“Soy el rey del trap, mi vecina me lo dijo ayer, no sé si es verdad, la corona no me deja ver”, cantaba Pimp Flaco (Barcelona, 1994) en Los buenos siempre ganan. Era la declaración de intenciones de un chaval de apenas 22 años que hoy, con tres años más, se ha convertido en una de las propuestas musicales más frescas y diferentes del panorama actual. No le debe nada a nadie, empezó haciendo temas en su habitación a base de tutoriales de Youtube y con el dinero que ganó en los bolos que él mismo organizaba le compró una casa a su madre, el amor de su vida. Repite orgulloso que “si lo puede hacer cualquiera, yo no quiero hacerlo” y por eso después de encabezar los comienzos del trap en este país, ahora lidera un proyecto pop, Cupido, con letras que son proclamaciones de amor adolescente. Nos reconoce que se cuestiona constantemente y eso le lleva a marcar la diferencia. Aún es pronto para dictar sentencia, pero nos animamos a decir que los buenos siempre ganan.
¿Te definirías como alguien diferente?
Creo que todo el mundo es único, en mi caso me hace diferente el hecho de estar haciendo música que no ha hecho nadie. Al menos en el mundo del trap, que es donde soy más conocido. Ahora estoy haciendo un pop súper dulce y en eso en concreto me considero muy distinto a los demás.
¿Tal vez por eso eres “el más criticado de este país y el más odiado en todo el mundo”, según tus palabras?
Del mundo del trap sí, es donde más me he ‘matao’ y soy el más odiado con diferencia. En un tema de Cupido lo digo: “Soy el más duro y el más blando”. Eso deja a la gente un poco descolocada y van a por ti. No puedes ser las dos cosas en este mundo, y yo lo soy.
¿Cuánto de real y cuánto de personaje tiene Pimp Flaco?
Cero personaje, soy lo que hay. Otra cosa es que luego en un tema diga que quiero ser rico o que lo soy, porque me apetece decirlo. Pero yo soy esto, lo que veis.
Te has diferenciado desde el principio por escribir letras que no hacen apología de las drogas o la delincuencia, pero había gente que te decía que eso no era trap.
Claro, era una de las cosas por las que la gente me odiaba. Todos hablaban de que vendían o consumían mucha droga. Sin embargo, yo siempre decía: “La droga es una mierda, no voy a drogarme en mi puta vida”. Y en los conciertos decía: “No fuméis porros”. Me decían que eso no era trap, pero el trap es lo que tú quieras, es un sonido. Ahora ya se ve mejor, hay gente que habla de cocinar espaguetis en canciones y es súper trap, ahora mola mucho.
¿Cómo surge que alguien se llame proxeneta? Esa es la traducción de pimp…
Yo no lo sabía, pensaba que era algo así como vacilón –ríe–. Quería llamarme algo relacionado con “flaco” y un amigo me dijo: “Pimp Flaco suena bien”. Cuando vi que, en el traductor, pimp era proxeneta dije: “¡Vaya mierda, tío!”, pero ya era muy tarde para cambiarlo. Me mola como suena, pero no por el significado.
¿Y la gente cómo te suele llamar?
Dani. Hasta mis fans me llaman así.
¿Tu madre también?
Sí, no quiero que me llame Pimp –ríe–.
Me has comentado que tu madre es el amor de tu vida, ¿qué piensa ella de tus temas?
Lo que estoy haciendo ahora como Cupido sí le flipa, lo de Pimp Flaco no le molaba mucho. Lo entendía porque somos jóvenes y lo hacemos, pero me decía que no dijera esas cosas y no le gustaban las peleas que había por ahí, lo normal en una madre. Pero yo siempre he sido un poco cabra loca, como cuando con 15 años llegué a mi casa con un tatuaje y mi madre me dijo “¿Qué haces? Tú estás tonto”.
Yo siempre decía: “La droga es una mierda, no voy a drogarme en mi puta vida”. Y en los conciertos decía: “No fuméis porros”. Y me decían que eso no era trap
¿Cómo empezó tu contacto con la música?
Toda la vida he escuchado muchísima música, mi padre escuchaba de todo tipo y yo de pequeño me empapé muchísimo. Era el típico que robaba un walkman en el Carrefour, que en aquella época se llamaba Pryca, y se pasaba todo el día con los auriculares. Era un enfermo de la música, hasta me echaban de clase.
Llama la atención que ya hacías tus propios conciertos cuando aún no habías terminado ni el instituto.
No tengo ni la E.S.O, me fui a trabajar. Empecé en la obra, lo típico cuando no sabes qué coño hacer, y luego de transportista con una furgoneta. Cuando ‘plegaba’ del trabajo, llegaba a mi casa, me duchaba y me ponía a escribir. Había días que dormía una hora o dos. Era una locura. Empecé una gira y estaba trabajando aún. Llegaba el domingo de Sevilla a las 4 de la mañana y me levantaba a las 6. Pero descubrí que en un fin de semana ganaba lo que en un mes y dije: “ya está, lo dejo”. No dije ni adiós. Fue la mejor decisión que he tomado.
“Cuando me quise dar cuenta estaba sonando en Youtube con 100.000 visitas, que eso hace cuatro años era una locura. Pero no me imaginaba nada, creo que es un error querer hacer algo para petarlo”
Empezaste haciendo música en tu habitación con el ordenador. ¿Tenías claro que querías marcar el camino del trap en España?
Para nada, cuando me quise dar cuenta estaba sonando en Youtube con 100.000 visitas, que eso hace cuatro años era una locura. Pero no me imaginaba nada, creo que es un error querer hacer algo para petarlo, porque así no lo vas a conseguir nunca. Hay que hacerlo para que salga bien hecho. Todo llega.
¿Te has cuestionado alguna vez?
Sí, muchas veces. Como Pimp Flaco había momentos en los que preparaba un tema cantando muy bien, luego otro cantando mucho más duro y estaba ahí, en ese proceso de buscarme y saber lo que quería hacer. Al final, se trata de eso, de buscarte constantemente y no parar de hacerlo. Decir: “No, yo no soy eso”. Tienes que volver a investigar y buscarte y así todo el día.
“Sin Youtube Pimp Flaco no existiría, porque ahora la música se ve y se escucha”
¿Si Youtube no existiera, existiría Pimp Flaco?
No, pero yo creo que ni Pimp Flaco ni nadie de la ola del mundo del trap. Al final, es lo que tiene una plataforma como Youtube, que los vídeos suponen más del 50 %. La música ahora se ve y se escucha, antes era simplemente un disco. Hoy en día, puedes sacar un temazo que esté muy guapo, pero sin un buen vídeo que lo viralice se queda ahí, no se lo come nadie.
¿Y sin el autotune tampoco existirías?
Sí, pero no tendría la misma gracia, sería otra cosa. No sé cantar, pero tengo eso que a la gente le gusta.
¿Las críticas te motivan o pasas de ellas?
Me dan igual, las buenas y las malas. Las buenas te duermen y las malas no te aportan nada.
A la Generación Z se le ha tildado de jóvenes con falta de valores y poco comprometidos. Por alusiones, ¿tienes algo que decir?
Es cierto que no me interesa nada la política y creo que el hecho de que haya un presidente me parece un error. El pueblo debería decidir cada ley, que vote y ya está. Somos una generación perdida porque nos han dejado en la mierda, no hay futuro, los chavales están estudiando una carrera sabiendo que se van a tener que ir a tomar por culo a trabajar y se desaniman.
“Tener todo lo que te apetezca viniendo de la mierda, para mí eso es ser rico”
El salto al pop
Fuiste pionero en el trap y cuando se pone de moda te pasas al pop liderando la banda Cupido. ¿Te gusta cambiar para ser lo contrario a lo que se espera de ti?
Ahora decido saltar al pop, cuando todos los del trap critican al pop. Voy a hacer el pop que va a molar, no el de siempre. Van a salir chavales de 15 años que ya no quieren decir puta y que quieren aprender a tocar la batería y la guitarra, que la música y la cultura crezcan. El cambio de estilo lo he hecho porque a mí me ha parecido bien, pero he visto clarísimo que era algo que hacía falta.
¿Ese refinamiento en tus letras se debe a una mayor conciencia de tu mensaje?
Puede ser. A lo mejor dentro de un año saco un disco súper duro y empiezo a decir burradas también –ríe–. Esto es lo que me apetece ahora, supongo que es una evolución.
¿Arriesgas para ser diferente o es puro divertimento?
No sé por qué lo hago, supongo que porque me apetece. La verdad es que esto de Cupido podría haber sido una cagada muy grande y todo mi público me podría haber mandado a la mierda. Pero lo cierto es que me da igual. Vengo de trabajar mucho y no me importaría volver a trabajar otra vez.
Cuando estabas con tu proyecto en solitario ponías en valor en las canciones tu independencia de las grandes discográficas. ¿A qué cifra propuesta por una discográfica has llegado a decir que no?
Como Pimp Flaco he rechazado la pasta muchas veces. He rechazado contratos y bolos llevados por marcas porque no me representaban. Por ejemplo, un sello de Madrid que no era muy grande, pero que me quería meter en el bolsillo, me ofreció 15.000 euros por hacer un concierto. No quise, lo hice yo y gané un poco menos, pero me dio igual. Y así me ha pasado muchas más veces. Como Pimp Flaco era otra cosa, yo no podía estar diciendo una cosa y luego la contraria. Ahora Cupido es otro producto distinto para llegar a mucha más gente y por eso estoy con la discográfica Universal Music. Pero también te digo que con una multinacional te puede ir mal si eres tonto, por eso tienes que ser un poco listo y saber lo que les dejas tocar y lo que no.
“He rechazado contratos y bolos llevados por marcas porque no me representaban”
¿Pero ganabas tanto dinero como decías en tus canciones?
Ganaba pasta, yo me consideraba rico. Poder comprarme dos coches, una moto y vivir solo sin tener la E.S.O, para mí eso ser rico. Ahora estoy mejor, pero en ese momento estaba de puta madre, la verdad.
¿Cuánto ganabas al mes?
Ahí ya no voy a entrar, pero podría decirte que si había gira ese mes ganaba pasta. Es verdad que al mes siguiente no hay gira y tienes que comer, y al siguiente tampoco. Pero tienes que currar y hacer otra gira. Tener todo lo que te apetezca viniendo de la mierda, para mí eso es ser rico. Yo vengo de una familia pobre y mi madre ahora tiene un piso y eso era algo impensable para mí. Tengo el coche que me gusta, la casa que me gusta y estoy de puta madre. No quiero más.
“Me gasto el dinero en comer bien. Quiero abrir la nevera y verla llena de comida que me gusta. Por ejemplo, mi comida favorita son los huevos con patatas”
¿Y en qué te sueles gastar el dinero?
En comer bien. Quiero abrir la nevera y verla llena de comida que me gusta. Lo que venga después bienvenido sea. Por ejemplo, mi comida favorita son los huevos con patatas.
Cuando estabas en el trap hacías un gran tándem junto a tu hermano Kinder Malo. ¿Qué opina de Cupido?
Le flipa, mi hermano quería hacerse una banda antes que yo. La gente no sabe esto y a lo mejor un día se llevan una sorpresa. Hace casi dos años me dio la idea de tener un grupo, en ese momento empecé a darle vueltas, luego conocí a Solo Astra y ahí fue cuando me di cuenta de verdad.
Perteneces a la misma generación que C. Tangana y Rosalía, ¿crees que os merecéis una mención en la historia de la música?
¿Quién soy yo para decirte eso? Yo vengo a currar y a ver quién llega más alto.
Pero la industria y los críticos destacan que vuestro sonido es nuevo y diferente.
Sí, aunque yo creo que todavía no hemos hecho nada, hay que liarla mucho más. Hemos puesto de moda algo, pero ahora tenemos que demostrarlo. ¿Quién vale aquí? Es como buscar pepitas de oro entre la arena, tenemos que remover fuerte para ver quién se lo queda.
Has dicho alguna vez que la fama es una basura, ¿qué no te mola de ser famoso?
Yo no soy Messi, ni Ronaldo, ni Chayanne, pero sí que es verdad que los chavales te conocen y no te mola llegar al coche y que haya una nota, que te echen fotos en el Mercadona, cosas así que dan vergüenza. También hay mucha gente que te grita. La fama es una mierda, yo preferiría no ser famoso y ganar dinero. Pero ya te digo, que de cada 100 me conocen cuatro. No me quiero imaginar lo que pasa Messi, que no puede ir tranquilo ni por Japón, pobrecito.
Al acabar comentamos que, pese a ser una de sus primeras entrevistas en profundidad, le he visto muy contundente y, por qué no decirlo, muy creíble. Se muestra agradecido y suelta: “Hay que ser sincero”. Así es Pimp Flaco. O mejor dicho, así es Dani.
¿Qué objetos representan a Pimp Flaco?
A los cinco protagonistas de Mine37 les propusimos que trajeran objetos que pudieran representar lo que son y el resultado es lo que ves. Así es el bodegón personal de Pimp Flaco:
¿Qué opina Pimp Flaco de…?
C. Tangana. “Es un chaval que tiene mucha cabeza, sabe lo que hace y sabe moverse muy bien. En este mundo de la música es tan importante hacer buena música como saber moverte. Si tú haces muy buena música, pero te quedas en tu casa y no sabes hablar y no llamas a quien hay que llamar, no haces nada. Entonces, ese chaval hace muy buena música y se sabe mover muy bien”.
Bad Gyal. “Aquí, ¿sabes qué pasa?, que cuando tú conoces a una persona lo ves todo turbio. Entonces no opino. Bad Gyal está ahí haciendo su movida.”
Rosalía. “Es icono de este país, es la Lola Flores de hace 40 años y dentro de 40 años se verá. La están criticando por no sé qué de las raíces y nosotros que hacemos trap, ¿qué te crees, que nació en Sitges? Hay que aprovecharse de todo lo que podamos. Para mí Rosalia es lo mejor del país”.
Dellafuente. “Igual que Bad Gyal, cuando tú conoces a una persona y no te cae bien, pues bueno, él hace su movida, yo la mía y todo bien”
Nathy Peluso. “Me parece que tiene algo que no todo el mundo tiene, tiene energía”.
*Artículo original aparecido en el número 37 de Mine. Pide tu ejemplar en papel en tienda.ploimedia.com o descarga la edición digital interactiva para iOS o Android.