Kate Moss (Londres, 1974) y Mario Sorrenti (Nápoles, 1971) vivieron un apasionado romance de dos años justo antes de triunfar en sus respectivas carreras. Era principios de los 90 y, según cuenta el fotógrafo, “recuerdo que me senté a su lado y pensé que se me iba a parar el corazón. Su belleza me abrumó”. Durante este noviazgo, Kate se convirtió en la musa máxima de Sorrenti, quien captó los momentos más íntimos de la top model en sus numerosos viajes o en la privacidad de su casa de Londres.
Era el comienzo de los 90 y el fotógrafo Mario Sorrenti de 20 años ya había publicado algunos de sus trabajos en revistas como Vogue o Vanity Fair. En aquella época salía con una jovencísima modelo de 18 años que soñaba con hacerse un nombre en la industria. Pero Kate Moss acabó siendo algo mucho más que eso. Él estaba cautivado por la belleza de la joven y no dejaba de fotografiarla en cada ocasión que tenía. Algunas de las fotos íntimas que le tomaba acabaron cayendo en manos de Fabien Baron, el director artístico de Calvin Klein por aquel entonces. La naturalidad de la joven le impresionó tanto que mandó a la pareja 10 días a las Islas Vírgenes para que pudieran retratar su historia de amor. De aquí surgió la campaña de Calvin Klein ‘Obsession’, un hito en la industria de la moda de los 90 y el principal impulso en la carrera de Kate Moss.
Kate Moss ya había sido fichada por la agencia Storm con tan solo 14 años cuando Sarah Daukas la descubrió en el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy de Nueva York. En los 90, encarnó la imagen de la anti modelo, por sus medidas (82-63-87) y su 1’68 cm de estatura que rompía con lo hasta entonces establecido en el mundo de la moda. Aunque la campaña de ‘Obsessión’ la hizo un referente internacional, Moss ya había debutado con 15 años en la Semana de la Moda de Londres bajo las órdenes de John Galliano y en 1992 había realizado una campaña con Calvin Klein Jeans.
Ahora, el fotógrafo italiano homenajea a su ex pareja en el libro ‘Kate’, que recopila 50 retratos de una jovencísima Moss en los años previos a erigirse como uno de los iconos más reconocibles de la moda y que cuesta la nada desdeñable cifra de 800 euros. Esta colección privada fue la que sirvió de inspiración y lanzadera profesional para ella.
Como el propio fotógrafo comenta: “Solo eramos unos novios tomándose fotos”. El resto de la historia, ya la sabemos. De hecho, a día de hoy, Kate Moss sigue siendo –por siempre– un mito erótico más allá del mundo fashionista.
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