Muchas lentejuelas, plataformas, sarcasmo, luces y una gran reivindicación es lo que trae la nueva edición de ‘Gran Hotel de Las Reinas‘. Así, el transgresor resort vuelve a abrir sus puertas para acoger a algunas de las drag queens más populares del momento como Juriji Der Klee, Estrella Xtravaganza, Diamante Merybrown o Sharonne, ganadora de ‘Drag Race España 2’. Con la divertida y mordaz Supremme De Luxe como maestra de ceremonias, acompañada de la actriz y vedette Paca la Piraña, el espectáculo es un derroche de talento que mezcla agudos monólogos y graciosas parodias con sensuales bailes de cabaret o burlesque y homenajes a otras grandes artistas como Lola Flores. Con todo esto y estando en pleno Orgullo LGTBIQ+, no podíamos perdernos la ocasión de convertirnos en huéspedes de esta fantasía.
Desde su primera intervención, Supremme De Luxe deja las normas del hotel muy claras. Todo el mundo es bien recibido, el respeto es indispensable y el hotel es un espacio de libertad para todos. Además el arte y la diversidad son el leit motiv del hotel en el que tener sentido del humor es un must. La cantante, además de interpretar su nuevo tema Inevitable, va dando paso a las distintas performances y, entre actuación y actuación, hace unos magistrales monólogos, improvisados en algunos momentos, mientras interactúa con el público y forma un dúo magnífico con Paca La Piraña. La actriz de ‘Veneno’ y vedette no tiene pelos en la lengua y continuamente rompe la cuarta pared para hablarnos de las directrices que le dan, de lo que opina y soltar rimas de lo más picantes y provocativas.
Otros de los monólogos que más aplausos se lleva y que nos hizo llorar de risa son los que interpretan Samantha Ballentines y Estrella Xtravaganza. La primera tiene su propio espacio, El Tarot de las Reinas, en el que, además del darle a la bebida como tanto le gusta, reflexiona sobre el más allá, el más acá y se marca algún que otro temazo a modo karaoke como Se acabó de María Jiménez. Un sketch muy original con el que las risas están aseguradas. Por su parte, la segunda, que se define como “oscura, marrana, graciosa y fulana”, nos recibe en su suit mientras con mucha ironía comenta el poco presupuesto del show y hace una brillante parodia de Roar de Katy Perry para abanderar todos los tipos de cuerpos y acabar con los complejos.
Paca la Piraña y Supremme De Luxe ya arrasaron en la anterior edición formando un dúo muy cómico y que se compenetran a la perfección. Un buen rollo que siguen manteniendo y al que este año se suma un atrevido robot que sacará de quicio a la maestra de ceremonias. Pese a ello, la drag queen mantiene el tipo y logra que el público se moje y participe en el show con espacios como ‘El diario de Supremme’ en el que parodia el mítico programa de Antena 3. Si algo tiene este espectáculo es referencias constantes a la actualidad como el discurso de María del Monte este Orgullo o el programa de espionaje Pegasus. Y cuenta con personajes icónicos como las vecinas de Valencia, Aramís Fuster o las hermanas del baptisterio romano.
Reivindicación con mucho ritmo
Y entre chanzas y bromas, otras de las artistas deciden apostar por sorprendentes performances acompañadas por el increíble cuerpo de baile que forma el personal del hotel. Eso sí, no se quedan en un baile banal y aprovechan cada uno de sus coreografías, looks y escenografía para lanzar potentes mensajes. Algo en lo que Drag Sethlas, que desató la polémica con su reinterpretación de la Virgen en la Gala Drag Queen 2017, es todo un experto. En esta ocasión continúa usando mucha simbología católica para realzar la figura de María Magdalena y criticar el papel de la Iglesia católica que ha relegado a las mujeres. También Onyx quiere apoyar la diferencia con sus looks de otro planeta y Ariel Rec denuncia el odio en las redes sociales y reclama más visibilidad para las drags.
Y, como era de esperar, también el erotismo y la sensualidad tienen mucho protagonismo en el espectáculo que aúna diferentes estilos y hace un repaso por la evolución de la lujuria en el baile. Así, Juriji Der Klee trae el cabaret más sugerente al escenario y reformula temas como Voyage, voyage de Kate Ryan o Lady Marmalade de Christina Aguilera. Unas canciones que aprovecha para exhibir todo su sex appeal y marcarse unos pasos muy lúbricos. Asimismo, Diamante Merybrown aprovecha los ritmos latinos para animar todo el sarao y Venedita Von Däsh presume de cuerpazo al quitarse todo sobre una berenjena gigante, porque como ella dice: “Lo único que hago es quitarme las bragas y no me ha ido mal”.
Pero no solo el burlesque y el reguetón iban a tener cabida en un show así. Para estas artistas tan versátiles el acento español es muy importante y buscan traer parte del arte patrio al escenario. Por ello, Marisa Prisa baila en honor a su Galicia natal y rinde homenaje a las mujeres de su tierra, en especial, a las redeiras que elaboran las redes de los pescadores. Y, por su parte, Jota Carajota monta un tablao flamenco en un momento y nos hace tocar las palmas al ritmo de Que me coma el tigre de Lola Flores. Un homenaje al baile español que cuenta con la participación de un popular presentador de informativos, pero no te desvelamos su nombre para mantener la sorpresa.
Como guinda final, Supremme De Luxe juega al despiste con los asistentes pero muchos empiezan a aclamar la salida de Sharonne, una de las estrellas del cartel por ganar ‘Drag Race España 2’. La diva sale entre vitores y aplausos y comienza a interpretar algunos temas de la mítica Whitney Houston como I wanna dance with somebody. El show termina, la serpentina inunda toda la sala pero aún queda una reflexión importante por hacer. “La diversidad es necesaria para garantizar la libertad y los derechos de todos”, dice Supremme. Por eso no hay que flaquear ni retroceder ni un paso en materia de derechos LGTBIQ+.
Así que, si tú también quieres ser huésped de este soberbio hotel, reserva en el madrileño teatro Calderón hasta el próximo 22 de julio. Después, recorrerán varias ciudades como Valencia, Barcelona, Bilbao, Zaragoza, Alicante o A Coruña. Estas drag queens quieren patearse (con tacones) toda España para llevar el Orgullo a cada rincón.