Cada vez somos más healthies y ecológicos. Pensamos tanto lo que comemos como el impacto que la alimentación tiene en nuestro entorno. Si a esta preocupación le sumamos la moda do it yourself, ¿qué mejor que cultivar nuestras propias frutas y verduras? Con este objetivo Youtube ha lanzado la campaña #TendenciaAlCambio, para la que han contado con diferentes youtubers especialistas en esto de la ecología y la sostenibilidad. Toni Jardón es uno de ellos, desde su canal ‘La huertina de Toni’ lleva años aconsejando a su millón de suscriptores cómo plantar frutas y hortalizas en casa sin desesperarnos en el intento. Si te animas a ser tu propio agricultor, toma nota de estos consejos.
1. Más que espacio, orientación
Seguramente, lo primero que pienses es que si no tienes la suerte de tener un jardín, terraza o, aunque sea, un balcón decente tienes poco que hacer, pero te equivocas. Un trozo de terreno más o menos grande sería ideal para cultivar, pero no imprescindible. “En el alfeizar de la ventana y en unas cajoneras puedes cultivar. Lo más importante es que el piso no esté orientado al norte porque entonces tienes muy pocas horas de luz diarias“, explica el asturiano. Y, aunque lo ideal serían unos 6 horas de luz solar al día, si tu ventana o balcón no reciben tantas, también hay cosas que puedes sembrar. “Hay cultivos que no necesitan tanta luz solar como los cultivos de raíz o de hoja que podríamos cultivar en contenedores. De hecho, hay cultivos como los rabanitos que ocupan muy poco espacio y necesitan muy poca profundidad. No sería lo más productivo, pero sí un inicio”, añade.
2. Perfectos para principiantes
Una vez que te ha quedado claro que no hay excusa que valga para no hacerte un hortelano de andar por casa, ¿qué es mejor plantar? Aunque todo es cuestión de gustos, lo cierto es que hay varios cultivos que son ideales para principiantes, como los rabanitos ya mencionados. “Son cultivos rápidos que pueden cosecharse en 60 días y, sobre todo, son cultivos más rústicos que no les afectan muchas plantas ni enfermedades”, afirma el youtuber. “Un cultivo estrella sería la lechuga, que podemos ir cosechando las hojas exteriores sin arrancar la planta entera y así ella sigue sacando hojas”, comenta. Otros cultivos recomendables para empezar son las acelgas, las espinacas, la rúcula o las zanahorias.
3. Útil, pero básico
Según la experiencia de Toni, una cosa que tenemos que tener clara si nos queremos iniciar en esto, es que no hace falta gastarse demasiado dinero en nuestro nuevo hobby agrícola. “Una cosa como cultivar no puede costarnos mucho dinero, porque sino al final lo mejor sería comprar productos ecológicos en el supermercado”, afirma. Además, siempre podemos hacer nosotros mismos muchos de los utensilios que necesitamos. “Lo más básico que necesitas es un recipiente que drene, un buen sustrato y una regadera que podemos hacerla casera”. E, incluso, podemos dar un nuevo uso a utensilios como las cucharas y transformarlas en pequeñas palas. ¡Fíjate!
4. Nueva vida para todo
Y en esta dinámica ecológica, de ahorro y do it yourself es lógico pensar que gran parte de las cosas que necesitamos podemos fabricarlas nosotros mismos. Los cestos podrían, por ejemplo, hacerse con envases, si son cultivos que necesitan poca profundidad –con una profundidad de 30 cm ya se puede cultivar gran cantidad de plantas-. “Cultivos como las lechugas o los rabanitos podrían cultivarse en un teta brik o en una caja de frutas; y si le pones una malla geotextil, se pueden cultivar zanahorias”, aconseja. No solo con las herramientas se puede reciclar, sino que en lugar de semillas podemos usar esquejes o restos. “También podemos rebrotar algunas plantas como la menta o la albahaca a partir de ramas compradas en el supermercado. Por ejemplo, si ponemos en agua la base del manojo de acelgas o espinacas, estas comienzan a enraizar y a sacar hojas de nuevo”, añade.
5. Las instrucciones de la naturaleza
Si en lugar de esquejes o restos, compramos semillas preparadas es importante saber leer bien todas las indicaciones que vienen en cada paquete. “Debemos fijarnos siempre en la época de siembra y la de cosecha para que nos hagamos una idea del tiempo que va a tardar”, avisa el asturiano. Y, además de los tiempos del cultivo, es necesario fijarse en la altura que va a ocupar la futura planta para saber cuánto espacio necesitaríamos y la profundidad que debe tener el tiesto, así como la distancia que se recomienda tener entre las distintas plantaciones. “La información que viene suele hablar de la distancia de siembra, porque las plantas no pueden estar muy cerca unas de otras, ya que se quitan nutrientes entre sí”. Y una vez que tenemos las semillas listas, podemos hacer hasta humus orgánico nosotros mismos.
6. Be water, pero con cabeza
Una vez que tenemos todo sembrado, es importante darle a cada cultivo el agua que necesita. Uno de los fallos más habituales cuando uno empieza en esto de la jardinería es dejarse llevar por la motivación y el entusiasmo y terminar ahogando a la planta. “Pensamos que las plantas hay que regarlas continuamente, pero lo que estamos haciendo es que se pudra la raíz y que termine muriendo la planta. Lo importante es usar el dedo y meterlo en el sustrato y, aunque la parte de arriba esté seca, si dentro sigue algo humedecido, debemos esperar a regar porque no lo necesita tanto. Los riesgos deben ser más ligeros y cada dos o tres días”, propone.
7. Aliados y enemigos
Una vez que nuestras semillas hayan brotado y vayamos teniendo nuestras plantas, comenzarán a llegar visitantes. En este punto es importante saber cuáles son amigos y quiénes no. “Tenemos dos bandos, a los que les gusta lo verde y a los que les gusta la carne. La fauna auxiliar es la que nos ayuda en la huerta a comerse aquellos insectos que se comen lo verde. Más que utilizar insecticidas para acabar con los insectos malos, es preferible atraer a esos depredadores para que hagan el trabajo por mí”, avisa. Algunos de estos depredadores son las mariquitas o las abejas, que son muy buenos huéspedes y podemos atraerlos con algunos trucos. “Hay muchas plantas que por su aroma repelen a ciertos insectos para que no vengan, como el ajo. Otra opción es poner flores que atraigan depredadores, como la mariquita que se come el pulgón”, nos detalla Toni. Pero si preferimos los plaguicidas, siempre podemos optar por remedios caseros como la infusión de ajo.