En 1900, por los Juegos Olímpicos, se inauguró un nuevo transporte que revolucionaría la forma de desplazarse en la Ciudad de la Luz. Innovador fue su diseño, de estilo art nouveau, así como sus preciosistas bocas de metro de hierro forjado, diseñadas por Hector Guimard. Menos revolucionario fue la denominación de sus estaciones con ilustres figuras femeninas; apenas tres. Además, hay 14 estaciones fantasmas, disponibles para rodajes por el módico precio de 15.000 euros al día
Lo que no sabes de estos metros y te gustaría saber
Los metros de las ciudades más emblemáticas cobijan infinidad de secretos, curiosidades y, por supuesto, un ir y venir constante de gente. Aunque cualquiera lo diría viendo estas imágenes. Señores viajeros, próxima parada...
Raquel Céspedes | 05.07.2019 | Lectura: 1 min
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Moscú
Conocido como el palacio subterráneo, por la luminosidad de sus estaciones y por detalles arquitectónicos y ornamentales cuyo fin era demostrar la grandeza del socialismo. Inaugurado en 1935, es el primero en densidad de pasajeros –casi 9 millones diarios–. En su interior viven cientos de perros que se refugian durante los gélidos meses de invierno. Y, desde hace un año, algunos trenes cuentan con paneles interactivos, conectores USB o conexión Wifi.
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Nueva York
Es de los más famosos y grandes, con 468 estaciones y 1.056 kilómetros de vías. Además de las numerosas vivencias personales que ha albergado, los bajos de Nueva York poseen vida desconocida. En 2014, un equipo de científicos del Colegio Médico Weill Cornell analizó las bacterias y microorganismos que habitan en sus superficies y constataron que más de la mitad de las secuencias de ADN eran de origen desconocido, de microorganismos cuya existencia era un misterio hasta la fecha.
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Londres
Fue el primer metro del mundo, inaugurado en 1884, y el más largo de Europa, con 415 kilómetros y 274 estaciones abiertas. Una investigación reveló que en los túneles londinenses habita tanta vida natural como en una selva, entre murciélagos, culebras, gusanos, pájaros carpinteros y hasta una especie de mosquito originaria del metro y denominada Culex Molestus. Además, varios estudios concluyen que la calidad del aire en algunos tramos es hasta 60 veces peor que en el exterior.
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Tokio
Es de los más concurridos, ya que por sus instalaciones suben y bajan diariamente unos 8’7 millones de usuarios. Por ello, no es de extrañar que, para evitar desbordamientos humanos, crearan un puesto de trabajo conocido como los ‘empujadores’. Los Oshiya trabajan en las estaciones más frecuentadas con el único cometido de empujar a la gente dentro de los trenes durante las horas punta. Desde luego, un metro no apto para ‘enoclofóbicos’