Si la carrera de cantante tuviera un título universitario, Anitta (Brasil, 1993) se hubiera graduado cum laude. Esta brasileña criada en las favelas de Río de Janeiro ha tenido un ascenso meteórico en la música a nivel internacional gracias a ser tan buena artista como empresaria. Esto se traduce en cifras mareantes —más de 50 millones de seguidores en Instagram y miles de millones de visualizaciones en Youtube— y en una ristra de colaboraciones de ensueño —Madonna, Snoop Dogg, Cardi B, J Balvin, Maluma, Alesso y Becky G—. Con todo esto, es difícil seguir siendo una chica normal, pero ella lo intenta a base de mucha naturalidad. Da igual que le preguntes por sus (numerosas) cirugías estéticas que por su vida sexual, ella siempre dice lo primero que piensa. Anitta en estado puro.
Eres la brasileña con más seguidores en Instagram. Eso es una gran locura, ¿no?
Brasil tiene el tamaño de un continente, así que ya el público de mi país me pone demasiado arriba en las redes sociales. Pero ahora, además, tengo un público muy relevante fuera. Esto también es resultado de mucho riesgo, trabajo, dedicación y enfoque.
¿Alguna vez te agobia tener tanta gente siguiendo tus pasos en redes sociales?
Intento no pensar en esto. Siempre que llego a estos números mi equipo dice: “¡Ay, vamos a celebrar!”. Pero prefiero no darle tanta importancia a los números. La vida es más que eso. Antes sí estaba muy pendiente de los charts, pero hoy estoy más por la relevancia y la credibilidad. Ya estoy cerca de mis 30 años y voy cambiando un poquito la cabeza.
Con 26 años y ya piensas en retirarte de la música, aunque es para cumplir otro de tus sueños: ser madre. ¿Cómo te planteas la maternidad: sola, en pareja…?
Lo que toque. Si es con pareja, que sea buena; si no, mejor estar sola. Esta vida de artista exige mucho y a mí me gusta hacer las cosas al máximo. Si es para ser cantante, voy a dedicarme al 100%; si es para ser madre, igual. Soy muy intensa en todo lo que hago. Cada día la gente está más pendiente de los números, las comparaciones, sobre todo en la industria. Pero yo no quiero ser una rehén de esto, si sigo será por placer. Además, planeo mi vida por etapas. Tengo ganas de cerrar un ciclo y empezar otro.
Aquí Anitta lleva total look BURBERRY
“Estoy de acuerdo con Rosalía. Por desgracia, las artistas femeninas todavía necesitan la ayuda de los artistas masculinos para crecer en los charts y empezar a tener visibilidad solas”
¿Crees que la música latina ha sido injustamente tratada durante mucho tiempo?
Creo que hay mucho prejuicio, pero los latinos están dando una clase de cómo la unión hace la fuerza. Brasil es un país latino pero se habla portugués, lo cual pone una barrera muy grande con el resto de países que hablan español. La unión de los artistas latinos que hablan español es lo que ha hecho que todo se ponga tan grande.
Hace poco Rosalía habló en una entrevista del “algoritmo machista” de las plataformas de streaming —cuando una mujer participa en una colaboración, aunque tenga mayor tiempo en una canción, suelen poner su nombre en segundo o tercer lugar, lo que hace que el algoritmo no la tome en cuenta y se le hace más difícil ser escuchada por nuevos oyentes—. ¿Qué opinas de esto?
Estoy completamente de acuerdo con Rosalía. Por desgracia, las artistas femeninas todavía necesitan la ayuda de los artistas masculinos para crecer en los charts y empezar a tener visibilidad solas. Y ellos, sabiendo esto, hacen de todo para ayudarnos. Pero es triste que exista esta necesidad.
Reconoces que eres una persona extremadamente sexual. Esto siempre ha estado normalizado en los hombres pero no en las mujeres.
A mí me gusta ser sensual y uso poca ropa desde siempre. Soy brasileña, aquí hace un calor de mierda –bromea–. Es una “vaina” de aquí y me gusta. Es triste saber que tu talento se valora menos si te gusta mover el culo. Pero seguir ahí hace que la gente lo tenga que soportar de cualquier manera.
¿Consideras que no tener filtros y decir siempre lo que piensas te ha traído muchos problemas?
Siempre. La gente te pide que seas de verdad, pero cuando dices la verdad no te respetan. Hay una hipocresía muy grande. Y yo no sé mentir ni fingir cosas que no soy solo para agradar. Sufro mucho prejuicio en mi propio país por ser así. Cuando salgo en mis vídeos con poca ropa me dicen que no les represento.
¿Se te da bien identificar a la gente que se acerca a ti, únicamente, por mero interés?
Después de muchas decepciones y mucha tristeza, sí. Esto es una parte negativa de la fama.
Aquí Anitta lleva total look BURBERRY
“La gente te pide que seas de verdad, pero cuando dices la verdad no te respetan”
Business woman
Has sido tu propia mánager durante diez años. ¿Por qué decidiste dejar por fin este trabajo en manos de otros?
Soy muy controladora, así que necesité realizarme en todo lo que soñaba antes de dar ese paso. Desde hace un año tengo mánager y personas que toman decisiones por mí. Ahora estoy más tranquila. Decidí tomar tiempo para disfrutar de mi vida personal.
Creciste en las favelas. ¿Cómo recuerdas tu infancia, fuiste una niña feliz?
Sí, y creo que esto me ha ayudado a llegar donde estoy. Aunque no tenía cosas, jugaba en la calle y aprendí a ser independiente. No tuve oportunidades ni acceso a cultura, pero los brasileños tienen este poder de arreglar las cosas. La creatividad que tengo hoy en día de encontrar salidas para todo es “culpa” de mi infancia sencilla.
¿Cómo vive tu familia el éxito?
En Netflix se estrenó la segunda temporada de mi serie, ‘Vai Anitta’, que cuenta cómo salí de la comunidad de las favelas de Brasil para hacer un trabajo en todo el país. Hablamos mucho de mi familia, del backstage, de las inseguridades y dificultades de ser tan grande y seguir con los pies en el suelo… Mi familia me ayuda a seguir con buena cabeza para lidiar con todo esto.
Aquí Anitta lleva total look GIVENCHY y pendientes SAUER.
“La creatividad que tengo hoy en día de encontrar salidas para todo es “culpa” de mi infancia sencilla”
A nivel económico tu vida también ha dado un giro de 180 grados. ¿En qué inviertes tu dinero?
No soy nada derrochadora, principalmente porque vengo de no tener nada. Me controlo mucho respecto al dinero. Es cierto que no soy muy buena con los números, pero tengo una persona de confianza y muy competente que me ayuda y me asesora sobre cómo lo tengo que hacer.
¿Qué hiciste con tu primer sueldo grande?
Comprar un coche para ir a los conciertos, que no teníamos. Era más barato que el chófer. Así pude ir ahorrando para las próximas cosas, como hacer videoclips, etc. Siempre estoy invirtiendo en mi carrera. Y la primera cosa que compré para mí fue una casa, porque tampoco tenía.
A la gente le choca la naturalidad con la que hablas de tus cirugías estéticas. ¿Hay mucha hipocresía con este asunto en el mundo artístico?
Creo que es más miedo a las polémicas y los ataques que hipocresía. Me importa un carajo lo que digan de mí. Quise asumir mis cirugías porque me preocupa mucho que el público joven que mira mis fotos piense: “Ay, yo no tuve la suerte de nacer así”. Pero es que yo tampoco nací así, amor. Estudié, hice mi dinero y cambié lo que quería cambiar. Por ejemplo, no hay cirugía plástica para la celulitis, pero tampoco me gusta hacer dieta ni deporte, así que prefiero aceptarla. Si te gusta bien y si no el problema es tuyo. Prefiero ser verdadera, pero no juzgo a la gente que no lo es. Al principio sufría mucho con los comentarios, hoy me cago en todo esto.
¿Qué esperas de 2021?
Espero que todo esto de la pandemia pase, claro. Si es así lanzaremos mi álbum, pero creo que hay un sentimiento como si el primer día de 2021 el coronavirus se fuera a ir –ríe– y no es así. Lo que más echo de menos es tener la libertad de viajar. No me creo expectativas, pero me gustaría volver a España. Ya tengo chicos allí esperándome, ¡ja!
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