Que sí, que tumbarse a disfrutar de la brisa de la montaña, leer un apasionante libro o darse un chapuzón en aguas cristalinas está genial, eso nadie va a negarlo. Sin embargo, si tienes un espíritu explorador y atrevido, cuando lleves unos cuántos días con esa dinámica de comer y descansar, tu cuerpo comienza a pedirte adrenalina. Y, como dijo Rosario Flores, “si el cuerpo te pide marcha, marcha le tienes que dar”. Así que vete preparando para un verano de locura con estos planes solo aptos para los más valientes y, por qué no decirlo, molones.
Sumérgete en el paraíso
Cualquier inmersión es siempre un momento único que recordar, pero hacerlo en un lugar como el archipiélago de Raja Ampat en Papúa Nueva Guinea, donde de una zambullida puedes ver unas 200 especies de peces, 700 tipos de moluscos y una gran variedad de flora marina con más de 550 corales (el 75% de todas las especies que existen en el mundo), es otro nivel. Las enormes mantas, los peces murciélago y el tiburón Wobbegong te dejarán sin palabras.
Un paseo refrescante
Pero si de verdad quieres una aventura que te deje helado, lo mejor es que cojas un vuelo a la Patagonia argentina y descubras uno de los glaciares más espectaculares del mundo. Perito Moreno es uno de los glaciares más fotografiados del mundo, ya que cuenta con 60 metros de altura y cinco kilómetros de longitud que puedes recorrer si no te dan miedo los desprendimientos de hielo. Está entre Argentina y Chile y va avanzando a un paso lento que crea puentes que se destruyen cada cuatro años.
Respira y déjate llevar
A veces, para disparar la adrenalina solo hay que dejarse llevar. Esta tirolina de Costa Rica no va entre raíles, pero alcanza unas velocidades que nada tienen que envidiar a la más vertiginosa de las atracciones. Este recorrido de tirolinas del Parque Nacional Volcán Arenal se extiende durante tres kilómetros en los que sobrevolarás, además del volcán, activo a día de hoy, la selva costarricense para admirar toda su vegetación y animales, especialmente, aves.
Un salto al abismo
Noruega es increíble en todos los sentidos. Su gastronomía, su cultura y sus preciosos paisajes son un aliciente para cualquier viajero, e incluso los más intrépidos tienen buenos planes que realizar en estas tierras nórdicas. Ente ellos, probablemente, el más temerario sea el salto base desde el fiordo de Lysefjord, uno de los más altos e impresionantes del país. Así, dotados de un traje aéreo que les hace parecer pájaros humanos, los deportistas más lanzados –nunca mejor dicho– se arrojan al vacío desde 1.000 metros de altura.
Ábrelo a tiempo
Cuando piensas en actividades para descargar adrenalina, seguramente el paracaidismo sea de las primeras en venirte a la cabeza. Ya que en su mayoría se practica en grandes explanadas y paisajes naturales, hacerlo desde una gran cuidad es una experiencia única como pocas. Dubai y la torre Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo con 828 metros de altura, se han convertido en todo un referente en esto del paracaidismo urbano. Durante el vertiginoso descenso, además de contemplar la ciudad a tus pies, puedes ver prácticamente toda la península artificial flotante.
Velocidad en estado puro
Nueva Zelanda es todo un reclamo para los amantes de las emociones fuertes. Con sus mares, cavernas y abruptos riscos y montañas es el decorado perfecto para vivir toda una aventura. Una de las actividades más atrevidas que podemos hacer en el país oceánico es descender en bici de montaña las laderas que rodean a la población de Queenstown, conocida precisamente por ser el lugar de encuentro de muchos aficionados a los deportes de riesgo. Hay un teleférico llamado Gondola que parte desde la ciudad y te deja arriba de las montañas, desde donde puedes alquilar alguna mountain bike y comenzar tu carrera.
Como las cabras
España también tiene muchos rincones para disfrutar del riesgo. Asturias y en concreto los alrededores de Cangas de Onís son un espacio perfecto para disfrutar del barranquismo. Sus cañones son espectaculares y permiten un descenso muy animado. Una de las empresas que ofrece esta experiencia es Jaire Canoas, que, además, te proporciona todo el material necesario y te muestran los mejores puntos practicarlo.
Rueda, rueda y rueda
Aunque lo de la bicicleta es una pasada, la actividad más loca y divertida que puedes hacer en Nueva Zelanda es conocida como Zorbing y no es ni más ni menos que sentirte como un roedor en una bola. Uno de los lugares donde hacerlo de forma más segura es en los campos de Rotorua, una ciudad ubicada al norte de la isla junto al lago del mismo nombre. Pero si en tu presupuesto no entra eso de viajar a las antípodas, tranquilo, que en Madrid está el grupo Asdon que ya oferta esta experiencia.
Ni Aquaman sobre las olas
Otro de los deportes más estivales es el surf, sinónimo de vida alternativa, cuerpos fitness y bronceados y horas de playa. Aunque cualquiera puede iniciarse en esta divertida actividad, lo cierto es que si vas a practicarlo en esta comuna de Tahití más te vale estar en forma y tener algo de experiencia. Teahupo’o es el destino perfecto para los turistas que buscan un chute de adrenalina, ya que sus olas son las más violentas del mundo con más de 10 metros de altura. Unos monstruos marinos perfectos para hacer acrobacias de escándalo.
Río abajo y sin frenos
Para vivir emociones al límite, nada como los ríos de aguas bravas donde divertirse con el kayak o el rafting. El río Zambezi es uno de los más frenéticos e impetuosos del planeta para descenderlo en rafting. Nace en Zambia y su tramo más fuerte se encuentra en la frontera con Zimbawe, después de su paso por las cataratas Victoria. Unas enérgicas corrientes y fuertes remolinos que pondrán a prueba tu destreza con el remo.
Un descenso de infarto
Los montañeros más experimentados tienen el monte californiano El Capitán como un lugar de peregrinaje. Con una pared vertical de unos 914 metros y ubicado en el Parque Nacional Yosemite, este monolito granítico que se ha convertido en un gran desafío para los escaladores. Una vez que alcanzas su cima tienes una panorámica espectacular y, sobre todo, la oportunidad de realizar rappelling y descender por su empinada ladera.
El mundo al revés
Esta es una de esas cosas que no te puedes pensar dos veces porque, te lo contrario, no te vas a atrever. El puente de Artuby, también conocido como Chaulière, es el punto más alto de Europa para practicar el puenting con sus 182 metros de altura sobre la garganta del río Verdon. Situado a 200 km de Marsella, cuando saltes de este puente verás el suelo acercarse a una velocidad imparable que te pondrá el corazón a mil.
Patinaje sobre olas
España también es referente mundial para un deporte en concreto. Se trata del kitesurf, un deporte de deslizamiento que consiste en el uso de una cometa para que arrastre al deportista y su tabla sobre las olas. Y sí, Tarifa se ha convertido en el lugar ideal para practicarlo. La velocidad que se alcanza sobre la tabla permite hacer grandes saltos y piruetas que quitan el hipo a cualquiera. Otro de los mejores lugares para hacerlo es Fuerteventura.
Unas vistas que quitan el hipo
Pero si todo este trajín te parece too much pero, aún así, te gustaría vivir una experiencia diferente, atrévete con un recorrido en globo aerostático. Aunque en nuestro país hay muchos sitios para practicarlo, como por ejemplo Segovia, el lugar más popular y típico donde hacerlo es Capadocia. Y merece la pena. En esta región turc, podrás ver a 500 metros de altura un paisaje poblado de valles y chimeneas de hadas que superarán todas tus expectativas.