Se los enfundó Marilyn Monroe en ‘Río sin retorno’, James Dean en ‘Rebelde sin causa’, pero también mineros de Arizona, seguramente hasta tu madre o padre y tú también. Los Levi’s 501 son, sin duda, la prenda más democrática del mundo. Aunque es bien conocida esa máxima que dice que las modas son pasajeras, estos vaqueros se han alzado como objeto de deseo para muchos y un emblema de rebeldía, vanguardia y libertad hasta el punto de que en 1999 la revista Time los nombró como “el mejor artículo de moda del siglo XX”. Ahora, el primer modelo de jeans del mundo cumple 150 años traspasando barreras temporales, culturales y sociales. Celebrando ya su siglo y medio de historia, es imposible no hacerse la siguiente pregunta: ¿Por qué este modelo sigue fascinando década tras década?
Con más historia que la Torre Eiffel o el London Bridge, estos pantalones surgieron en una mina como una innovación histórica en la ropa de trabajo. Era el año 1873 y Jacob David presentaba sus pantalones de lona con remaches de cobre en la cintura a su proveedor Levi Strauss. Ambos vieron la utilidad de su nueva creación y se asociaron para crear una versión en tela vaquera que patentaron para lanzar lo que se conocería como los vaqueros 501 inicialmente denominados “XX”. Así es como Levi’s echó a andar. De una pequeña mercería pasó a convertirse en una de las empresas más grandes del mundo y en la actualidad Levis Strauss & Co tiene alrededor de 500 tiendas en todo el mundo y sus productos se venden en más de 110 países.
“El 501 es la imagen de la marca Levi’s. Ahora, llevar un 501 es como llevar una marca prémium de vaqueros. Se asocia a un espíritu joven y aventurero relacionado con el origen del vaquero y se ve como un producto muy resistente y duradero”, comenta Domingos Esteves, experto y consejero asesor de la Asociación Española de Retail. De hecho, en 1886 con su promesa de durabilidad —“Da igual lo que hagas, no se rompen”— inventaron el parche de los dos caballos tirando de un pantalón en dirección opuesta. Y la mítica etiqueta roja con el nombre de la firma se incorporó en el bolsillo trasero en 1936 para diferenciarlos de las otras marcas que rivalizaban con ellos en el mercado.
Pero la magia de Levi’s no solo viene por su resistencia y condición precursora, sino que han logrado convertirse en un referente de la cultura pop y un lienzo textil ideal para el arte. Desde iconos cinematográficos como Marilyn Monroe, James Dean o Marlon Brando luciéndolos con mucho estilo hasta el arte hippy de los años 70 o rockeros como Elvis Presley y los cantantes punk de finales de los 70 y los años 80 como los Ramones o Debbie Harry de Blondie. Incluso Steve Jobs en la presentación de Apple II de 1984 decidió vestirlos al igual que el ex presidente estadounidense Barack Obama en algún que otro mitin.
“Es una marca icónica que relacionamos con el cine, con la imagen de James Dean con ese aire cool y rebelde, con los mineros y el lejano oeste”, comenta el experto en retail. “Esta vinculación con la cultura y el cine ha proporcionado también, una clasificación de producto democrático disponible para todas las clases sociales que podíamos encontrar en el estilo de vida de los influencers, que antes del surgimiento de las redes sociales, eran, sin duda, los actores”, añade.
Adaptarse o morir
Sin embargo, pese a la popularidad que rápidamente alcanzarían a comienzos del siglo XX, en 1918 con los beneficios de Levi Strauss & Co. bajo mínimos y su fundador, Levi Strauss, ya fallecido en 1902, sus herederos, los hermanos Stern, debían buscar nuevas formas de reavivar el interés. Así, los sobrinos del fallecido Strauss junto a Milton Grunbaum, su nuevo jefe de fabricación, se centraron en aumentar la durabilidad de los vaqueros 501. Además, se añadieron trabillas a los petos adaptándose a los cambios en la moda masculina y a los deseos de los consumidores. Comenzaba así una nueva época para los vaqueros que hizo que los beneficios se disparasen a partir de mediados de los años 20.
En la década de los años 30 ya eran de sobra conocidos entre trabajadores, pero su auge siguió en aumento y hasta la revista Vogue comenzó a recomendarlos a las mujeres que iban a ranchos de vaqueros en vacaciones, algo muy de moda en esos años, sobre todo, por el boom del género western con cintas como ‘La diligencia‘ en la que John Wayne también los lucía. Los pantalones ya se adaptaban a siluetas masculinas y femeninas y, en 1943, se introdujo la ya clásica costura en pespunte, presente en los bolsillos traseros de estos pantalones, conocida también como “Arcuate Stitching Design”. De hecho, fue tras la Segunda Guerra Mundial cuando alcanzó su máximo esplendor, dejó de ser ropa de trabajo y pasó a considerarse ropa informal adoptada por estudiantes, moteros, obreros, soldados que regresaban y artistas.
Pero su historia de adaptación e innovación no solo se centra en su estilo y resistencia. También es un compromiso con la sostenibilidad. “Un vaquero denim es una tela durable y eso nos da claramente una primera percepción de sostenibilidad. Levi’s ha trabajado muy bien no solo en términos de acciones sostenibles que apoyan la economía circular, sino, también, con su estrategia de comunicación, hablando de qué productos utilizan en la construcción del vaquero, de cómo hacen los lavados para conseguir los colores finales o de qué hacen a nivel de consumos de agua”, señala el experto. A día de hoy, siguen con iniciativas como la tecnología Water Less que ha ahorrado 4.200 millones de litros de agua desde su introducción o el servicio Tailor Shop para reparar prendas y que te duren, en definitiva, para siempre.
Símbolo de rebeldía (y compromiso)
Este icónico jean ha estado presente en un sinfín de momentos históricos por lo que, todas las generaciones, tienen un recuerdo de él. Desde el mítico concierto de Woodstock en 1969 hasta en la caída del Muro de Berlín en 1989, ya que muchos manifestantes los llevaban como símbolo de su rechazo a las ideas comunistas a favor de Occidente.
También estuvo muy presente en las protestas LGTBQ+ de los años 90 en Estados Unidos y Europa y Levi’s fue la primera firma en defender públicamente al colectivo. De hecho, hacia el año 1992 Levi’s dejo de hacer donaciones a los Boy Scouts de Norteamérica al descubrir sus políticas anti gays y, en cambio, empezó a donar a asociaciones a favor de la igualdad. Además, en 1982, cuando el sida estaba causando estragos y la mayoría lo llamaba “cáncer rosa”, al ligarlo en exclusiva a los gays, Levi’s fue la primera firma en donar dinero para la causa y, desde entonces, ha donado aproximadamente 45 millones de euros a diferentes organizaciones humanitarias, según datos de la empresa.
Tal es la presencia de Levi’s a lo largo de la historia que tienen su propia responsable de preservar su legado histórico. Tracey Panek es la directora de archivos de la compañía y la historiadora responsable de seguir todos aquellos momentos icónicos en los que el mundo se puso los 501 por montera. De hecho, en su sede de San Francisco, la compañía tiene un extenso archivo en el que guardan hasta piezas decimonónicas como unos vaqueros Levi’s de 1890. Y es que algunos vaqueros 501 son ya reliquias y hasta el MoMa de Nueva York los expuso en una muestra sobre moda.
Por ello, no sorprende que Levi’s haya logrado forjarse, a lo largo de la historia, una imagen de marca alternativa, valiente, arriesgada y que sabe romper, una y otra vez, el molde. “Levis tiene una imagen de marca brutal y totalmente asociada al primer pantalón vaquero, la marca que inventó el vaquero, una firma pionera. Fue la marca que impulsó este tejido y lo instauró comercialmente. Ya no es que te guste o no su estilo o que te pueda quedar mejor o peor, al final, llevar un Levi’s es llevar una marca y un nivel que no te da ninguna otra marca de vaqueros en el mundo. Incluso los consumidores que no han usado un vaquero Levi’s tienen la sensación de que quedan bien”, apunta Esteves.
Como decíamos al principio, puede que las modas sean pasajeras, pero los 501 han sobrevivido a la volatilidad del fast fashion, y, seguramente, dentro de 150 años alguien volverá a escribir sobre ellos.
Que no te la peguen con tus 501
El best seller de los vaqueros, como todo icono globalizado, también sufre las falsificaciones.Entonces, ¿cómo saber si los 501 que vamos a comprar son auténticos? Toma nota para ser todo un experto.
1. Atento a las tachuelas
Todos los vaqueros de la marca Levi’s llevan grabadas las tachuelas con el nombre de la marca o con un logo diferenciador. Así que fíjate bien en ellas, pero ten en cuenta que algunas imitaciones también reparan en este detalle al ahora de hacerse.
2. El número 501 es clave
Todos los modelos 501 tienen esta cifra pegada en el borde del bolsillo trasero del lado derecho. Por suerte, la gran mayoría de imitaciones pasan por alto este detalle.
3. El parche, sin faltas y bien claro
El parche de piel que llevan todos los vaqueros Levi’s en la parte trasera no tiene faltas de ortografía y podemos leer el mensaje Levi Strauss & CO. Además, aparece 1983, el año de fundación.
4. Costuras amarillas
En los vaqueros 501 todas las costuras son siempre amarillas, sin excepción. Además, fíjate en cómo está cosido.
5. Negro, gris o azul
Pese a lo que en algunos sitios puedan hacerte creer, Levi’s solo fabrica este modelo en tres colores: negro, gris o azul. Así que, cualquier otro color, es claramente falso.