Aunque en muchas ocasiones se les ninguneó e ignoró completamente, son muchos los artistas, las películas, las canciones y las salas de espectáculos que lograron devolver el color y el brillo de las lentejuelas a un país que llevaba demasiado tiempo viviendo en blanco y negro. “No siempre eran referentes perfectos, estando lejos de las teorías de género y los argumentos actuales, pero, en pleno tardofranquismo, su posicionamiento en un país que se movía entre la ignorancia y la mala intención era más que suficiente“. Habla la periodista Valeria Vegas que acaba de publicar ‘Libérate’ (Editorial Dos Bigotes), un ameno y exhaustivo ensayo que rinde homenaje a todos esos valientes que, ya desde principios de los sesenta, abrieron camino a la cultura LGTBQ en España.
A través de casi un centenar de entradas dispuestas a modo de diccionario, Vegas reivindica con orgullo y cariño la figura y trayectoria de artistas tan conocidos como Alaska, Sara Montiel o Pedro Almodóvar, y de otros tan infravalorados como Carmen de Mairena, que “se resignó a ser incomprendida, asumiendo que a veces el destino te lleva a la popularidad de la manera más inesperada”. Todavía son muchos los que desconocen que la catalana, que comenzó su carrera como Miguel de Mairena y falleció el pasado mes de marzo a los 86 años, fue una de las cupletistas más importantes de la Barcelona más canalla, además de un ejemplo de visibilidad trans en tiempos realmente complicados.
También hay espacio en el libro para pioneras como la divertida Deborah Ombres, que sin duda marcó a toda una generación de jóvenes telespectadores al convertirse en la primera travesti que ejercía de presentadora. “Cuando Deborah Ombres irrumpió en la pequeña pantalla en el año 2001 [con el programa MTV Hot, dedicado a la industria musical], el fenómeno drag se encontraba más que instaurado en el cine, la música y la televisión, aunque nunca antes se había dado en nuestro país la figura de una presentadora con un espacio propio”, explica Vegas.
Todavía son muchos los que desconocen que Carmen de Mairena fue una de las cupletistas más importantes de la Barcelona más canalla
La aparición en 2004 del sevillano Falete, que rompió con gracia y sin tapujos los géneros establecidos, se convirtió en el revulsivo de la copla y el flamenco contemporáneos. “No había intención de epatar”, apunta la periodista. “Se presentaba tal y como se sentía, con la misma verdad con la que interpretaba las canciones. Hoy en día, en el baile de etiquetas que manejamos, el término género fluido habría recaído sobre el artista, que en su momento no tuvo reparos en romper estereotipos en el harto clásico ámbito del flamenco y la copla“.
Paco España y Rambal
Otra de las entradas de Libérate reivindica la figura del que fuera uno de los primeros transformistas españoles, Paco España. El canario, que inició su carrera en los últimos años de la dictadura franquista, grabó varios discos, hizo sus pinitos en el mundo del cine —Eloy de la Iglesia le dio un papelito en ‘Los placeres ocultos’ (1977)— y llegó a convertirse en el transformista más conocido de la Transición, aunque en sus últimos años vivió de forma precaria. Tal y como recuerda Vegas, “Paco España fue popular porque su talento estaba hecho para el pueblo. Disfrutó del éxito, y aunque no pudo evitar su caída, quedará para siempre en la memoria de quienes lo disfrutaron sobre un escenario”.
Paco España llegó a convertirse en el transformista más conocido de la Transición, aunque en sus últimos años vivió de forma precaria
Aunque su historia ocupó más espacio en las crónicas de sucesos que en las revistas de espectáculos, también cabe destacar la figura de Rambal, un gijonés que nunca ocultó su homosexualidad y que se convirtió en uno de los vecinos más queridos del barrio de Cimadevilla. Muchos desconocen hoy día que hablar de Rambal es hacerlo de una de las figuras más importantes y desconocidas del transformismo español. Un hombre alegre que actuó durante la primera mitad de los setenta —de forma esporádica, eso sí— en locales de su comarca y que pasaría a adquirir estatus de leyenda tras aparecer asesinado y quemado en su casa en abril de 1976. Da cuenta de esta trágica historia, un emotivo tema del artista asturiano Rodrigo Cuevas y que tiene por título Rambalín, que está incluido en su último disco, ‘Manual de cortejo’.
“La historia de nuestra cultura LGTBQ todavía se está escribiendo”
Valeria Vegas
“Su muerte llegó hasta las páginas de El Caso, pero nunca se logró esclarecer qué había sucedido. Desde entonces, las hipótesis no han cesado, sin que se haya resuelto judicialmente y convirtiendo a Rambal en un estandarte de la visibilidad y la lucha por los derechos LGTBQ en su Gijón natal“, apunta en su libro Vegas, que con este trabajo ha querido hacer justicia a todas esas carreras labradas a golpe de escenario. “Porque la historia de nuestra cultura LGTBQ todavía se está escribiendo”, apostilla, “y hay que empezar por ordenar lo que ya ocurrió, de manera precisa y fehaciente, otorgando a todos los referentes el lugar que merecen”. A liberarse todos, pues.