¿Te sientes hoy triste y cansado? Pues si alguien te dice que es por el Blue Monday, ten claro que no. No existe el día más triste del año y, si bien es cierto que estar triste es normal y algo humano, no es el tercer lunes de enero un día especialmente triste. Al menos, no más que el resto de días de enero. “Es imposible poder definir un día como el más triste del año. La ciencia psicológica no es la física y no puede determinar de manera tan precisa esto. Las encuestas podrían referirse a etapas más tristes pero nunca tan reduccionistas a señalar las 24 horas más tristes”, zanja tajante el psicólogo Sergio G. Soriano. Y si sigues creyendo que es posible, que sepas que todo esto surgió como una campaña de marketing.
En los países anglosajones está muy instaurado este mito de la salud que cada vez más marcas usan en nuestro país para promocionar sus productos y servicios, ya sean viajes para paliar la tristeza, tratamientos estéticos con los que aumentar la autoestima o caprichos para alcanzar la felicidad. Pero todo es un bulo que comenzó como una nota de prensa. En 2005, el ya desaparecido canal británico Sky Travel decidió averiguar cuál era el día más sombrío del año partiendo de la idea de que las personas reservan sus packs vacacionales cuando más deprimidas están. Así que enviaron a todos los periodistas del país una nota de prensa asegurando que habían determinado cuál era el día más triste del año con ayuda del psicólogo Cliff Arsen.
La fórmula de Cliff Arsen no tiene base científica y usa factores muy variables
Cliff Arsen tenía claro quién le pagaba y que su cometido era averiguar el día en el que la gente reservaría más viajes movidos por una tristeza pasajera. Para ello, desarrolló una fórmula basándose en factores como el clima o el endeudamiento financiero de la cuesta de enero. Concretamente, definió la fórmula: [W + (Dd)] xTQ / MxNA]. En ella, W hace referencia al clima, mientras que D se relaciona con el endeudamiento y d, con el salario. Además, T significa el periodo transcurrido desde Navidad y Q es el tiempo desde que se renunció a los propósitos de Año Nuevo.
Con esta premisa, no hace falta ser un experto en la materia para apreciar la escasa base científica del estudio. Y es que todos los factores que utiliza son muy variables y no pueden generalizarse. El clima, por su parte, varía dependiendo del país y el año en cuestión, mientras que calcular el promedio de días que la población no ha cumplido con sus propósitos de año nuevo es poco factible. “Es un algoritmo que deja fuera la “humanidad” y parece que quieren un “el más”, esto es más sostenible desde el marketing que desde la ciencia. Vende más “las mejores películas” o “los mejores libros”, pero es un criterio muy reducido porque evidentemente “lo humano” es más complejo”, critica Soriano.
A base de sugestión podemos llegar a creer que este lunes es un día triste
Y a toda la parafernalia desarrollada entorno al Blue Monday se suma un estudio japonés de 2009 sobre los suicidios. El trabajo en cuestión precisaba que la incidencia de suicidios entre japoneses es mayor los lunes respecto al resto de días. Así, aunque se hablaba de todos los lunes, sirvió para amparar la idea de un lunes lúgubre en enero. Algo que, a base de sugestión, puede llegar a influirnos negativamente. “Sabemos que no acuden más personas a nuestras consultas ese día ni hay más llamadas a los terapeutas ni más urgencias. Pero el periodismo y la publicidad pueden hacer que las personas se planteen su propia tristeza ese día y eso sea el caldo de cultivo para que aparezca la misma”, recuerda el psicólogo.
La depresión que sí existe
Ahora bien, que no exista el Blue Monday no quiere decir que enero no sea un mes triste. Los expertos reconocen el desasosiego que puede surgir en cada inicio de año y sí existe la depresión conocida como Trastorno Afectivo Estacional en el que los pacientes en general experimentan mayor tristeza durante los fríos meses de invierno cuando hay menos luz solar y menos interacción social. “España es un país que le gusta la calle, las vacaciones, los planes con amigos… y en invierno ese cuerpo social queda transformado, reducido y hay más tiempo para pensar y plantearnos cosas sobre nuestra propia vida. Es ahí donde si no estamos conformes, el invierno y la falta de luz agrandan pensamientos que no estaban del todo resueltos” asegura Soriano.
De hecho, muchos críticos con el Blue Monday censuran que se achaque la depresión a causas tan nimias y se relativice con la idea de que puede arreglarse con algún capricho. No en vano, la depresión constituye la principal causa de problemas de salud y discapacidad en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud, más de 300 millones de personas viven con esta enfermedad y España es el cuarto país de Europa con más casos. En total, más de 2 millones de personas padecen depresión en España, aunque en nuestro país solo hay 4 psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes frente a los 18 psicólogos que hay de media en Europa. “Eso sí, hay que diferenciar entre tristeza que es sana y depresión que es un trastorno”, señala el experto.
Como recalca una y otra vez este psicólogo, no es lo mismo un trastorno continuado como la depresión que momentos puntuales y necesarios de tristeza. “Hay mucha moralina sobre la tristeza porque se ve como negativa. Hay una necesidad social de reducirla y no toleramos esa emoción tan humana y a veces, eso impide cierta cuota de bienestar. La tristeza te permite conectar con lo nuevo, es necesaria para entrar en las nuevas etapas de la vida”, aclara Soriano. Así que, si hoy te sientes algo triste, tal vez, solo sea el inicio de algún cambio a mejor.