¡Qué poco sabíamos a finales de 2019 de lo que nos esperaba! Quizás el estreno de la adaptación cinematográfica del musical ‘Cats’ (T. Hooper) demarcaba sin saberlo el fin de una era y el comienzo de otra, tanto en el cine como en la vida real. La enajenación, las historias sin pies ni cabeza y en definitiva, el relato más inverosímil se trasladaba a los telediarios. Y aunque el 2020 trajo muchas cosas buenas a la ficción televisiva y cinematográfica, parte de esta locura social y mediática también llegó al cine y las series.
Hacemos un repaso de los 9 what-the-f*cks más grandes que presenciamos en cine y plataformas durante aquel maldito año que por fin hemos dejado atrás. 2021, no nos falles.
1. ‘The Prom’ (Ryan Murphy)
Adaptar musicales de teatro no está saliendo según lo esperado. Quizás lo más eficaz fuese apostar por ideas originales o deshacerse directamente de la idea de adaptación, filmando la obra original en sí, como es el caso de ‘Explota Explota’ y ‘Hamilton’ respectivamente, ambas estrenadas también este año. Ryan Murphy hace el intento con ‘The Prom’, obra popular de Broadway desde su estreno en 2016. Pero toda la frescura de su original no consigue traspasar la pantalla ni con un elenco tan selecto: Nicole Kidman, Meryl Streep, James Corden, Kerry Washington… Todos parecen forzados a dar la nota en una historia que no se decide entre sus pomposas líneas narrativas o aquellos esbozos propios de una película norteamericana de instituto.
2. ‘Hollywood’ (Ryan Murphy)
Pobre Ryan Murphy. Parece que el 2020 también se le atragantó, y no será por falta de esfuerzo. Además de ‘Ratched’, ‘Los chicos de la banda’ y la segunda temporada de la cómica ‘The Politician’, también tuvo tiempo para estrenar la miniserie ‘Hollywood’, que planteaba un universo diferente si la industria cinematográfica hubiese pasado por alto algún que otro prejuicio racial y homófobo.
La historia podría pasar por un curioso retrato de la época dorada de los grandes estudios, como ya lo fue la espléndida ‘Feud’, si su guion no se sobrepasase a la hora de hacer volar la imaginación sin red de seguridad alguna. La serie fluctúa entre personajes reales y ficticios creando así un cóctel peligroso de tergiversación histórica y caprichos de un director con ínfulas de grandeza.
3. ‘El Vecino’ (Miguel Esteban y Raúl Navarro)
Estrenada el 31 de diciembre de 2019, se trata sin duda de una de las series españolas más desvergonzadas con las que comenzamos el año: una adaptación homónima del cómic de Santiago García y Pepo Pérez encabezada por un Quim Gutiérrez convertido en superhéroe de estar por casa, al más puro estilo Cálico Electrónico. Pese algún que otro gag cómico y un simpático grupo de perdedores como protagonistas, este Flash ibérico no consigue levantar el vuelo más allá de las Torres Kio.
4. ‘Jugando con fuego’ (Andy Fickman)
Existe un subgénero cinematográfico que debería aparecer en todos los consultorios web de cine, llamado “Película de Renfe”. ‘Jugando con fuego’ formaría parte de ese catálogo para viajar en tren, haciendo las horas de trayecto todavía más interminables. El cine familiar más rancio se junta en esta película con el escaso carisma de John Cena ejerciendo de bombero forestal y cuidador de niños a tiempo completo, como ya hicieran otros actores de testosterona fácil como Arnold Schwarzenegger en ‘Un padre en apuros’ (B. Levant, 1996) y Vin Diesel en ‘Un canguro superduro’ (A. Shankman, 2005). Nada nuevo en el horizonte.
5. ‘El ritmo de la venganza’ (Reed Morano)
“El corazón es la percusión”, citan en esta adaptación de la novela de Mark Burnell, cuando un ex agente del MI6 (Jude Law) trata de entrenar a Stephanie (Blake Lively), quien ha perdido a toda su familia en un atentado terrorista en un avión y le ciega el deseo de venganza. Sin embargo, el ritmo de la acción trepidante en la película de Morano no es suficiente para mantener despierto al espectador, confundido entre toda la maraña planteada de mafias políticas y vaivenes de la protagonista entre ciudades como Tánger, Nueva York y Madrid. La humillación hacia el cuerpo femenino y su conversión en una máquina bélica podría tildarse como una de las imágenes más preocupantes del año.
6. ‘Archive’ (Gavin Rothery)
Hablando de cuerpos femeninos transformados, la opera prima de Rothery se marca un ‘Metrópolis’ (F. Lang, 1927), al tratar de reconstruir el cuerpo y la memoria de la mujer fallecida de un ingeniero de robótica (Theo James) en el año 2038. Podríamos comentar que es una lástima que la falta de recursos vistan al robot de forma humana con un obvio maquillaje sobre la piel de la actriz Stacy Martin, pero lo cierto es que ni aún con un buen CGI la película se salvaría del eterno letargo que provoca ver al coprotagonista de ‘Divergente’ (N. Burger, 2014) en todas y cada una de las secuencias.
7. ‘Un diván en Túnez’ (Manele Labidi)
La película se publicitó como la “Woody Allen tunecina”, pero lo cierto es que más allá del motivo del psicoanálisis poco tienen en relación el cineasta neoyorkino y la debutante Labidi, quien desaprovecha una perfecta oportunidad para realizar un retrato psicológico y contrastado de la sociedad de su país después de la revolución sociopolítica. En su lugar, diversas anécdotas se suceden con personajes perfectamente olvidables que poco aportan a Selma (Golshifteh Farahani), una chica que vuelve de Francia para abrir una consulta psicoanalítica en su barrio natal. Deducimos que se requiere mucha terapia, pero los gags simplones impiden llegar al quid de la cuestión.
8. ‘Que suene la música’ (Peter Cattaneo)
Sin comerlo ni beberlo, las actrices Kristin Scott Thomas y Sharon Horgan se encuentran al frente de un coro femenino entre residentes de una base militar. El director de ‘The Full Monty’ (1997) repite la fórmula en la que un grupo de inexpertos unen sus fuerzas por una buena causa. En esta ocasión, la de olvidar el hecho de que los maridos de las protagonistas se encuentran lejos de casa, así como encontrar la excusa perfecta para repasar algunas de las canciones pop más emblemáticas. Lo que Cattaneo olvida es que aunque instauró todo un género en los 90, ha sido tan replicado posteriormente en otras ficciones que da la sensación de que estas “military wives” cantan a destiempo.
9. ‘Inmortal’ (Fernando Spiner)
Estrenada durante la pasada edición del Festival de Sitges, la nueva película de Spiner se hace querer por la serie de despropósitos inconscientes que la engloban, como si se tratase de un Ed Wood o un Tommy Wiseau de la postmodernidad. No puede uno llegar a tomarse en serio una película en la que los personajes, los efectos digitales y los diálogos están tan desorientados como su protagonista Ana (Belén Blanco), quien nos lleva de la mano a visitar una ciudad virtual en la que los muertos tienen la oportunidad de volver a reunirse con los vivos. Pero no le restemos mérito al director: es muy complicado que algo salga terriblemente mal y seguir cayendo en gracia. Spiner lo consigue.