“Hay mucha gente que hace pactos con el diablo, pero los Hammer consiguieron el mejor trato”. Casey Hammer, una de las protagonistas del nuevo documental de HBO Max ‘House of Hammer’, se refiere así a los hombres de su familia, desde su bisabuelo Julius hasta su sobrino el actor Armie Hammer, en la actualidad investigado por presuntos abusos sexuales. Armie Hammer es solo una pieza más de su amplia e influyente familia. El documental dirigido por Elli Hakami y Julian P. Hobbs se adentra a lo largo de sus tres capítulos en la biografía de otros miembros masculinos de la saga. Desde hace más de un siglo, los hombres de esta dinastía de magnates se han parapetado tras su apellido para actuar al margen de la ley y todos comparten un siniestro historial de misoginia y mentiras. Como en cualquier polémica, siempre hay dos versiones. En el documental, se escucha solo una, la que señala la impunidad histórica de estos hombres ajenos a las consecuencias de sus actos.
El protagonista de ‘Call me by your name’ se vio envuelto en una truculenta polémica el pasado año cuando salieron a la luz pública varias conversaciones privadas donde fantaseaba con la violación y se definía a sí mismo como caníbal. Aunque este escabroso detalle fue el que copó titulares de todo el mundo, la gravedad de la situación iba mucho más allá. El documental de tres capítulos estrenado hace unos días por HBO Max articula la historia a partir de los testimonios de dos mujeres. Por un lado, la mencionada Casey Hammer, tía de Armie Hammer. Lleva años alejada de su familia y, en 2015, publicó el libro ‘Surviving my birthright’, donde ya desveló muchos de los episodios analizados en el documental. Por otro lado, Courtney Vucekovich, una empresaria de Dallas ex pareja de Armie que contribuyó a destapar el escándalo que ha puesto en pausa la carrera del actor. Los rumores comenzaron en una cuenta anónima de Instagram, donde a finales de 2020 se publicaron varias conversaciones privadas que reflejaban la conducta abusiva del intérprete. El perfil Deuxmoi, conocido por publicar cotilleos del mundo celebrity, contrastó la información con Courtney Vucekovich, quien aseguró que esos mensajes sin duda tenían el sello de Armie Hammer. De la noche a la mañana, su nombre acaparó titulares de todo el mundo y el bizarrismo de la conducta de Hammer, que decía querer comerse las costillas de una de sus parejas, dio lugar a un festival de memes por la red.
Lo cierto es que la gravedad de las acusaciones –una de las víctimas habla de violación– pasó desapercibida. Sus defensores definen sus gustos sexuales como BDSM, sin embargo las víctimas insisten en diferenciar el fetichismo del abuso. Además de la presencia de Courtney Vucekovich, en ‘House of Hammer’ también se da voz a Paige Lorenze, con quien Hammer inició una relación pocas semanas después de la ruptura con Courtney. Lorenze cuenta que el actor llegó a grabar sus iniciales con un cuchillo en su piel y que estaba obsesionado por encontrar un cirujano en Los Ángeles para quitarle sus costillas y comérselas. “No le di importancia, pero ahora creo que lo decía en serio”, expresa en el documental. El testimonio de ambas y el de otras víctimas refleja el idéntico patrón que seguía con cada una de sus conquistas, con quienes incluso hacía los mismos viajes y se alojaba en el mismo hotel. Destacan su carácter controlador y su obsesión por el shibari, la técnica japonesa consistente en atar cuerdas al cuerpo de manera decorativa, una práctica vinculada al BDSM donde se requiere consentimiento de ambas partes. Armie Hammer declinó ser entrevistado para el documental. En la actualidad, está siendo investigado por la policía de Los Ángeles, si bien de momento no se han presentado cargos contra él.
El bizarrismo de la conducta de Hammer, que decía querer comerse las costillas de una de sus parejas, dio lugar a un festival de memes por la red
Su abogado, Andrew B. Bettler, es uno de los fichajes habituales entre celebridades acusadas de abuso sexual y en su lista de clientes hay nombres como Bill Cosby o el Príncipe Andrés, quien ha contratado recientemente sus servicios ante el juicio que afronta por el caso Epstein. Respecto el paradero de Armie Hammer hay más dudas que certezas, aunque se rumorea que está viviendo en las Islas Caimán, retirado del foco mediático. Allí viven sus dos hijos y su ex mujer Elizabeth Chambers, de quien se separó en el verano de 2020 y quien se refirió hace unos meses al escándalo para expresar que estaba “devastada”. Sí se sabe que en mayo de 2021 ingresó en un centro de rehabilitación para afrontar sus problemas de adicción a las drogas y al sexo. Poco después se estrenó la que por el momento es su última película ‘Muerte en el Nilo’. Sus siguientes proyectos, entre ellos una comedia junto a Jennifer Lopez, fueron cancelados. Su agencia WME también le despidió. Por si fueran poco perturbadoras las conversaciones filtradas, también salió a la luz una cuenta privada del actor en redes sociales –un ‘finsta’, como se denominan los perfiles privados que manejan algunas celebridades al margen de su cuenta oficial–, donde aparecía consumiendo drogas y bebiendo alcohol mientras conducía y se grababa.
Los otros ‘Hammer’: espionaje, corrupción y excesos
La historia de la saga se remonta al siglo XIX, cuando Julius, tatarabuelo de Armie, emigra de Rusia a Estados Unidos. Era médico, pero allí hizo carrera en la política y se convirtió en uno de los miembros fundadores del Partido Comunista de Estados Unidos. En 1898 nace su hijo, a quien llama Armand Hammer —bisabuelo del actor— en referencia a la simbología comunista rusa, el brazo (arm) y el martillo (hammer). ¿Cómo logró el hijo de uno de los fundadores del Partido Comunista de Estados Unidos convertirse en un magnate del petróleo al frente de Occidental Petroleum, una de las compañías más importantes del mundo?
En el documental se entrevista al periodista de investigación Edward Jay Espstein, encargado de realizar un perfil sobre Armand Hammer para The New York Times durante los años 80. El periodista subraya la doble cara del magnate, filántropo y coleccionista de arte de puertas hacia fuera y de comportamiento tiránico en la intimidad. Epstein destaca el gusto de Armand por las mujeres jóvenes, a las que controlaba por completo. Relata una anécdota que pone de manifiesto las artimañas de película que ponía en práctica para salirse con la suya. Cuando su tercera mujer, Frances –gracias a cuya fortuna logró introducirse en el mundo del petróleo–, se entera que tiene una amante, llamada Martha Kaufman, este obliga a Kaufman a cambiarse el nombre –a partir de entonces sería Hilary Gibson– y a transformar su aspecto físico. De esta manera, continuó engañando a su mujer, que nunca se percató de esta rocambolesca historia. El carácter controlador de Armand Hammer no se limitó a sus amantes, también al resto de miembros de su familia. Espiaba a amigos y conocidos, “era como un tablero de ajedrez y nosotros sus piezas”, dice su nieta Casey. La fortuna del magnate tampoco era precisamente transparente. El periodista Edward Jay Epstein recibió pruebas fehacientes de la criminalidad sistemática del empresario, a quien define como “el rey de los sobornos”. Mientras él sobornaba en los despachos a la élite política del país, su hija Julian grababa todo el proceso, acumulando material con el que chantajear, en un futuro, a esos corruptos. Pero todavía hay más. Joseph Finder, miembro del Harvard Russian Research Center, explica en el documental que la CIA concluyó que Armand filtró información al KGB, siendo considerado un agente de la Unión Soviética. Incluso se vio involucrado en el caso ‘Watergate’, aunque el presidente Bush le eximió de responsabilidad al llegar al poder a finales de los años ochenta. Tampoco se tambaleó su reinado cuando, en 1988, un accidente producido en una de sus plataformas petrolíferas provocó la muerte de 168 personas.
El ‘Hugh Hefner’ de Pacific Palisades
El siguiente eslabón en la cadena es Julian Hammer, abuelo del actor Armie Hammer. Como si la virtud se fuera diluyendo generación en generación, la conducta de Julian resultó todavía más salvaje que la de su progenitor. Era conocido como el Hugh Hefner —el ínclito dueño del imperio Playboy— de Pacific Palisades, su residencia angelina. Era adicto a las drogas y anfitrión de las fiestas más salvajes, donde las adolescentes convivían con hombres mayores y a las que asistían también sus hijos, Casey y Michael. En los años 50 se vio envuelto en un caso de homicidio, del que finalmente salió absuelto al alegar defensa propia. El hecho más grave del que le acusa su hija en el documental son los abusos sexuales a los que fue sometida por su parte.
Julian Hammer, abuelo del actor Armie Hammer, era adicto a las drogas y anfitrión de las fiestas más salvajes
El progenitor de Armie Hammer, Michael, siguió los pasos de sus antepasados. La imprudencia de la juventud, en su caso, iba más allá y para evitar que algunos de sus escándalos trascendieran a la prensa su abuelo le instó a trabajar en su compañía. A partir de ese momento, si has visto la serie ‘Succession’ podrás comprender mejor cómo se desarrolló la lucha interna entre padre e hijo por heredar la presidencia de Occidental Petroleum. Michael se convirtió en el favorito de su abuelo Armand. Tanto es así que cuando murió el magnate, en 1990, Michael y su mujer fueron los albaceas del testamento y percibieron 40 millones de dólares –Julian recibió 500.000 dólares y Casey 250.000 dólares–. Poco antes de cumplir 30 años, Michael conoció a Dru, una mujer que poco tenía que ver con sus anteriores conquistas. Se casaron y tuvieron al pequeño Armie Hammer el 28 de agosto de 1986. En el caso de Michael tampoco falta la dosis de sordidez Hammer. Se dice que tiene un trono sexual con un agujero en el asiento, un gancho y una jaula debajo, algo que su representante no desmintió, alegando que fue un regalo de broma.
Han pasado doce años desde que David Fincher eligió a Armie Hammer para interpretar a los adinerados gemelos Winklevoss en la película ‘La red social’. En la actualidad, la situación para Armie Hammer es más propia de una película de terror, con él en el papel de villano. De momento, se encuentra bajo investigación policial desde hace casi un año. A día de hoy no se han presentado cargos en su contra, pero restaurar su reputación sería una hazaña incluso para el publicista más experimentado.