Que las redes sociales han revolucionado nuestra forma de comunicarnos y expresarnos no es nada nuevo. No descubrimos nada al decir que su peso en la sociedad es cada vez más importante. En ese sentido, la industria musical, al igual que tantas otras, también se ha visto afectada por su enorme trascendencia. La aparición de plataformas como TikTok, Instagram o YouTube ha democratizado el acceso a la fama. Aparte del talento, contar con un buen número de seguidores y hacer que los temas suenen hasta la saciedad se ha convertido en un requisito imprescindible para aquellos que quieren dedicarse a la música. Esa nueva corriente ha hecho que jóvenes de la Generación Z como Manel Ezquerra Vitores (Lleida, España, 2002), conocido como Ezvit 810, más acostumbrados a tratar con reels y stories que con álbumes físicos, se conviertan en estrellas fulgurantes de la noche a la mañana.
Con tan solo 19 años y un puñado de canciones en el bolsillo, el rapero catalán se ha colado entre las listas de temas más virales de España acumulando en poco más de un año de trayectoria más de 15 millones de reproducciones entre todos sus temas. “Yo saqué mis primeros temas para que mi ex volviera conmigo, no tenía ninguna otra intención –bromea–. Tras subir No me renta propongo en mi cuenta de TikTok que la gente haga sus propios vídeos utilizando la canción. Para mi sorpresa, al día siguiente había miles de vídeos de usuarios de todo el mundo y las estadísticas de Spotify se habían disparado”, explica el cantante.
Secreto viral
Un hecho que, por casual que parezca, no lo es. La relación entre TikTok y la música es muy estrecha y, gracias a su algoritmo, cualquier tema mínimamente potente puede acabar convirtiéndose en un éxito global. Esto es así porque inicialmente, bajo el nombre de Musical.ly, la plataforma pretendía trabajar mano a mano con la industria musical. El objetivo no era otro que potenciar la creación de nuevo contenido y conectar la música con la relación actual que tenemos con nuestro teléfono móvil: selfies, vídeos, videollamadas, etc.
Todo eso derivó en la app que hoy conocemos como TikTok. “Controlo todos mis perfiles y no hago nada especial en ellos. Cuando quiero subir algo relacionado con mis canciones sí que lo comento con mi representante para que me asesore sobre qué parte subir, pero más allá de eso soy yo quien le da al botón”, comenta Ezvit 810, cuyo nombre artístico es el resultado de la unión entre las dos primeras sílabas de sus apellidos y los números del código postal de su localidad.
“Que una canción sea o no viral no es algo que esté en mi mano, es la gente quien lo elige”
Sea de forma intencionada o no, lo cierto es que Manel supo tocar las teclas adecuadas para que su tema No me renta se convirtiera en todo un éxito viral. Aprovechándose del código matemático de la plataforma, hizo todo lo estipulado para una óptima difusión. Incluyó subtitulos en sus vídeos, interaccionó con otros usuarios, creó su particular challenge utilizando la canción como excusa y lo acompañó todo con los hashtags #trend, #viral, #trending, #parati, #foryoupage, #fyp, #rap o #hurts.
A día de hoy, el rapero acumula solo en su perfil de TikTok casi 300.000 seguidores y cinco millones de likes. Un éxito arrollador que también se ha trasladado a otras plataformas como Spotify –nueve millones de reproducciones– o YouTube –cinco millones de reproducciones–.
Además, que su primer single se hiciera viral hizo que muchos usuarios quisieran escuchar más cosas del rapero catalán fuera de las fronteras de la app de microvídeos. “Después de sacar un tema que lo petara tanto sí que pensaba en las cifras. “¿Funcionará esta canción mejor que la anterior?”. Lo cierto es que he llegado a la conclusión de que no es bueno obsesionarse. Que una canción sea o no viral no es algo que esté en mi mano, es la gente quien lo elige. Artistas mucho más grandes que yo tienen canciones que funcionan muy bien con millones de reproducciones y otras que no lo hacen tanto”, puntualiza el rapero.
Premios por likes
Sin embargo, lo cierto es que la viralidad de un tema, para lo bueno y lo malo, sí está determinando el éxito de un artista. Por eso, la mayoría de los sellos musicales dirigen buena parte de sus recursos a campañas destinadas a difundir sus canciones por TikTok y sus más de 800 millones de usuarios en todo el mundo –según Hootsuite y We Are Social–. Ya que, una vez que la canción se ha dado a conocer y ha tenido éxito, al igual que en el caso de Ezvit 810, la repercusión es inmediata en el resto de plataformas.
El caso más sonado y reciente es el de la canción Savage de Megan Thee Stallion. Tal y como relata Bloomberg, la discográfica 300 Entertainment llegó a un acuerdo con TikTok para incluir varios de los temas de la artista estadounidense en la biblioteca de sonidos de la app, destacando especialmente, el de Savage. Aparte, promocionó la canción en varios anuncios y lanzó un challenge con el fin de popularizarla aún más. El resultado de aquel despliegue virtual se traduce en que millones de usuarios conocieron su canción y que Megan Thee Stallion fue galardonada con tres premios Grammy, entre el que se incluía el de Mejor Canción Rap por Savage, Mejor Artista Nuevo y Mejor Interpretación de Rap.
Más allá de galardones, lo cierto es que la Generación Z, los chavales de entre 15 y 25 años, han nacido con un móvil debajo del brazo y eso hace que su forma de entender la música nada tenga que ver con la de otras generaciones. Buscan lo dinámico, lo interactivo y ahí TikTok se lleva la palma con sus vídeos de 15 segundos. Según la consultora Global Web Index (GWI) el 41% de usuarios de la plataforma pertenecen a ese grupo de edad.
Por eso, muchos jóvenes como Ezvit 810 ven en la app una fuente de ingresos y un trampolín hacia sus sueños. “Hace dos semanas dejé mi trabajo en una cooperativa de fruta de Lleida para centrarme completamente en la música. Actualmente vivo con mis padres porque no percibo aún los suficientes ingresos para independizarme, pero mi objetivo es seguir trabajando en esta línea e ir llegando a un público cada vez mayor a base de temas”, nos cuenta.
“La música nunca fue mi sueño porque nunca pensé que pudiera ocurrir algo así”
Aunque las cifras no son oficiales debido al secretismo de ByteDance, la empresa china dueña de TikTok, portales como Influencer MarketingHub calculan que los beneficios –sin contar vídeos patrocinados por marcas o lives– rondaría los tres céntimos por cada 1.000 visualizaciones. Eso sí, para monetizar la cuenta se debe tener mínimo 10.000 seguidores, haber tenido 10.000 visualizaciones en los últimos 30 días y ser mayor de 18 años.
Una fuente de ingresos más para Ezvit 810 que se une a la de las otras plataformas y a su acuerdo con el sello Blanco y Negro Urban, la discográfica que le ha fichado. “Mi representante ya estaba dentro de la discográfica antes de ficharme. Es mi persona de confianza y quien me aconseja en todo momento. Mi idea a corto plazo es ir sacando singles e ir afianzando mi público. También tengo en mente varias colaboraciones que espero vayan saliendo. Una vez haya hecho eso sí que me gustaría ir planteándome cosas más grandes e importantes”, confiesa.
Joven promesa
Porque más allá de datos virtuales, lo cierto es que Manel arrastra tras de sí a una legión incondicional de jóvenes que no dudan en tararear sus letras y bailar sus ritmos. No hay más que darse una vuelta por su feed de TikTok y comprobar la reacción de muchas de sus fans cuando están cerca de él o interactúan a través de redes sociales.
Sus letras sin complejos, en las que vomita sentimientos de un modo muy visceral, hace que su éxito esté más que justificado entre los que empatizan con él. “Al principio me costaba mucho abrirme con las canciones. Yo no suelo ser muy expresivo en lo que a sentimientos se refiere y me daba miedo el qué dirán. Sin embargo, ahora he encontrado la forma de liberarme. Me gusta escribir mucho sobre el desamor porque es mi forma de recuperarme cuando me siento mal”, se sincera.
Unas letras que comenzaron a sonar por primera vez entre sus amigos, cuando junto a ellos, Manel improvisaba versos en las batallas de gallos. “Empecé a cantar a los 14 años en batallas de gallos con mis amigos cuando seguía a Arkano y compañía. Escribía mis letras y cantaba, pero siempre a mi círculo más cercano. La música nunca fue mi sueño porque nunca pensé que pudiera ocurrir algo así. Cuando vi todo lo que estaba ocurriendo en redes sociales entonces sí se convirtió en mi sueño. Podría decirte que es lo mejor que me ha pasado en la vida”.
Siempre rodeado de los suyos, Ezvit 810 se muestra como un chaval optimista, cercano, futbolista en sus ratos libres y que no duda en agradecer el apoyo de su familia. “Ellos siempre me han dicho que haga lo que me gusta y me haga feliz. Mis padres siempre me dicen que convierta mi pasión en mi profesión y en ello estoy”, acaba esta charla entre risas.