A Alejandro Guillán no le gusta dárselas de tanto, pero alguien tiene que decirlo. Si un adolescente o millennial —sea o no de Galicia- hoy en día conoce algo del cancionero gallego del siglo XX, es gracias a Baiuca, su proyecto musical que combina música ancestral y electrónica. Este DJ de Pontevedra se ha convertido en una de las revelaciones de los últimos años por conjugar dos mundos musicales aparentemente antagónicos. Pero, una vez más, la música y su dominio nos demuestra que no hay que pecar de purista ni de snob. Si todavía no te has quedado con la copla —gallega—, afina tu oído a la folktrónica.
Para aquellas personas que no sepan ni hayan escuchado nada de Baiuca, ¿cómo definirías este proyecto musical?
Como una revisión de la música tradicional gallega en una clave actual con un peso de la música electrónica y la música de club. Por la parte tradicional, pretende revisionar las músicas ancestrales populares gallegas y también conectar a la juventud con unas raíces de las que creo que se habían desconectado, bien por falta de interés o por proyectos que generacionalmente no tenían mucha relación con gente joven.
¿Cómo se te ocurre juntar dos ritmos tan antagónicos aparentemente, como son la música ancestral con la electrónica?
Fijándome en otros productores del mundo que estaban mezclando raíces con otras músicas. Me parecía que si de alguna forma yo siempre estaba conectado con esa tradición a la que volvía cada cierto tiempo, quería conectarlo. Además, necesitaba diferenciarme de los demás en un mundo tan global. En Madrid, donde hay mucha mezcla de culturas, sentía que al final ser gallego era parte de lo que me diferenciaba y enriquecía. Me parecía muy interesante musicalmente mostrar de dónde vengo.
¿Cuánto de morriña tiene Baiuca?
En el primer disco (Solpor, 2018) mucha, fue muy importante para inspirarme visualizar desde Madrid el querer estar en Galicia. Pero con este disco (Embruxo, 2021), tal vez, menos, porque es un disco que tiene más presencia física mía en Galicia y tiene más conexión con diferentes personas que son gallegos y aportan esa cercanía a la tierra.
“Es necesario que aparezcan más a menudo proyectos que conectan con esta juventud para revisionar desde otro punto de vista la tradición”
Tocabas la gaita de pequeño y uno de tus ídolos es Carlos Núñez, ¿es algo común en Galicia o en tu entorno y generación tener como referentes a artistas que hacen música tradicional?
La gente que me rodeaba no, pero de alguna forma eso pudo influenciarme, aunque siempre me dio un poco igual lo que escucharan los demás. Pero con catorce años sí notaba demasiada diferencia entre mis gustos y los de compañeros de clase o de fuera. Era una música que bebía de unas influencias y décadas anteriores que ya están muy lejanas a las mías, por eso creo que es necesario que aparezcan más a menudo proyectos que conectan con esta juventud para revisionar desde otro punto de vista la tradición.
¿Dirías que tu música ayuda a acercar una parte de la cultura gallega que de otra forma no llegaría, no sólo a jóvenes de Galicia, sino de otras partes?
Me ha pasado en conversaciones con gente que me dicen que después de escuchar Baiuca se acercaron a músicas que en otro momento no lo harían. Y me doy cuenta que lo que estoy haciendo sirve de algo.
¿Y cuál es la reacción de la gente más tradicional, por ejemplo, qué te dicen tus abuelos?
En general, las reacciones son buenas. Al principio es una sorpresa, unas veces para bien otras para mal, pero, en general, el proyecto conecta con muchas generaciones diferentes, hay un punto de conexión. Mis abuelos están orgullosos—sonríe—. Mi abuelo siempre tiene una radio puesta y cuando voy a su casa me dice “pusieron tu canción” y cuando salgo en la tele, mi abuela me dice que le gustó y que muy bien. No sé si es porque son mis abuelos —ríe—.
¿Las voces que se escuchan en Baiuca son voces actuales o son extractos cogidos de discos de música folklórica antigua?
En este disco la base son unas chicas que se llaman Lilaina, que tienen unas voces increíbles. Fue un trabajo de ir a su repertorio, ver las canciones que conocían y ellas mismas fueron a las aldeas con las señoras que les cuentan por qué cantaban esa canción, las grabaron y todo ese material se recopiló para quedarnos con las melodías que nos interesaban y que mezclamos con unas coplas que no tenían nada que ver. Pero en la música tradicional puedes mezclar la letra de una canción con otra melodía y todo funciona perfectamente por la métrica que suelen tener todas las coplas.
En Galicia, en particular, ¿crees que se cuida -tanto a nivel institucional como a nivel de la gente- mucho más la cultura tradicional para que no muera entre generaciones?
Creo que es importante para la gente y comparado con otros lugares se podría decir que sí, pero la tradición más pura se está perdiendo, las aldeas están desapareciendo y las señoras que estaban en las aldeas, que son las que hicieron esa transmisión oral, cada vez son menos. Esa magia se está perdiendo, por eso queda mantener vivo el folclore y la música popular que nos queda. Por suerte hay mucho interés por el canto tradicional, la pandereta y diferentes instrumentos tradicionales.
“El flamenco y la música del sur ha estado más mimada y ha tenido la suerte de evolucionar y de estar presente en la cultura popular que no ha tenido aquello que venía del norte”
¿Fuera de España cómo se recibe tu proyecto?
Estuvimos en México el año pasado y por Europa hemos tocado en París, Londres, y, en general, bien. La gente desde cualquier punto del mundo busca una conexión con su propia cultura y Latinoamérica, a través de África que es el punto de partida de esta música gallega, se conecta con diferentes músicas.
¿Y en España crees que se le da el cariño que merece?
Creo que las músicas del norte no se valoran de la misma forma que las del sur. El flamenco y la música del sur ha estado más mimada y ha tenido la suerte de evolucionar y de estar presente en la cultura popular que no ha tenido aquello que venía del norte.
Música para cuando podamos bailar libres
Le hemos pedido a Alejandro Guillán (Baiuca) que nos hiciera una playlist con seis temas para bailar sin restricciones y esta es su selección: