ y dejarnos el lomo sin tener que hacer nada más –risas–.
Antón: Eso y un buen bolero.

Si tuvierais que poner nombre a una lista de Spotify con vuestra música, ¿cómo la llamarías?
Willy: ‘Música de ascensores’, –risas–.

¿Qué soléis escuchar en Spotify?
Antón: Escuchamos un poco de todo, pero recientemente he escuchado a Natalia Lafourcade y a un grupo que se llama Lukas Nelson And The Promise of the Real, que es muy bueno.
Willy: Yo he descubierto a un grupo mítico, pero que no había escuchado hasta ahora, que se llama Twenty One Pilots. También he conocido, porque en música en inglés estaba muy perdido, Imagine Dragons. Y estoy enganchado a una canción de reguetón, aunque no me gusta pillar una canción en bucle, del grupo Don Patricio que se titula Contando Lunares.

¿A qué grupo os gustaría telonear?
Antón: Hay muchos, pero alguno que sea fácil y nos pegue es Calamaro. Molaría mucho telonearle en algún sitio mítico de Sudamérica.
Willy: Al grupo Intoxicados en Argentina.

¿El sitio más random donde habéis tocado?
Willy: En un avión. Fue una acción de una marca que antes había hecho cosas con David Guetta pinchando o con cantantes a capela, pero nosotros fuimos amplificados con las guitarras y estuvimos dando un concierto de media hora antes de despegar y en pleno vuelo dirección a Cancún (México), con el avión lleno de estudiantes. Ese ha sido el concierto más curioso.

Un sitio para actuar con el que soñáis…
Antón: Ahora tenemos en mente el Auditorio de Ciudad de México. Y también nos gustaría tocar en el Bernabéu.

¿Lo primero que hacéis cuando suena el despertador?
Antón: Si no hay que levantarse por un motivo concreto no suelo poner despertador.
Willy: Yo hablo poco y me fumo un cigarro en la cama. Sé que está muy feo y recién levantado no se puede hacer –risas–.

¿Por qué habéis pedido perdón últimamente?
Antón: Me he portado bastante bien, así que no hay motivos para pedirlo.
Willy: La verdad es que, últimamente, no recuerdo haber pedido perdón.

¿Qué canción del otro grupo os gusta?
Antón: En verano me gusta.
Willy: A mí El Himno Titular.

La sesión y entrevista tuvieron lugar en La Estupenda Café Bar. Foto: Sergio Albert

“Dije un “no” rotundo a ir a ‘Supervivientes’. La verdad es que me lo llegué a pensar, pero luego dije que no” Willy Bárcenas

¿Cuál es el “no” más rotundo que habéis soltado?
Antón: Yo soy el que muchas veces dice que no a que Taburete toque en determinados sitios.
Willy: Dije un “no” rotundo a ir a ‘Supervivientes’. Me ofrecieron bastante dinero para el momento en el que estaba, cuando era monitor de campamento. La verdad es que me lo llegué a pensar, pero luego dije que no.

¿Lo peor que os haya dicho un hater?
Antón: Siempre dicen lo mismo y tampoco nos han dicho nada tan hiriente o preocupante. Una vez un fan nos mandó un mensaje criticando una cosa del concierto, le respondimos e intentamos cambiarlo.
Willy: El otro día uno me llamó gordo –risas–

¿Qué calificativo emplearíais para definiros?
Willy: Somos naturales, no tenemos fuegos artificiales ni vamos con papeles impostados.

¿Qué palabra o etiqueta detestáis?
Antón: A mí me molesta que se diga que Taburete ha triunfado por otras cosas que no son las canciones y eso no es verdad.
Willy: Tenemos la etiqueta de “pijos”, pero no me molesta.

Una barbaridad que haya hecho un seguidor/a por vosotros…
Willy: Algún tatuaje sí que he visto con frases de alguna canción. Digamos que es un poco arriesgado.

¿Os mola el fútbol?
Willy: Sí, mucho. Somos del Real Madrid.

¿Qué tatuajes tenéis?
Antón: Tengo algunos por los brazos. El más importante es una palmera, que simboliza las dos noches de concierto que llenamos la sala de La Riviera en Madrid.
Willy: Yo tengo varios, pero mi favorito es el de Tabasco, porque me gusta mucho el picante. Los tengo por los brazos, sobre todo.

¿Qué pregunta echáis en falta que os hagan en las entrevistas?
Antón: Más que echar en falta, borraríamos algunas preguntas.
Willy: Todo lo que no tenga que ver con Taburete molesta. Lo hemos contestado siempre, pero llega el tercer disco y dices: “Ya está dicho”.

¿Os veis viviendo de la música muchos años?
Antón: Soñamos con que esto siga así y que podamos vivir de la música siempre, que sea nuestro trabajo.

¿Pensáis en el fracaso?
Antón: Lo que ya hemos conseguido no lo consigue casi nadie. Si de aquí a unos años Taburete baja, nosotros seguiremos igual de felices, porque cuando empezábamos no esperábamos prácticamente nada. Por tanto, todo lo que ha llegado, hasta ahora, ha sido una sorpresa.
Willy: Sí, lo hago mucho. El tema es estar contento con lo que haces y luego hay cosas que hemos conseguido que no me va a quitar nadie. Tenemos una fuente de fans muy importante que a lo mejor baja, pero yo podría dedicarme toda la vida a esto tocando en sitios más pequeños. Si pasamos del Palacio de los Deportes a una humilde sala, voy a ser muy feliz también.

*Artículo original aparecido en el número 37 de Mine. Pide tu ejemplar en papel en tienda.ploimedia.com o descarga la edición digital interactiva para iOS o Android. 

Fotos: Sergio Albert; Localización: La Estupenda Café Bar