Si hay un sinónimo de verano, ese es el helado. Un buen helado cremoso con el que refrescarte cualquier tarde de playa o piscina. Pero si se te hacen pesados los sabores clásicos, como la fresa, el chocolate o la stracciatella, te animamos a probar sabores muchos más exóticos y atrevidos como el wasabi, los percebes o el gazpacho andaluz. Y si no te ves comiendo un helado de boquerones en vinagre y la tortilla de patatas la prefieres como toda la vida, siempre puedes apostar por originales presentaciones que utilizan planchas, pasta de arroz o nitrógeno líquido. Vamos, que en el mundo de los helados no hay nada escrito y la innovación es un must. He aquí unos ejemplos:
Nordikos (Madrid)
Aunque la patria del helado por excelencia es Italia, en este local madrileño apuestan por los postres y vegetales tradicionales de los países escandinavos para crear sus polos artesanales. Así podemos probar a lametones la mora ártica, el ruibarbo o el espino amarillo. Además, todos sus helados son bajos en grasas y están repletos de vitaminas y antioxidantes, por lo que no tienes ninguna excusa para no permitirte un antojo.
Rocambolesc (Madrid)
En esto de arriesgar no todo se reduce a probar sabores nuevos. A veces, cocineros reputados como Jordi Roca prefieren buscar propuestas interesantes para presentar los helados y ¿qué hay más sorprendente que un helado hecho a la plancha con calor? El chef coge la bola de helado que escojas, entre los sabores encontramos espárragos o trufa, y la introduce en un pan de brioche artesano que luego pasan por la plancha para sellarlo y ofrecerte un manjar calentito por fuera y refrescante por dentro.
Y si tu eres más de frío y hielo, puedes animarte con uno de sus polos de sabores como el de té de flores o sorbete de fresas con agua de rosas y que ofrecen diseños tan curiosos como la silueta del modelo Andrés Velencoso o la estatua madrileña del Oso y el Madroño.
Heladería Llinares (Valencia)
Si hay una heladería que apuesta por los platos típicos de nuestra gastronomía son estas heladerías de los hermanos Félix y Sebastián Llinares. En ellas, puedes ver helados tan peculiares como el elaborado con tortilla de patata, gazpacho andaluz, boquerones en vinagre o, incluso, fabada asturiana. Y si quieres un brindis, también ofrecen helados de Red Bull, cazalla o gin tonic.
Creamies (Madrid)
Como pases por esta heladería del barrio madrileño de Malasaña, vete olvidando de lucir tipín en la playa este verano. Eso sí, es una visita que vale la pena porque reinventan el corte helado de toda la vida pero con muchos, muchos toppings. Primero eliges entre donuts, galletas XL u oreos y luego añades en el interior una bola de helado que puede ser de vainilla, cookies o brownie, entre otros. Y, por último, añades crocanti, cereales o lo que quieras. ¿Se te ocurre algo más dulce?
Mr. Kakigori (Barcelona)
Para sentirte en el país del sol naciente solo has de visitar la Ciudad Condal. Este pequeño local en el barrio de Gràcia se llama así porque la estrella de su carta es el postre japonés del mismo nombre que se elabora con hielo que se machaca hasta dejarlo al punto de nieve y después se le añade siropes. Y si prefieres algo que no sea frío, también puedes comerte alguno de sus dorayakis.
Panda Patisserie (Madrid)
La capital también mira a Japón para satisfacer los paladares más golosos. En esta acogedora taberna nipona, además de tés y dorayakis, sirven los traidicionales mochis rellenos de helado. La bola de helado, que puede ser de té matcha, chocolate, frambuesa, mango y demás frutas, se envuelve en este dulce japonés hecho con pasta de arroz. Se come en pocos bocados y una vez que empieces no podrás conformarte solo con uno.
Parel·lo (Barcelona)
Una de las heladerías más modernas y atrevidas del momento que busca fusionar la vida urbana y el helado para convertirlo en todo un arte. Además de sabores más típicos como el de pistacho, regaliz o avellana, tienen otras creaciones para los estómagos más fuertes como el helado de cheddar ahumado, el de mostaza o el de atún.
Mistura (Madrid)
Y si los helados firmados por Jordi Roca usan una plancha caliente, los de las heladerías Mistura se sitúan en el polo opuesto. Con una idea importada de Tailandia, en Mistura utilizan una plancha helada a -23ºC sobre la que masajean la crema de helado y van añadiendo los ingredientes y toppings que se elijan. Porque no hay nada como un buen helado preparado al momento y con ingredientes naturales.
Gelati Gelati (Bilbao)
Como seas de los que les cuesta decidirse, en alguna de las heladerías Gelati Gelati pasarás un buen rato. Situada en el casco antiguo de la ciudad vasca, esta empresa cuenta con más de 200 sabores de helado fabricados. Algunos tan sorprendentes como el de wasabi, o el de aderezos como el aceite de oliva, el vinagre de módena o el ajo negro o, incluso, mariscos como los percebes o los carabineros. Tienen tanto éxito que hasta comercializan sus creaciones para otros restaurantes y establecimientos.
N2Lab (Madrid)
Ver la preparación de cualquiera de los helados que ofrecen en este comercio de Chueca es todo un espectáculo o, más bien, una clase de ciencia. Un coqueteo con la alquimia que utiliza el nitrógeno líquido para crear en el momento sorprendentes helados. Hay 7 sabores para elegir, puesto que siete es el número atómico del nitrógeno, y después una gran variedad de toppings para poder añadir y personalizar el helado a tu gusto. Una vez que tienes escogido todo, el nitrógeno líquido a -196ºC hace su magia y consigue helados dotados de una gran cremosidad.
