La fiesta que más mola de Ibiza es la de Gianluca Vacchi

Hablamos con él de su historia, sus fiestas y su filosofía de vida. Así es Gianluca Vacchi, el empresario de 50 años que, gracias a sus virales bailes, se ha convertido en todo un icono mundial. Este verano tiene fiesta propia en Amnesia Ibiza y nos cuenta por qué hay que ir.

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Gianluca Vacchi (Bolonia, Italia, 1967) es de esos hombres que no pasan desaparecidos. Pelo y barba con canas, un cuerpo lleno de tatuajes trabajado en el gym y decenas de publicaciones en sus redes que son de todo menos discretas. Hace ya unos veranos que se convirtió en un fenómeno en la red bailando éxitos del momento como La bicicleta o La mordidita en lujosos yates –supuestamente suyos– y en playas de ensueño. Pronto se le etiquetó como sugar daddy: hombre de cierta edad, con éxito, dinero y acompañado de chicas mucho más jóvenes que él. Para algunos era solo un producto más del fast food digital, pero supo sacar tajada llegando a ser un “global entertainer”, como él mismo se define. La vida de este empresario reconvertido en DJ –con fiesta propia en Amnesia Ibiza incluida– siempre ha ido acompañada de excesos y muchos recelos.

Fiestero empedernido donde los haya –asegura que duerme unas tres horas diarias–, Gianluca Vacchi siempre se rodea de lo mejor de cada casa, desde Cristiano Ronaldo, pasando por Luis Fonsi y hasta el príncipe de Qatar. Si se tuviera que definir en cinco adjetivos elegiría “carismático, amante de la diversión, entretenido, trabajador y agradecido”. No hace falta que le regalen los oídos, pero no podemos negar que se encuentra en la cúspide de su carrera popular: tiene 11’5 millones de seguidores en Instagram, su tema Love con Sebastián Yatra para el Mundial de Rusia es todo un hit con más de 100 millones de views en YouTube y todos los miércoles de este verano tiene su propia fiesta en Amnesia Ibiza llamada VIBRA!, acompañado de algunos de los mejores artistas de la música latina y dance, como Becky G (4 de julio), Luis Fonsi (18 de julio) o Daddy Yankee (25 de julio). Tendremos que vivirlo en primera persona porque nos asegura que “la producción del evento es una de las más originales de la isla”. ¿Merecerá la pena?

La ostentosa vida que profesa este magnate no ha surgido de la nada. Proveniente de una familia emprendedora, heredó una compañía de envases farmacéuticos y alimenticios con los que logró amasar una auténtica fortuna y que, actualmente, comparte con su primo, que es el que lleva el peso de la actividad. Sin embargo, según defiende, solo adquirió “el 3 o 4%” del patrimonio de dicha compañía, afirmando que el resto de sus ganancias las obtuvo después de trabajar duro durante más de dos décadas. De esta forma, Vacchi trata de dejar claro que su posición actual no es fruto de la suerte, sino más bien del trabajo, sacrificio e incluso riesgo, como él mismo expresa. Hoy en día sus negocios han virado más hacia el sector del entretenimiento, pero su riqueza no ha hecho más que crecer. Según el diario italiano La Repubblica, tendría unos 565 millones de euros en su poder.

A pesar de que su actual modus vivendi sea la música y la fiesta, el italiano asegura haber sido siempre un ‘disfrutón’ de la vida, aunque “desde que soy Dj cada fin de semana, en mis ratos libres, no voy tanto a fiestas”, puntualiza. Este cambio vino dado por la crisis de la mediana edad. Fue a los 45 años cuando empezó a darle más importancia a la calidad de vida que a la empresarial. Así, empezó a centrarse en su propio cuidado físico y mental. Esta nueva rutina incluía tratamientos como la criosauna: hibernar a -110 grados durante dos minutos. Él afirma soportar hasta seis minutos, una muestra más de su ambición vital.

“Era feliz antes y sigo siéndolo ahora; he bailado durante toda mi vida, pero ha acabado convirtiéndose en una de mis señas de identidad”

Esa filosofía del carpe diem es la que le catapultó a la fama en las redes. Los bailes se convirtieron en su seña de identidad e Instagram en su particular cuaderno de bitácora, donde el lujo era el denominador común. Afirma haber tenido más de 12 empresas, pero ahora realmente está centrado en su propia imagen, con la que ha adquirido el estatus de influencer. “Uno de mis primeros vídeos se hizo viral y fue una locura. Nunca lo hubiera pensado. Después de eso, me hice famoso porque publiqué más vídeos mostrando movimientos que la mayoría de hombres ni siquiera podían hacer”, alardea el empresario. Una faceta que le ha otorgado mayor notoriedad y satisfacción personal, aunque aclara que esto último tampoco ha variado tanto. “Era feliz antes y sigo siéndolo ahora; he bailado durante toda mi vida, pero ha acabado convirtiéndose en una de mis señas de identidad”.

Excentricidad no exenta de polémica

Pero ya sabemos que cuando la fama crece, los rumores también. Su labor empresarial y sus bienes siempre han estado envueltos en un halo de sospecha. De hecho, el verano pasado saltó la noticia de que le habían embargado casi 10 millones de euros en propiedades (yates, villas, campos de golf…) por incumplimiento en los pagos de un préstamo. Él se limitó a manifestar que había sido un error bancario y que apenas suponía el 1% de su fortuna. No volvió a dar muchas más explicaciones al respecto y, a día de hoy, declina responder preguntas sobre el tema –de hecho, no conseguimos que nos contestara ni una sobre ello–. Queda claro que su vida empresarial pasó a un segundo plano en el momento en el que sus seguidores empezaron a crecer como la espuma, y quizá eso le haya venido muy bien.

Eso sí, nos deja visos de que sus extravagancias y ganas de llamar la atención no han sido fruto de la parafernalia de Internet. “Siempre he sido poco convencional. Una vez hice una copia falsa de uno de esos teléfonos Motorola con antena de los de antes. Entonces, durante las reuniones en las que no conseguíamos cerrar ningún trato, lo que hacía era lanzar ese móvil fake por la ventana. La gente se quedaba en shock. Me aseguraba de que las conversaciones nunca fueran aburridas”, comenta entre risas.

Gran parte de las críticas que recibe giran en torno a su nula modestia. A Gianluca le encanta alardear de sus automóviles de alta gama –un Rolls Royce y varios Bentley, aunque nos reconoce que no sabe la cifra exacta–, sus tres yates, su jet privado y sus numerosas casas, cuatro en Italia y un apartamento en Miami donde ha establecido su residencia habitual. Unos bienes que no duda en compartir con sus amistades o parejas. Con una de sus novias más duraderas, la modelo y diseñadora Giorgia Gabriele, estuvo incluso a punto de pasar por el altar, pero la relación no terminó de cuajar. Desde entonces, se le ha relacionado con varias mujeres esculturales, la última una modelo colombiana llamada Sharon Fonseca. Una filosofía de vida que ha plasmado en un libro titulado, como no podía ser de otra forma, ‘Enjoy’, su característica frase de cierre en los posts de Instagram.

Para algunos es un hortera –¿quién sino un personaje como él puede tener su propia cara tatuada en la espalda?– con complejo de Peter Pan. Otros ven en él un estilo de vida a imitar cuando sean mayores y lo definen como un fucker rodeado de mujeres exuberantes. Aunque él no se considera ningún modelo a seguir. “Nunca estuvo en mis planes. Lo que quería era ser un artista mundial –o global entertainer–. Quería mostrarle a la gente mi vida sin tener que ocultar nada”. Sin duda, y dejando de lado opiniones personales, escuchar a Vacchi evidencia que vivir sin complejos está bien, sobre todo con varios millones de euros en la cuenta bancaria. Visto así, ¿quién no gritaría eso de Enjoy?

*Puedes ver el reportaje completo en el número 35 de Mine. Pide tu ejemplar en papel en tienda.ploimedia.com o descarga la edición digital interactiva para iOS o Android. 

Foto: Dennison Bertram