La resaca emocional de Vetusta Morla

La banda madrileña ha marcado un hito en la historia de la música española tras su multitudinario concierto en Madrid ante 38.000 personas.

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El patio del colegio o instituto es un sitio siempre latente en los recovecos de nuestra memoria. Pero el paso del tiempo matiza ese lugar con el prisma de la nostalgia y la experiencia. Esa emoción caleidoscópica se cristaliza en el último trabajo de uno de los grupos nacionales más exitosos de nuestro tiempo: Vetusta Morla. La banda se formó en 1998 en el patio de un instituto de Tres Cantos (Madrid) y desde entonces han vivido encima de un tiovivo que les ha llevado a experimentar un torbellino de emociones. En 2014 se apagó el carrusel después de alcanzar los mayores récords de su carrera con ‘La Deriva’. Tres años después se vuelve a activar con su nuevo trabajo, ‘Mismo sitio, Distinto lugar’, una suerte de spoiler de la realidad sin pretenderlo, una revelación sombría y ambiciosa que ha servido de reencuentro emocional. Como ese patio de instituto.

Lleváis 20 años juntos. ¿Qué habéis aprendido en todo este tiempo?
David: Es un aprendizaje constante, por eso es importante que se mantenga el espíritu de que siempre se pueden aprender más cosas, y también ese atrevimiento e inquietud por salir del espacio cómodo para probar cosas diferentes más allá de esas herramientas que controlas.

El año pasado fue muy comentado vuestro acuerdo con Sony, ya que nacisteis como una banda independiente que autoeditaba sus discos. ¿Esta alianza parte de una necesidad impuesta para poder crecer?
Guille: Surge de una necesidad de atender bien a todos los lugares y a toda la demanda tan bonita y rica que está habiendo de la banda en todo el mundo. Es un acuerdo que nos permite centrarnos en desarrollar nuestra carrera igual que lo habíamos hecho, porque nuestro trabajo sigue siendo el mismo con Pequeño Salto Mortal, que es nuestra discográfica. La asociación con Sony en este sentido permite que puedas escuchar el disco en Lima, Bogotá o en Medellín, y al mismo tiempo también en España y en unas condiciones similares. Ganamos todos.
Pucho: Es una manera de ampliar equipo.

Pero, ¿seguís manteniendo vuestra independencia?
Pucho: Vetusta es Vetusta –risas–.

El título de vuestro nuevo disco, ‘Mismo sitio, Distinto Lugar’, tiene que ver también con el proceso creativo del mismo. ¿Cuál es el sitio y el lugar en el que coincidís?
David: El sitio podría ser nuestro local de ensayo o ese espacio que compartimos en el cual hacemos música. O incluso las canciones, que para nosotros significan unas cosas y para la gente que las escucha pueden significar otras. De eso se trata, de cómo los espacios, los sitios, pueden significar emocionalmente diferentes cosas.
Guille: Lo que nos ha hecho trazar la línea de aquí a un futuro con Vetusta ha sido tener la intuición para seguirle la pista a cada una de las canciones que iban naciendo en el local. Alrededor de esas canciones hemos ido fortaleciendo cosas que han formado parte de la esencia del grupo en estas dos décadas: el riesgo, la inquietud por hacer cosas distintas y la sensación de enfrentarte a algo que no has hecho. Quizá en el terreno de la repetición o más mecánico no tenemos tanto que aportar.

Teniendo en cuenta que un buen Vetusta es muy detallista, diríamos que tiquismiquis, las discusiones técnicas de este disco habrán sido eternas, ¿no?
David: Somos seis, siempre hay opiniones encontradas.
Guille: Eso da para un libro…
Pucho: O para un disco –se escuchan risas–. Sería muy aburrido que todo fuera los osos amorosos, a lo mejor acabaríamos haciendo un disco de reggae.

Algunas letras parecen tener esa aspiración de rebelarse contra lo que os remueve.
Pucho: A veces hemos dicho que habíamos hecho spoiler de lo que iba a pasar en la vida real, pero como punto de partida no hemos estado pensando en el contexto actual. De hecho, muchos acontecimientos que pudieran tener resonancias con el disco han sido a posteriori de haber sido grabado y concebido.

“Después de veinte años juntos es importante que se mantenga el espíritu del atrevimiento y la inquietud por salir del espacio cómodo en el que estás y dejarte llevar por la incertidumbre” -David García (‘El Indio’)-

Todo va a estar bien

¿Cómo veis el panorama de la industria musical tras estas dos décadas?
Pucho: La industria española tampoco es que haya sido nunca un ejemplo de buena salud. Ahora se está readaptando al mundo en el que vivimos, que pasa casi siempre por lo digital, después de estar unos años dando palos de ciego en muchos aspectos.

¿Qué opinión os merece un programa como ‘Operación Triunfo’?
Guille: Programas como ‘OT’ tienen más que ver con el entretenimiento que con la cultura. Yo echo en falta programas valientes de música en las televisiones y TVE, ya que tiene un mandato constitucional de promover ese tipo de programas.
Pucho: Yo también creo que este tipo de programas se centran mucho en la consecución del éxito, por así decirlo. A mí me hacen falta programas que hablen con los músicos o que sepan el estado de la industria de este país. Se va al ego individual.
Guille: La música no es una carrera de galgos. Entre medias hay un proceso maravilloso y yo creo que sin eso no se explica, no se conoce. A lo mejor no es tan fastuoso como el que se vende en otro tipo de espacios, pero a nosotros personalmente es el que nos ha hecho permanecer juntos tantos años.

“Teníamos la necesidad de un nuevo comienzo, un nuevo inicio, de volver a atrás para encontrar y sentir esas cosas que nos unían” -Guille-

Habéis utilizado mucho las redes sociales para desvelar detalles de vuestro último trabajo. ¿Estas plataformas se han convertido en un engranaje imprescindible dentro de la industria musical?
Guille: Las redes son un nuevo espacio que genera sus propios contenidos, y esos contenidos pueden ser una esposa si lo vives de una manera marketiniana pura y dura, pero también te dan la posibilidad de tener una creatividad que antes no podías tener. Es verdad que te pueden llevar a hacer cosas que a priori van en contra de la música, pero en cada uno de esos espacios hay muchas posibilidades creativas para dotarlas de contenido que al final enriquezca a la banda.

Si os encontrarais con los Vetusta de 1998, ¿qué les diríais?
David: Keep on working –que quiere decir ‘seguid trabajando’–.
Guille: Pues no te queda, ¡chaval! –risas–.
Pucho: Les diríamos: “Va a estar todo bien”.

“Hemos hecho spoiler de lo que iba a pasar en la vida real, pero como punto de partida no hemos estado pensando en el contexto actual” -Pucho-

¿Cómo os gustaría que os recordaran el día que Vetusta Morla ya no exista?
Guille: Lo bueno que tenemos es que nos dedicamos a algo que, aunque nosotros no estemos, deja las canciones.
Pucho: A no ser que poniéndonos mucho más agoreros con esto de la nuevas tecnologías, imagínate que llega un único gobernador mundial y dice: “Los Beatles nunca existieron”, como en la novela ‘1984’, que quitaban información. ¿Quién sabe? –se oyen risas–. Pero yo creo que no, tenemos esa fortuna de dejar para la posteridad nuestros sonidos y canciones.
David: Y creo que más allá de eso, son las emociones y el recuerdo de lo que sintió la persona cuando escucha esa canción o ese concierto. Eso, incluso, va más allá de las propias canciones.

Un sexteto bien avenido

Por si conoces sus canciones, pero no sus caras, les hemos hecho pasar por el fotomatón y este fue el resultado:

Juan Pedro ‘Pucho’ Martí, la voz

Guillermo Galván, guitarra, teclados y coros

David García ‘El Indio’, batería y coros

Jorge González, percusiones y programación

Álvaro B. Baglietto, al frente del bajo

Juan Manuel Latorre, gitarras y teclados

 

 

Fotos: Gabriel Antón