Era 2016 cuando el waterpolista Víctor Gutiérrez (Madrid, 1991) decidió cambiar el rumbo de su vida tomando la decisión más importante. Hizo pública su homosexualidad y se convertía así, en el primer deportista de élite en salir del armario en España.
Dos años después, otros decidieron seguir el mismo camino, Carlos Peralta en natación, Marc Fortuny en judo y Vanessa Caballero en boxeo. Sin embargo, aún son muchos los deportistas de élite que viven en secreto su orientación sexual por miedo a posibles represalias y frenos en su desarrollo profesional. Y eso es lo que, durante años, le tocó vivir a Víctor, que desde pequeño reconoce haberse sentido un enfermo. Ahora, en ‘Balón amarillo, bandera arcoíris: El deporte de élite sale del armario’ narra sus vivencias y busca ayudar a cualquiera que esté pasando por las mismas dudas, inseguridades y temores que él vivió. Porque, como él mismo dice, “la vida es demasiado corta para pasarla encerrado en un armario”.
En el libro que acabas de publicar relatas la forma tan dura que tenías de verte. ¿Qué le dirías al Víctor Gutierréz de entonces?
Que todo aquello que durante tantos años le avergonzó, le hizo pasar miedo y sentirse mal, ahora es su identidad y lo que lleva con más orgullo. Que confíe y esté tranquilo que, al final, salimos ganando.
¿Cuál dirías que fue el episodio de tu homosexualidad que más te ha marcado?
Sin duda, el primer insulto. La primera vez que me llamaron maricón con 8 años, yo ni sabía lo que significaba y tuve que preguntarlo porque no tenía ningún tipo de instinto sexual. Pero fue la palabra que me cambió la vida. En ese momento, ya comprendí que tenía que alejarme de cualquier forma o gesto que hiciera ver que yo era homosexual, ya que vi que era algo malo con lo que los demás te podían atacar. Fue una palabra que me marcó y me hizo una herida que ha tardado años en cerrarse.
¿Qué te hizo decir públicamente que eres gay?
La pura supervivencia. Con 17 años, yo era un adolescente que nadie sabía quién era porque me dediqué a construir un personaje. Yo no podía compartir mis sentimientos, mis emociones ni mis pensamientos. Llegó un momento que, por necesidad de poder ser yo, decidí hablar con el que era mi mejor amigo.
“La palabra maricón me marcó y me hizo una herida que ha tardado años en cerrarse”
¿Qué hubieras necesitado de joven para aceptarte y gestionar todo mejor?
Hubiera necesitado lo que necesitan los jóvenes ahora, educación. Si hubieran venido al colegio a explicarme lo que es la orientación sexual o la expresión de género y darme información sobre materia LGTBI, habría entendido que no estaba solo ni me pasaba nada malo.
¿Qué consejos le darías a alguien que quiere salir del armario pero no se atreve?
Que la vida es demasiado corta y maravillosa como para vivirla encerrada en un armario. Y que nadie va a encontrar esa fortaleza por él o por ella, somos nosotros mismos los que tenemos que encontrar esa fuerza y dar esos pasos. Y, sobre todo, que una vez dé el paso se dará cuenta de que lo tenía que haber dado antes.
Te hiciste viral por un vídeo narrando un ataque homófobo de un rival. ¿Has vivido más ataques así?
Sí, la palabra maricón me ha acompañado toda mi vida y es bastante habitual en el deporte. A raíz de hacerme visible, me han pasado cosas parecidas en bastantes ocasiones, pero esa me afectó en ese momento porque llevaba bastante tiempo sin vivirlo y pensaba que nadie me iba a poder atacar de esa manera. Por eso, decidí denunciarlo y, a raíz de ello, se materializó la primera sanción por homofobia en el deporte español.
“Si hubieran venido al colegio a explicarme lo que es la orientación sexual o la expresión de género, habría entendido que no estaba solo ni me pasaba nada malo”
Desgraciadamente parece que vuelven a proliferar las terapias de reconversión. ¿Llegaste en algún momento a plantearte que eras un enfermo que necesitaba cura?
Una vez vi en la televisión a un mal llamado psicólogo que se llamaba Aquilino Polaino que decía que la homosexualidad era una enfermedad que se podía curar. Durante mucho tiempo pensé que aquello era lo que me pasaba y que yo estaba enfermo, pero tenía solución. Mi mayor ilusión era ser mayor para poder tratarme y curarme. Que un niño con 13 años se viva y se entienda como un enfermo, simplemente, por ser él, es tremendo. Mientras un solo niño o niña tenga en España esa sensación, quedan cosas por cambiar.
En el libro también comentas que te vigilabas para no parecer femenino o amanerado. ¿Cómo te vigilabas?
Cuando me llamaron maricón, identifiqué ciertos comportamientos ligados a ese tipo de insultos y lo que buscaba era qué habían visto los demás para llamarme eso. Me miraba cómo hablaba, cómo me reía, cómo me sentaba o cómo corría para estar pendiente de, si se exteriorizaba cualquier gesto de esos, poder corregirlo.
Armarios en el deporte
En este país no estamos acostumbrados a que los deportistas “salgan del armario”. ¿Cómo es ser gay siendo deportista de élite?
Es duro porque a todas las dificultades ya existentes en el deporte de élite, que son muchas, hay que añadirle la de vivir con miedo a que te descubran y casi sintiendo vergüenza de ti. Se hace muy complicado si tienes que estar centrado en rendir bien, competir y lo que hace todo deportista para alcanzar sus metas.
Tu caso es importante porque has dado el paso que muchos no se atreven, ¿conoces deportistas que son homosexuales y no lo dicen?
Sí, es una de las cosas que me ha llevado visibilizarme. Muchos deportistas se me han acercado a contarme su historia, hablarme de su experiencia y uno se da cuenta de la cantidad de sufrimiento que sigue generando el tener una sexualidad diferente. Yo les intento ayudar, animarles a que pierdan el miedo, aconsejarles, pero cada uno vive su historia de una manera y con unas circunstancias. Y es una pena que muchos todavía vivan así por el miedo.
“Por supuesto que hay personas LGTBI en el fútbol de Primera División”
Cada cierto tiempo surge el debate de la homosexualidad en el considerado Deporte Rey, el fútbol. ¿No hay gays en LaLiga, la Premier o la Ligue francesa, por ejemplo?
Por supuesto que hay personas LGTBI en el fútbol de Primera División.Hay personas LGTBI en todos los estratos de la sociedad y el deporte de élite no es menos. Lo que pasa que cuando más grande es el deporte más difícil se hace. Entran factores como tener que enfrentarte a 30.000 o 40.000 personas cada semana llamándote maricón en un estadio de fútbol o entran los patrocinadores y los contratos que tienen con los clubes. Por ejemplo, el Real Madrid tiene contratos con la compañía aérea Fly Emirates de los Emiratos Árabes donde la homosexualidad está perseguida con la muerte, imagínate.
Un estudio del que se ha hecho eco el PSOE cifra en 142 los futbolistas homosexuales en España, sin embargo hasta ahora ninguno lo ha reconocido. ¿Has recibido mensajes de futbolistas?
No, futbolistas no. Como digo, es un mundo aparte dentro del deporte y entiendo que les da miedo que se filtre cualquier mensaje que puedan mandar. En ese sentido, son muy cuidadosos. Respecto al estudio, era un estudio estadístico basado en el porcentaje que se supone que hay en la sociedad.
Hace unas semanas Íker Casillas dijo haber sufrido un supuesto hackeo en su cuenta tras publicar un tuit en el que decía ser gay. Puyol y Marc Bartra alimentaban el juego con más bromas. ¿Qué les dirías?
Les diría que es de una gran torpeza. Estoy convencido de que su intención no era hacer daño a nadie, pero particularmente, Casillas y Puyol han tenido una dilatadísima carrera y saben, perfectamente, que los futbolistas homosexuales han vivido toda su vida armarizados, con soledad y vergüenza. Entonces, que banalicen y frivolicen sobre ello es muy torpe y muestra muy poca empatía. Y, además, Casillas ha compartido vestuario con Guti muchos años, un jugador al que en todos los estadios se le ha llamado “maricón” de manera unánime y él ha sido testigo. Dice muy poco de él.
“Casillas ha compartido vestuario con Guti muchos años, un jugador al que en todos los estadios se le ha llamado “maricón” de manera unánime y él ha sido testigo. Dice muy poco de él”
La Selección española está dudando si llevar un brazalete con la bandera arcoíris durante el Mundial de fútbol de Qatar. ¿No es triste que tenga que ser debatido un gesto que no hace daño?
Es muy triste que dentro del fútbol se mire más con lupa o se intente sancionar un brazalete con arcoíris, como ocurrió en la última Eurocopa, y no a un estadio entero gritando maricón como también ocurrió en la Eurocopa cuando todo el estadio húngaro estuvo llamando maricón a Cristiano.
¿Al final se llevará el brazalete?
Yo hablé con Rubiales, que es el presidente de la Federación Española, y le transmití la importancia de que España se sumara a la iniciativa y me dijo que no habían rechazado la iniciativa y que estaban buscando alternativas para poder tener alguna reivindicación con los derechos humanos en Qatar. Ya que ningún país ha renunciado a participar, creo que es una buena alternativa cuando prácticamente los ojos de todo el planeta están puestos en el Mundial que nuestro fútbol sirva para hacer reivindicaciones.
No quiero terminar la entrevista sin saber tu opinión, como Secretario LGTBIQ+ del PSOE, sobre la Ley Trans.
Es una ley muy necesaria y se lleva peleando por ella muchísimo tiempo. Es una ley que va a dotar de garantías y de dignidad al colectivo LGTBI en general con cosas como la prohibición de las terapias de reconversión en todo el territorio nacional o la prohibición de la mutilación de los menores intersex. Y luego, por supuesto, hacia la sigla más vulnerable y necesitada que es el de las personas transexuales. Somos muchas personas las que estamos trabajando para que esto se haga realidad y que nadie dude que habrá Ley Trans.