Cada pareja es un mundo, pero todas necesitan lo mismo: comunicación, empatía, afecto y apoyo. Con estas cuatro cosas, la psicóloga María Esclapez asegura que los buenos cimientos de una relación están asegurados.
La experta en terapia de pareja, que arrasa con sus vídeos con Prime Video en Youtube, acaba de publicar ‘Me quiero, te quiero’, una guía para construir relaciones sanas y, por qué no, mejorar las que ya tienes. Al fin y al cabo, lo de “y comieron perdices” está bien, pero la relación se trabaja a diario.
1. Quiérete más y mejor
Está muy de moda ahora lo de reforzar la autoestima y quererse a uno mismo. Y la verdad es que es algo fundamental para crear relaciones sanas. “La capacidad de amar es propia del ser humano y no hace falta quererse a uno mismo para amar, pero sí es necesario trabajar en quererse a uno mismo para establecer vínculos sanos. Una vez aprendo a quererme a mí misma, aprendo a saber lo que quiero y a poner límites a través de la comunicación y la asertividad”, comenta la psicóloga. Para ello, es importante reflexionar y saber lo que queremos, dedicarnos tiempo, practicar el autocuidado, escuchar lo que necesitas y aceptar que no puedes controlarlo todo, sabiendo perdonarte por tus posibles fallos.
“Una vez aprendo a quererme, aprendo a saber lo que quiero y a poner límites a través de la comunicación y la asertividad”
Además, fomentar nuestro amor propio es algo necesario si queremos evitar caer en la dependencia emocional y permanecer en una relación que no nos satisface por miedo a la soledad o el abandono. “La dependencia emocional es la incapacidad de romper una relación cuando sabes que esa relación te está haciendo sufrir. Quizás el vínculo es tóxico y estás en una continua montaña rusa emocional, un día bien, al otro, mal y hay muchos conflictos sin resolver”, explica Esclapez.
2. Aparcar el dolor y la ira
En una relación de pareja habrá problemas, malentendidos y discrepancias, eso es así y has de tenerlo claro desde el principio. Porque todos tenemos distintos puntos de vista y formas de hacer las cosas, habrá momentos en los que nuestra pareja podrá chocar con nuestra manera de proceder. Pero, si queremos tener una relación sana, es importante afrontar estas diferencias sin recurrir al dolor ni a la crítica. “Lo esencial en una relación sana es sentirnos parte de un equipo y al responder desde el reproche y el ataque no estamos siendo un equipo. Hay que entender que cuando hay un conflicto, somos un equipo contra el conflicto. Si empleamos la empatía y la comprensión sobre el otro, esto será mucho más fácil. Sin embargo, si veo a mi pareja como un enemigo voy a activar mecanismos de defensa para protegerme a mí mismo“, recuerda la couch de parejas.
Todo esto parece de cajón, pero ¿cómo comentamos a nuestra pareja lo que nos molesta evitando que se sienta ofendido por ello? “Hay una fórmula que funciona súper bien que es, en lugar de aludir a la persona con “tú eres…” y el ataque personal, decir: “Cuando tú haces o dices esto, yo me siento de esta manera” aquí ya aludimos al comportamiento y no a la persona”, recomienda la experta.
3. El perdón es importante
Y en esto del enfrentamiento y cualquier posible discusión, el perdón es la herramienta indispensable para sanar heridas. “Pedir perdón es imprescindible porque, antes de hacerlo, se supone que hemos hecho un acto de consciencia y autocrítica para entender cómo hemos dañado al otro”, defiende la experta. Eso sí, muchas veces puede costar tragarse el orgullo y aceptar nuestros fallos, por eso es indispensable mantener la percepción de equipo para sentir que no estás perdiendo, sino que ambos ganáis. “Cuando nos cuesta hacerlo hay que poner la empatía a trabajar. Si algo te sienta mal lo que esperas es unas disculpas, el otro, igual”, añade.
“No hay que demostrar quién gana, porque ganamos los dos siempre y somos una relación de pareja”
En el sentido inverso, también habrá momentos en los que sientas molestias por algo y quieras recibir unas disculpas. “Si consideras que el perdón es necesario, puedes demandarlo. No pasa nada. A mí me gustaría que si mi pareja considera que he hecho algo mal, me lo diga y por qué yo no voy a hacerlo. Con ello, no hay que demostrar quién gana, porque ganamos los dos siempre y somos una relación de pareja”, aclara Escaplez.
4. Crear objetivos comunes
Si estamos hablando de que la pareja se enfoca como un equipo, es, en parte, porque juntos tenemos unas metas conjuntas que alcanzar, además de apoyarnos en nuestras planes individuales. “Vale que los polos opuestos se atraen, pero cuidado porque se atraen al principio pero luego son problemas. Si se atraen, por ejemplo, porque uno tiene una forma de ser más sumisa y el otro, más dominante, a largo plazo va a ser un desastre. Pero si somos polos opuestos por gustos, no hay ningún problema porque, al final, cada uno tiene su mundo individual. Hay que compartir algunas aficiones y si no se hace, pues este fin de semana hacemos lo tuyo y al otro, lo mío”, sugiere la terapeuta.
Eso sí, una cosa es discrepar en gustos, aficiones y planes similares y otra muy distinta hacerlo en cosas tan importantes como la ciudad donde se quiere vivir o el hecho de tener hijos o no. A veces, si se discrepa en valores y objetivos básicos, hay que replantearse si es la relación que queremos y necesitamos. “Si no coincidimos en objetivos de vida ni valores, ¿qué hacemos juntos? Al final estableces un vínculo porque quieres tener una vida con esa persona. Si no quiere tener hijos y tú sí, ¿por qué ha de ser negociable? ¿Quién va a terminar cediendo? A veces, hay límites infranqueables y o se comparten o la relación no tiene futuro”, recalca tajante la autora.
5. Tiempo juntos de calidad
Este punto parece algo de cajón, pero muchas parejas se olvidan de pasar tiempo de calidad juntos. Y hay que recalcar lo de calidad porque, ni siquiera, vivir juntos significa hacer planes y pasar un tiempo divertido y determinante en pareja, algo necesario para atesorar buenos recuerdos en pareja. “Es súper importante sacar tiempo para estar juntos porque si no, la pareja se va marchitando. Estar juntos, ver la tele juntos está genial pero no es tiempo de calidad juntos. Hay que cuidar la relación como si se cuidara de una planta. Esto hará la relación más duradera y fuerte ya que, al hacer algo de calidad con la persona, genera recuerdos positivos y sensación de bienestar. Tampoco hay que dejarse muchísimo dinero, salir a cenar, dar un paseo, tomarte un café y contarte qué tal el día…”, recomienda la psicóloga.
“Es súper importante sacar tiempo para estar juntos porque si no, la pareja se va marchitando”
6. Trabaja la responsabilidad afectiva
Eso sí, no caigas en el error de confundir amor propio y autoestima con egoísmo y desentenderte de toda empatía hacia el resto. En esto entra la responsabilidad afectiva que últimamente está en boca de muchos. “La responsabilidad afectiva es que no puedes hacer lo que te salga del pepe, básicamente“, bromea.
“La responsabilidad afectiva es entender que cada cosa que hacemos, decimos e, incluso, pensamos tienen unas consecuencias en nuestra relación y hay que tener en cuenta eso. Hay que ponerse en el lugar del otro y saber que, al final, hay un compromiso“, define la coach de parejas.
7. Apoyo y confianza
La comunicación es algo muy necesario en las parejas, eso lo sabrás de sobra. Pero, en parte, es tan primordial establecer una buena base comunicativa porque eso nos hará sentirnos apoyados y desarrollar una gran confianza en nuestra relación. “Es fundamental ver a nuestra pareja como un lugar seguro porque si no, voy a estar intranquilo y un aspecto básico de las relaciones sanas es la tranquilidad y saber que pase lo que pase, mi pareja no me va a dejar, aunque la posibilidad de ruptura esté ahí y no hay que temerla tampoco”, apunta la experta. “Yo he tenido relaciones tóxicas, te ha dejado de contestar o te ha dicho no sé qué y que todo puede ir mal. Es básico estar tranquilo con el vínculo”, añade.
“Es fundamental ver a nuestra pareja como un lugar seguro”
Pero recuerda que esto de dar apoyo tampoco debe degenerar un agobio sobre la otra persona. Porque cada uno tenemos nuestra propia manera de gestionar las cosas y de afrontar un problema. Por eso, debemos intentar apoyar a nuestra pareja pero siempre teniendo en cuenta cómo necesita que lo hagamos. “Hay que entender cómo entiende la otra persona el acompañamiento. Si para mí el acompañamiento es saber que estás ahí para hablar, fenomenal; si entiendo que tu acompañamiento es hablar, pues hablar. Al final, hay que preguntar a la otra persona qué necesita y hacer lo posible”, expone.
8. ¿Y el sexo qué?
Es imposible no hablar de parejas sin tratar el tema del sexo en algún momento. Y es que para muchos es decisivo en el buen funcionamiento de una relación, aunque no siempre es determinante para construir una relación de futuro. “El tema sexo da para una masterclass. El sexo es importante siempre y cuando la pareja considere que es importante. Cada persona tiene su forma de vivir las relaciones sexuales y su modelo de sexualidad. En las relaciones de pareja hay un proceso de acoplamiento sexual donde se ve qué necesita la otra persona, que necesito yo y qué podemos hacer”, expone la sexcoach. “Hay parejas que le dan más importancias y otras que sin más. Mientras haya cariño, afectividad y refuerzo, la sexualidad es un aspecto más de la relación para alimentarla“, aclara.
Y si lo que quieres es avivar la pasión, ten claro que vas a tener que dedicar tiempo, mucho tiempo a pasarlo juntos, explorar distintas prácticas y sacar toda tu imaginación a relucir. “Para alimentar la llama y la libido hay que dedicar tiempo a estar juntos y deconstruir el modelo de sexualidad estereotipado que podamos tener. Tenemos un mapa erógeno que es todo el cuerpo y, muchas veces, caemos en la rutina porque siempre vamos a lo mismo. Además, es importante la comunicación y la creatividad“, zanja.
9. El fantasma de los celos
Los celos existen y, muchas parejas, en algún momento deberán enfrentarse a ellos. Lo principal para tratarlos es asumir que son un sentimiento igual de lícito que otro cualquiera. “El problema de los celos no es sentirlo, sino cómo lo gestionamos. Si nuestra pareja está sufriendo un ataque de celos, hay que tratar el tema desde la calma y sabiendo que, a veces, nuestra mente nos puede jugar una mala pasada y que los celos son una emoción y no pasa nada por sentirlos, pero vamos a gestionarlo bien”.
“Los celos son una emoción y no pasa nada por sentirlos, pero vamos a gestionarlo bien”
Ahora bien, ¿y si somos nosotros quienes sentimos esos celos? “Hay que tener en cuenta qué hay detrás de esos celos. Los celos son la respuesta de otro conjunto de emociones básicas, el miedo y la ira. Hay que preguntarse a qué tienes miedo, si es real o no, a qué está reaccionando tu cuerpo y, para ello, hay que hablar de la pareja y decirle cómo nos hemos sentido y saber qué opina al respecto”, aconseja. “Muchas veces pedimos explicaciones y por qué hablas con esa persona y si empezamos así, desde luego, una buena gestión no es”, indica.